El secretario del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross, le adelantó al Gobierno durante su reciente visita al país que no será viable la reapertura a las exportaciones de biodiésel argentino, tras las medidas proteccionistas implementadas por la administración de Donald Trump. En ese marco, dentro de un mes se conocerá la sentencia final sobre una eventual rebaja del arancel por subsidios que se anticipó en julio pasado, pero las penalidades antidumping seguirán vigentes.
Fuentes oficiales y de la industria coincidieron en que el funcionario norteamericano sostuvo el viernes último durante una reunión que «tiene poco margen de maniobra ante la presión de los Estados productores de biodiésel» que están en contra del reingreso del biocombustible local, los cuales «no ven justificación en la medida».
La Argentina buscó un acuerdo para que EE.UU. disminuya los aranceles por antidumping que hoy llega al 74%, pero la respuesta fue que «no era posible».
En julio el Departamento de Comercio anunció una reducción de los impuestos antisubsidios del 72% al 10%, como se informó aquí. Se reconoció que el actual régimen de derechos de exportación de la Argentina no está diseñado para beneficiar o incentivar la producción doméstica de biodiésel. Por ende, entiende que no hay más una contribución financiera de los productores a la industria. De tal forma, no corresponde la aplicación de derechos anti-subsidios.
Sin embargo, en otro párrafo advierte que los precios de la soja en Argentina aún se mantienen por debajo de los precios del mercado internacional y que por ello, no ha habido un «cambio de circunstancias» que habilite la revisión de los derechos anti-dumping. Los industriales argentinos quisieran que aquí el gobierno aplicase ese mismo criterio, pero es mucho pedir.