Lo habíamos informado el mes pasado en AgendAR: desde hace tiempo los movimientos sociales argentinos se plantean la necesidad de darse una organización de tipo sindical única, sin abandonar sus propias orgánicas y sus liderazgos. No por coincidencia, es el tiempo en que mostraron, a sí mismos y al resto de la sociedad, que tenían la mayor capacidad de movilización y que eran capaces de encauzar a esas multitudes que convocaban, los sectores más vulnerables.
Hoy, sábado 21 de diciembre es la presentación pública. Compartimos esta actualización de la periodista María Paula Etcheberry:
«Un sindicato tradicional, con paritarias y prestaciones de salud. Así será la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el gremio que reunirá a los movimientos sociales con el propósito de representar a un sector «postergado y sin derechos». El presidente Alberto Fernández, está al tanto de la iniciativa. Integrarse a la CGT será el siguiente objetivo una vez constituido el sindicato.
Reflejo de la protesta conjunta en las calles durante los últimos años, en rechazo al gobierno de Macri, los impulsores del sindicato son la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista Combativa (CCC), Barrios de Pie-Somos y una fracción del Frente Popular Darío Santillán (FPDS). El sábado 21 al mediodía, se reunirá la junta promotora del gremio, que consiste en un congreso de unos 1500 delegados de todo el país. El encuentro será en Ferro. «Vamos a votar la moción de conformar un sindicato», explica Gildo Onorato, dirigente de la CTEP y del Movimiento Evita, organización que también está involucrada en el armado gremial.
Con este proyecto, las agrupaciones buscan «trascender la estructura de movimientos sociales para transformarnos en un conjunto que represente a los trabajadores de la economía popular. Esto coincide con la perspectiva del gobierno entrante, que busca salir del paradigma de los subsidios para entrar al paradigma del trabajo», agregó Onorato.
Otro de los objetivos es representar a un sector al que consideran «sin derechos», compuesto por trabajadores de cooperativas, cartoneros, vendedores ambulantes, carreros, personas a cargo de comedores, entre otros. «La economía popular es una cuestión estructural, no coyuntural. El 40% de los trabajadores del país son cuentapropistas y perdieron todos sus derechos. Vamos a la sindicalización para que haya un reconocimiento de ellos. Son gente que no va a volver nunca más al trabajo formal. La idea es que se puedan jubilar, que puedan tener obra social», expresa Juan Carlos Alderete, líder de la CCC.
Es por eso que, aunque aún están trabajando junto a un grupo de abogados para definir el estatuto del gremio, apuntan a que sea lo más parecido posible a un sindicato tradicional. Habrá negociación de paritarias con el estado y se analizan distintas opciones para poder constituir una obra social. Hoy, por ejemplo, los integrantes de la CTEP reciben prestaciones de salud a través de la mutual Senderos, que cuenta con el apoyo del sindicato de Ladrilleros. La propia CTEP fue un intento previo de crear un gremio, que no dio sus frutos.
Una vez conformada la UTEP, el objetivo será formar parte de la CGT. «Incluirnos fortalecería a la CGT en cuanto a representación y en cuanto a volumen, porque habría una mayor cantidad de trabajadores representados», expresó Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie-Somos. Sin embargo, los movimientos sociales aún no cuentan con el aval de los principales líderes de la central obrera para sumarse a ella. Quien está al tanto del proyecto es Alberto Fernández. Incluso, se especula con que pueda estar presente en el acto de presentación en Ferro. «Alberto Fernández está totalmente al tanto. En la reunión de los movimientos populares con Alberto, le contamos y nos felicitó. Está toda la disposición de su parte», sostuvo Dina Sánchez, del FPDS, en referencia al encuentro que mantuvieron el mes pasado en la Conferencia Episcopal.»
ooooo
Esta última referencia no es casual. La atención a los movimientos de excluidos por la estructura económica actual, el apoyo a los esfuerzos por encontrar una versión más humana, ha sido el carácter distintivo del papado de Francisco, desde su mismo comienzo en 2013.
En otro plano, en AgendAR no estamos de acuerdo con una expresión usada en la nota «Son gente que no va a volver nunca más al trabajo formal». Demasiado terminante: la naturaleza del trabajo formal está cambiando. Pero eso no debe implicar la pérdida de derechos básicos.
Finalmente, la UTEP presenta un desafío a la CGT y al sindicalismo tradicional. Pero al mismo tiempo, es una victoria de la tradición sindical argentina.