El 23 de noviembre AgendAR publicó «Diputados aprueba el «Fondo Nacional de la Defensa», con apoyo de oficialismo y oposición«. Se trató de un proyecto presentado por el entonces presidente del bloque del peronismo, Agustín Rossi.
Ahora, como ministro de Defensa del gobierno de Alberto Fernández, hizo estas declaraciones al periodista Emiliano Guido. Las reproducimos:
«-(Ud. como diputado) impulsó un Fondo Nacional para la Defensa ¿Qué objetivos busca plasmar?
-El Fondef está diseñado para reequipar y desarrollar nuestra industria de la defensa, y para reequipar a nuestras Fuerzas Armadas. Para eso se fija una alícuota, no del PBI, si no de los ingresos corrientes de la administración nacional, que en principio es del 0.35%, pero luego va ir aumentando de forma gradual hasta el año 2023. ¿Cuál es la idea? La idea es contar con un horizonte de inversiones en el tiempo. Yo suelo decir que el Fondef está más pensado para los subtenientes que para los generales.
-¿Por qué?
-Porque el Fondef demostrará a los egresados del colegio militar que el Estado va a generar el equipamiento que necesitan nuestras Fuerzas Armadas. ¿Qué significa desarrollar las capacidades de cada fuerza? En lenguaje militar lo explicaría así: si nosotros tenemos aviones súper sónicos tenemos la capacidad para volar aviones súper sónicos, en caso de no contar con dichos aviones esa capacidad se pierde. El poder de las Armadas del mundo se mide, por ejemplo, con una hoja donde se asienta su patrimonio, ya sean instrumentos como rompehielos, portaaviones, submarinos. Ahora si tu Armada no cuenta con rompehielos no va a poder formar a sus uniformados en el uso de esa nave, es decir no va a poder desarrollar sus capacidades.
Nuestra prioridad es desarrollar la industria para la defensa, que en Argentina tiene cuatro pilares: Fabricaciones Militares, los astilleros con cabeza en Tandanor, FADEA (Fábrica Argentina de Aviones), y el INVAP. La industria para la defensa genera empleo y valor agregado a nuestra economía, sustituye importaciones, además de poder generar exportaciones, todo eso está en línea con el modelo de país industrial que impulsa el gobierno nacional. Las Fuerzas Armadas siempre han ocupado un rol importante en el desarrollo industrial de los países, los principales tecnológicos que usa la ciudadanía a diario, como las computadoras e internet, han sido impulsados en su momento por las Fuerzas Armadas.
-Uno de los objetivos del Fondef pasa por construir un buque polar.
-Sí, porque se necesita para completar toda la dotación de aviones y naves que tenemos para funcionar en la campaña antártica. El buque polar tiene una enorme capacidad de almacenamiento, entonces lo necesitamos por ejemplo para llevar víveres. Creo que estamos en condiciones de construirlo en nuestros astilleros con una inversión aproximada de 200 millones de dólares.
-¿Se puede articular con el Brasil de Jair Bolsonaro políticas de cooperación en el capítulo de la industria para la defensa?
-Hay una relación de nuestras Fuerzas Armadas con sus pares de Brasil que tiene muchísima intensidad. De hecho hay una alianza de trabajo entre FADEA y EMBRAER (Empresa brasileña de aviones). Independientemente de las miradas ideológicas de cada gobierno tenemos diálogo con toda la región: por ejemplo la semana pasada hable en buenos términos con el ministro de Defensa chileno.
-Antes ese diálogo y cooperación referidos se daba en el Consejo de Defensa Sudamericano. Hoy la región carece de un canal multilateral integracionista en materia de defensa. ¿Cómo articular una posición del sur, autónoma, en dicha coyuntura?
– Sí, esa mesa era parte de uno de los diez Consejos que constituían la Unasur, y la verdad que era una Consejo que funcionaba muy bien, y cobijaba a todos: desde el ministro de Defensa de (Juan Manuel) Santos hasta su par venezolano. Ese Consejo impulsó experiencias interesantes como la Escuela Sudamericana de Defensa que buscaba generar pautas comunes de doctrina. Ese espacio ya no está, entonces hay que intensificar las relaciones bilaterales más allá del signo político de nuestro interlocutor zonal. Me puse a disposición del ministro de Defensa brasileño cuando desapareció su Hércules C 130, y la misma actitud colaborativa tendré con mis otros pares del Mercosur.
-¿Qué acciones llevará a cabo tu gestión para reparar la tragedia del ARA San Juan?
-Primero me parece significativo resaltar el trabajo de investigación hecho por la comisión bicameral del Congreso, su documento me parece ser considerado. Para la instancia judicial hable con la doctora (Marta) Yañez y me puse a disposición. Luego hay una instrucción sumaria que se está haciendo en el ámbito del Estado Mayor Conjunto para determinar responsabilidades, y por supuesto estamos a disposición de todos los familiares directos que fueron víctima del hundimiento.
-Los militares cumplen un rol destacado cuando acontece un desastre de origen natural. Esa misión suele ser aprovechada por los EEUU para hacer injerencia en la región, el caso más emblemático se dio durante el terremoto de Haití en el 2010.
-El gobierno de Cristina Fernández creó una Secretaría de Coordinación Militar de Asistencia en Emergencias, pero durante los cuatro años de gestión de Macri desapareció dicha Secretaría, es decir desjerarquizó esa agenda de trabajo. Nosotros hicimos lo contrario, volvimos a otorgarle status en el organigrama del ministerio. De hecho a mediados de diciembre tuvimos una presencia durante las inundaciones que se dieron en la ciudad de Santa Fe. Debemos recrear las UNREM, las unidades militares para las respuestas en emergencias, que tienen el equipamiento necesario para dar una ayuda a la población civil en situaciones excepcionales. Es cierto que EEUU busca poner su mirada en el capítulo de las emergencias, entonces me parece necesario que construyamos nuestra propia agenda de trabajo, teniendo en cuenta que ese accionar no hace a la misión principal de las Fuerzas Armadas si no que son parte de una misión subsidiaria, pero que nosotros alentamos porque hace a la interacción entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil.
-¿Por qué Argentina es un caso excepcional en la región en cuanto al no empoderamiento político de las Fuerzas Armadas?
-Hace bastante que vienen siendo una excepción. Cuando me senté en este despacho por primera vez lo que sucedía en la región era que todas las Fuerzas Armadas estaban involucradas en tareas antinarcóticas o de seguridad interior. En algunos lados esa intervención era de forma más deliberada, caso Colombia, y en otros países ese rol se daba de forma más localizada, como sucedía en Perú. Pero eso no sucede en Argentina gracias a nuestra Ley de Defensa y a nuestra Ley de Seguridad Interior, esas normativas delimitan muy bien el campo de acción de nuestras Fuerzas Armadas. Nuestras Fuerzas Armadas adhieren a una construcción civil de la defensa, donde el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas es el Presidente de la Nación, por mi conocimiento e información las Fuerzas Armadas están cómodas con esa concepción.
-Últimos temas, ¿Cómo está Argentina en el capítulo de la radarización?
-El marco de nuestra radarización está estipulada en los presupuestos del SINVICA (Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial), por eso tenemos por ejemplo cubierta toda la frontera norte con radares en Tartagal, Las Lomitas, Ingeniero Juárez, Resistencia, Posadas, y El Dorado entre otras localidades. Toda la información capturada por esos radares se monitorea en una estación localizada en Merlo.
-¿La tarea de las Fuerzas Armadas en el capítulo anti narcóticos es de asistencia logística?
-Este ministerio no está involucrado en tareas de seguridad interior. Cada vez que las Fuerzas Armadas se han involucrado en dicha tarea ha derivado en un fracaso rotundo. En todo el mundo esa participación ha incrementado los grados de violencia, un aumento de las víctimas inocentes y un aumento de los niveles de corrupción al interior de las Fuerzas Armadas.
-¿Cuál es su mirada sobre la Ley de derribo impulsada por el anterior gobierno?
-La Ley de derribo es pena de muerte sin juicio previo. Esa normativa ni siquiera se podía resolver con un decreto presidencial porque va en contra de las garantías de nuestro Código Penal.