El presidente provisorio de CONICET accedió a una entrevista con Mal Aconsejados, por Radio Caput, para hablar sobre la etapa «de transición» que atraviesa el organismo científico tras la jubilación del físico Alejandro Ceccatto.
Laborde habló de los objetivos que se trazó de cara a los próximos meses, hasta que en diciembre el cambio de gobierno a nivel nacional defina quien ocupará la presidencia del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
«Estoy a cargo de la presidencia de CONICET hasta que el Poder Ejecutivo designe a las nuevas autoridades», adelantó Laborde, refiriéndose al proceso que se iniciará después del 10 de diciembre, cuando asuman las nuevas autoridades nacionales en el Poder Ejecutivo.
Los objetivos de la transición
Miguel Laborde, quien se desempeñó como vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del máximo organismo científicos habló sobre el horizonte que les espera en la gestión conjunta con el representante del Gran Area de Ciencias Sociales, Mario Pecheny.
«En estos cuatro meses el objetivo, junto a Mario Pecheny, es tratar de mantener a flote el CONICET y entregarlo en las mejores condiciones a las nuevas autoridades, al menos en lo inmediato», dijo Laborde.
En ese sentido aseguró que una de las cuestiones es cómo va a ser la convocatoria de ingresos a carrera (de Investigador de CONICET) del año que viene.
Según reveló el ex miembro del Directorio de CONICET uno de los debates hacia adentro del organismo, entre las autoridades es el tipo de convocatoria que se ponderará.
Es que durante la gestión de Alejandro Ceccatto se transformó la convocatoria única abierta para todos que existió hasta el 2015 y se convirtió en tres convocatorias, un tercio que iba a temas abiertos, un tercio a temas estratégicos y un tercio a fortalecimiento institucional.
«Esa es una discusión que se debe el Directorio que es si ese esquema se va a volver a repetir el año que viene o va a esperar a las nuevas autoridades para que sean ellos los que tomen una decisión», dijo Laborde.
El nuevo presidente interino de CONICET valoró la convocatoria dividida elaborada durante la gestión Cambiemos, por haberse dado prioridad a temas y regiones de distribución de los investigadores y las universidades.
«Si obviamos la desfinanciación de estos 4 años en funcionamiento, el CONICET estableció una línea en cuanto a la convocatoria de ingresos que es lo que puede hacer desde el punto de vista político», ponderó Laborde.
«Mi idea, no la del Directorio, es repetir la misma convocatoria que hicimos el año pasado, y si es posible agregar ciento cincuenta cargos más», manifestó.
El investigador y doctor en Química apuntó que «mantenemos estas convocatorias donde le damos enfasis a temas estratégicos y de fortalecimiento de las regiones o volvemos cuatro años atrás donde teníamos todos temas libres y sin priorzar ciertas regiones».
Por último el representante electo por el Gran Area de Ciencias Agrarias, Ingenierías y de Materiales al ocupar el Directorio del CONICET contó que la primera determinación tras asumir fue «el pedido de ciento cincuenta cargos más de investigadores para 2020, para darlos en temáticas y regiones definidas». Durante 2018 y 2019 CONICET tuvo apenas 450 cargos habilitados para la carrera de Investigador (CIC).
Desfinanciamiento de los institutos
En última instancia Laborde aseguró que «Evidentemente hay cuestiones que hay que revisar, no lo que se hizo estos cuatro años donde lo más caro fue lo que se hizo en cuanto a desfinanciación de los gastos de funcionamiento, sino que CONICET queremos de ahora en adelante».
En ese sentido aseguró que «discutimos si el rol de CONICET es un rol exclusivamente academicista al servicio del conocimiento de la ciencia básica con fuertes lazos internacionales, o un CONICET que esté al servicio de las necesidades de las regiones, del país vinculadas con la producción y que los 11 mil investigadores puedan ayudar a resolver cuestiones por ese lado»
Al final Laborde dijo que desde el organismo «estamos pidiendo un significativo incremento en los gastos de funcionamiento en base al techo que nos mandó Economía porque tenemos 302 unidades ejecutoras a mantener y hay que mantenerlas en funcionamiento».