En el lapso de incertidumbre y expectativas que se abre en los cambios de gobierno, las estructuras del Estado dan a conocer proyectos que han estado en elaboración -o encajonados- durante años. Toca a los nuevos equipos evualuarlos.
Este nuevo Programa nació a partir de una propuesta presentada por la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (CArAE) y la subsecretaría de Producción y Trabajo, ampliada luego al resto de pymes del sector aún no integradas a dicha cámara. La iniciativa busca, principalmente, la independencia tecnológica en lo relativo a defensa y a la generación de puestos de trabajo en el sector civil y de la industria convencional, además del posicionamiento regional y competitividad internacional.
El primer objetivo será el cumplimiento de las normas y certificaciones internacionales exigidas por el mercado global, primer requisito para que las pymes puedan participar en cualquiera de las modalidades habituales: joint-ventures, coproducción, subcontratación, producción bajo licencia, capacitación on-the-job, entre otras. Una vez lograda esta adecuación se avanzaría en la independencia de las pymes, para no ser solamente proveedoras de INVAP, de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), la empresa VENG o ARSAT, sino también alcanzar otros mercados.
Las empresas también podrían ser proveedoras o Tier, nivel 2 o 3, regionales de las grandes fabricantes de equipos originales; o bien Tier 1, posibilitando el ingreso de divisas al país. Ingresar en la cadena de valor aeronáutica internacional permitirá generar nuevos modelos de negocio, como lo hacen históricamente Brasil y México, o siguiendo los ejemplos de quienes recién incursionan, como Perú, Colombia o Costa Rica.
Las acciones en Córdoba están a cargo del ingeniero mecánico aeronáutico Pablo Aramayo, con varias líneas de trabajo a desarrollar simultáneamente, como la difusión e implementación del Sistema de Gestión de la Calidad Aeroespacial AS 9100; visualización de las empresas del sector aeronáutico y espacial en una forma similar al REPROER-INTI, incluyendo la realización de un mapa y un censo sectorial en el país; la formalización de una Ventanilla Única Aeronáutica, que canalice los trabajos que ingresan a la institución; y la interacción del Instituto como brazo técnico del Estado con otras instituciones, como la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y el ministerio de Defensa.
Otro punto importante será la participación proactiva en el sector drones —Vehículo Aéreo No Tripulado (VANT)— en lo relativo a validaciones y certificaciones adaptadas de normas del ámbito militar, en necesaria coordinación con la autoridad aeronáutica (ANAC).
Paralelamente se buscará generar leyes de impulso sectorial. Además de la ya sancionada Ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores, el Instituto brindará asistencia para elaborar leyes específicas del sector aeronáutico y estudiar conexiones con otros proyectos de ley (Offset; de Fomento de la Industria Aeronáutica Argentina; Drones, Código Aeronáutico, entre otros).