El Gobierno de Donald Trump amenazó con la imposición de aranceles a una lista de productos de la Unión Europea. Sería en represalias por las ayudas públicas recibidas por la compañía aérea Airbus de parte de la U.E..
Airbus empezó como un consorcio europeo de fabricantes de naves aeroespaciales. Actualmente construye aeronaves civiles y da empleo a unas 63 000 personas en 16 lugares de cuatro países: Francia, Alemania, España y el Reino Unido.
La advertencia la hizo la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, que sostuvo que los subsidios de la U.E. a la industria europea de aviación cuestan cada año más de 11.000 millones de dólares a EE. UU., una cifra con la que Bruselas no está de acuerdo.
Antes de tomar una decisión definitiva respecto a los aranceles, EE.UU. esperará a que la Organización Mundial del Comercio (OMC) arbitre sobre dicha cifra en disputa, algo que el Represtentante espera para agosto.
«Este caso lleva en litigio 14 años y ha llegado el momento de la acción. El Gobierno se está preparando para responder de inmediato cuando la OMC emita su conclusión sobre el valor de las contramedidas de EE.UU.», dijo en un comunicado el Representante, Robert Lighthizer.
Washington denunció en 2004 ante la OMC las ayudas a Airbus «tras muchos años de intentar convencer sin éxito a la UE y a cuatro de sus miembros (España, Francia, Reino Unido y Alemania)» de poner fin a los subsidios.
La Unión Europea, por su parte, también ha denunciado las ayudas de EE.UU. a Boeing. La OMC, de hecho, falló el pasado 28 de marzo que Estados Unidos ha mantenido subsidios a Boeing contrarios a la normativa internacional que han perjudicado a Airbus y distorsionado el mercado.
En 2018, este organismo también falló que la UE había mantenido ayudas a Airbus tras una decisión que se lo impedía.
Fue entonces cuando Estados Unidos pidió a los árbitros de la OMC que determinen el monto de las sanciones que Washington puede imponer a importaciones de UE por haber mantenido en parte los subsidios al fabricante aeronáutico.
El resumen que podemos sacar de esto es que los países serios desarrollan, subsidian y defienden sus empresas en las áreas donde desarrollan tecnología y capacidades estratégicas. Al mismo tiempo, en tanto que formadores de opinión, promueven en los países que no tienen gobiernos o capitalistas serios la creencia que la inversión deben decidirla los «mercados», es decir, la especulación financiera.