«La Exposición Rural de Palermo solía ser una especie de club social para mostrarse, presentar animales y sacar un premio. Hoy es algo mucho más relacionado con los negocios y con el conocimiento. A través del foro de genética, por ejemplo, se transmiten resultados y desarrollos científicos aplicados a la mejora genética. En las próximas semanas muchos visitantes internacionales llegarán a Palermo en busca de genética«.
Estas son afirmaciones de Mariano Etcheverry, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Biotecnología de la Reproducción e Inseminación Artificial (Cabia). A modo de ejemplo, señala: «En 2018 se comercializaron en Argentina 6.274.275 dosis de semen carnicero (3,5 millones) y lechero (2,8 millones).
La genética se puede transmitir a través del semen, los embriones y los reproductores en pie, y en los últimos tiempos el uso de embriones tiene un crecimiento constante, pero por tener mayor costo que el semen está reservado para animales de pedigree de un valor mayor y no tanto para el rodeo comercial. Además, las estadísticas respecto a la transferencia embrionaria no están actualizadas, por lo que el movimiento de dosis de semen es el mejor parámetro para analizar el mercado de genética.
“En el mercado interno, un semen para uso comercial puede rondar los 250 pesos, pero hay un rango grande hacia arriba. El valor es similar en carne y leche, y aumenta en los casos de rodeos de pedigree a los 1.000-1.500 pesos por dosis”.
El mercado local de semen, a pesar de mostrar una tendencia de crecimiento, en 2018 cayó levemente por cuestiones climáticas y económicas. “Si estamos en un proceso de liquidación de animales, va a caer también la venta de genética”, explica Etcheverry.
Por su parte, la exportación de semen creció en forma significativa, de unas 650.000 dosis en 2017 a 980.000 (15,7% del total comercializado) en 2018, y tiene un potencial enorme, aunque por el momento la mayoría de las exportaciones de semen se hacen a los países del Mercosur. Brasil es el principal destino y después vienen Paraguay, Uruguay, Colombia… “Todavía no se han desarrollado muchos mercados». Uno de los puntos importantes en ese sentido es el desarrollo de protocolos sanitarios que permitan exportar el producto.
“Por ejemplo, en Estados Unidos estamos tratando de entrar hace años y no se abre el mercado con excusas sanitarias que son en realidad barreras paraarancelarias. México es otro país en el que tenemos mucho interés. La limitante es que nos piden que sea semen de animales libres de aftosa sin vacunación. Hoy, solo la hacienda de la Patagonia tiene ese estatus, pero Estados Unidos no regionaliza y considera a cualquier carne proveniente de Argentina como libre con vacunación. También hay una puerta abierta para la exportación de embriones a la Unión Europea, pero con la restricción de que sean sobre madres argentinas pero con semen que sea libre de aftosa sin vacunación, entonces hay que usar toros de otro país”, comenta Etcheverry.
Luego agrega a la lista de las plazas cerradas a Australia, Sudáfrica y Nueva Zelanda. “Los países ganaderos importantes, sacando los de Sudamérica, están todos cerrados”.