(La primera parte de esta nota está aquí)
«Por lo demás, Infobae afirma que el gobierno argentino no dice ni mu acerca de cuándo va a firmarse con los chinos, porque está esperando que EEUU y el FMI le saquen el zapato del gañote por asuntos de deuda. Es probable. Los EEUU no quieren nada nuclear y chino en Sudacaland, “their own backyard”. Pero desde 1979 los EEUU no tienen nada para ofrecer: sus centrales son demasiado grandes, complicadas, caras, y además, todas de uranio enriquecido.
Infobae también dice que ese hermetismo gubernamental nuestro respecto de la Hualong-1 es el mismo que mantiene el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, respecto de la Estación Espacial China en Neuquén (en Bajada del Agrio, no en Campana ni en Zárate), donde –como expresa el periodista Laureano Pérez Izquierdo alarmado- sólo se permite personal chino, “y nadie sabe qué observan y escuchan con sus poderosas antenas y tecnología”.
Mire, se lo puede decir hasta uno como yo: navegan sus satélites y se comunican con ellos, algunos de observación terrestre, otros de telecomunicaciones. Es lo que hacen las estaciones terrenas. Es lo que hacemos nosotros desde las instalaciones de la CONAE en Falda del Carmen, Córdoba. Como raramente tenemos en vuelo aparatos propios, lo hacemos más con satélites de otros, dando servicios de telemetría y control, y subiendo y bajando información ajena bajo contrato, aunque este año 2020 tendremos -y da para celebrar- dos SAOCOM, satélites-radar.
Navegar y comunicarse con la flota satelital propia, y por contrato, con otras. Eso es lo que sucede en cualquier estación terrena. Con el añadido picante de que algunos de los satélites chinos son militares o de espionaje. Seguramente además los chinos desde Bajada del Agrio tratan de pinchar las comunicaciones de los satélites militares yanquis o de otros bloques. Y nos garpan por tener acceso a un sitio despoblado de la estepa neuquina bastante libre de interferencias electromagnéticas, y abierta al cielo del Hemisferio Sur.
Y no debe ser poco lo que ponen en plata u ofrecen en servicios diplomáticos, porque el gobierno de Mauricio Macri no los echó. ¿Eso lo ofende? ¿Y además, qué corno tiene que ver la estación terrena china de Bajada del Agrio con la central nucleoeléctrica Hualong-5? Creo que Ud. está mezclando peras con osos panda.
Ud. consulta con la doctora Irma Argüello, quien le asegura que no hay ninguna Hualong-1 operativa (pregúntele de nuevo a fin de este año) y le dice que la idea de China es exportar. Chocolate por la noticia. Argüello añade que la decisión de ir a uranio enriquecido fue muy criticada en el ámbito nuclear argentino (y no miente, yo todavía estoy puteando). Dice que hay que ver cómo funciona el reactor en el régimen operativo. Y sí, doctora, en la cancha se ven los pingos. Y entre tanta obviedad, añade que la propuesta china reduce la participación de la industria local. Sin duda. ¿Pero cuál propuesta china?
Hasta 2014, la que teníamos bien chamuyada con la CNNC, vía el Dr. José Luis Antúnez, el hombre que terminó Atucha II, era que los chinos nos financiaban 2 centrales, una CANDU de 700 MW de uranio natural (que era lo que nos interesaba a nosotros), y la Hualong-1 (que es lo que les interesa a ellos mostrar en la Argentina, porque damos prestigio). Ambas máquinas, en la propuesta Antúnez-CNNC de 2014, venían con el mismo paquete (85% de financiación, 20 años, 8 de gracia).
Y los chinos estaban tan contentos de que les compráramos su Dragón Número Uno que dejaban que el 70% de la CANDU fuera de industria argentina. Esto significa todo el fierrerío y la electrónica específicamente nucleares, salvo el turbogrupo generador (jamás hemos fabricado una turbina de vapor).
La CANDÚ, que Antúnez llamó entonces -con bastante orgullo- “Proyecto Nacional”, además de la creación de una marca argentina de centrales, en lo concreto significaba trabajo para más de 130 empresas locales calificadas por el retubamiento de la central CANDU de Embalse, Córdoba, una operación casi más compleja que construir una planta nueva. Y habría un pico de ocupación de 7000 personas en el cinturón Zárate-Campana durante la construcción, porque en el plan de 2014, la CANDÚ nueva iba a Lima, al lado de las Atuchas.
¿Y adivine cuál fue el mejor ministro de Energía de la Shell que en 2018 dio de baja la CANDU? Uno al cual su diario le ponía alfombra roja, le celebra cada gansada dicha o hecha, y que destruyó nuestras PyMES a tarifazos. La Hualong-1 y nada más, eso es lo que quedó de la propuesta china después del macrismo.
Ud. se pregunta, por último, por qué teniendo nuestro país Vaca Muerta, que va a duplicar su producción de gas (¿está TAN seguro?), necesitamos 1080 MW nucleares. Es bastante sencillo: evitarán la quema anual de 1720 millones de metros cúbicos de gas. Neuquén se ahorrará algo de fracking y contaminación de aguas subterráneas y superficiales.
Y si ya extrajo el gas que puede ahorrarle una nuclear de 1080 MW, en lugar de quemarlo y añadir ese toque de argentinidad al recalentamiento global, Ud. puede transformarlo en polietileno de baja densidad en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca. O en urea granulada, para alegría del campo. Y ya con eso le puso al menos un 200% de valor agregado al gas. O también puede exportarlo, dado que a su diario le encanta regalarle gas a bajo precio a Chile y luego comprárselo al doble, como empezó a hacer Aranguren, buen negocio según él, o para él. Porque no nos sobran ni el gas ni la plata.
También habla Ud. de triplicar la producción hidroeléctrica. ¿Vamos a comprar algún río nuevo, colega Laureano? Porque fuera del Santa Cruz, los que tenemos y son realmente caudalosos, con cierta pendiente y buenas márgenes rocosas, esos ya están bastante represados, y Yacyretá –construida en un lugar donde hubo que inventarle 80 kilómetros de orilla al Paraná para no inundar medio Paraguay- nos salió un tanto cara. By the way, ¿recuerda qué gobierno completó Yacyretá, la llevó a cota de diseño y dio fin a la pesadilla de que no se terminara jamás?
Luego Ud. nos asusta con Chernobyl y Fukushima como si el reactor RBMK soviético o los GE Mk 1 yanquis que se hicieron puré en Japón fueran máquinas nuestras. ¿No puede evitar por lo menos algún lugar común? ¿Tiene que incurrir en todos? Mire, aquí habría sido imposible licenciar ese tipo de máquinas incluso antes de 1967. Son inaceptables para nuestros criterios de seguridad, incluso los de entonces. En 1967 todavía no existía la Autoridad Regulatoria Nuclear, pero la CNEA tenía dos entidades independientes entre sí para la gestión de seguridad radiológica y operativa, el Comité de Licenciamiento y la Gerencia de Radioprotección. Tenían varias funciones superpuestas y la idea era justamente que se pisaran el poncho entre sí. Su utilidad principal fue que operáramos bien nuestros equipos, que no diseñáramos basura, y sobre todo, que no nos la vendieran. Y esas oficinas cumplieron bien su función: la GE nos ofertó su MK 1 y se rechazó a libro cerrado. Japón compró, España también. Nosotros, no.
¿Tras 70 años de hacer casi todo bien en ingeniería nuclear, tenemos que pagar por los errores de los soviéticos o de los japoneses? ¿Estudió las notorias diferencias de ingeniería de seguridad entre, póngale, la ya vieja Atucha I y el GE Mk1? Ok, otro día se las explico. Pero la mitad del costo por kilovatio instalado de nuestra ya antigua máquina alemana se va en sistemas de seguridad activos y pasivos. Que es la razón por la cual desde 1974, cuando entró en línea, Atucha I tuvo un único problema importante en 1988, y fue de disponibilidad, pero no de seguridad.
Y eso en el país que fabrica autos y habilita rutas que durante 2019 mataron a 18 compatriotas por día. En tres días en nuestras calles y autopistas, Ud. junta más muertos que en Chernobyl mientras duró la crisis, y tres décadas y media después. Consulte lo que dicen al respecto las agencias científicas de la ONU, no las miniseries que produce HBO, porque va a terminar creyendo en los dragones y en los «white walkers». Pucha, se me van acumulando temas irresueltos con Ud.
Tapones de los canales refrigerantes y barras de control de Atucha II, antes de ponerla crítica.
¿Sabía que Atucha I no es el único prototipo que compramos? Atucha II también es otro prototipo. No es simplemente un «scale up» de Atucha I. Es un segundo prototipo al que llegamos porque los canadienses se negaban a vendernos 4 CANDU si no hacíamos lo que les ordenaba La Embajada: firmar el TNP, o Tratado de No Proliferación, llamado «El desarme de los desarmados» por el embajador Julio César Carasales. Ud. sabe bien que son patrones exigentes y jodidos, los americanos. Y tendrá una idea lo larga y ripiosa que fue la construcción de Atucha II… INFOBAE puso su gota de veneno para que no se concluyera, y todavía basurea esa central toda vez que se acuerda de ella. Anda bastante bien, sin embargo.
Por último, Ud. nos recuerda que entre nosotros la industria china es sinónimo de mercadería berreta, y se pregunta si eso no será extensivo a la industria nuclear. Guau, qué profundo.
Pero Ud. me recuerda a uno de mis profesores de geografía en el secundario. Hablábamos de Japón y de sus industrias, que entonces producían cosas más bien baratas, y observó que los relojes japoneses se vendían por kilo, como los clavos. Corría 1969 y la información de mi profe -tipo de formación sólida, un baluarte- estaba probablemente un par de años atrasada, sólo eso. Yo en mi muñeca tenía un reloj japonés novísimo. Soportaba agua, polvo, impactos y sobre todo, soportó lo que mide: el tiempo. Todavía lo uso. Medio siglo después, anda mucho mejor que su dueño. Es de una de las tres marcas que salieron al mercado mundial en 1969 para destruir la industria relojera suiza de gama media-alta, y apropiarse de su clientela. Cosa que lograron sin problemas ni piedad. Terminada esa operación, los industriales y el gobierno japoneses, en otra de esas decisiones corporativas de las zaibatzu, hicieron lo mismo con la industria electrónica yanqui. Y luego con la automotriz.
Los chinos tienen a la Hualong-1 como exportación de bandera porque están tratando de cambiar la percepción que tiene el mundo de todas sus demás industrias. Se están jugando mucho prestigio nacional con esa marca. Pero yendo a los hechos puros y duros, después de EEUU y Francia, China tiene la tercera flota mundial de centrales, con 45 unidades en línea, 12 en construcción y una decena más con pedido firme. Y tal vez justamente por eso, porque la china es la flota más joven y actualizada (la edad promedio de las máquinas anda por los 12 años), fíjese que no han tenido ningún accidente de número subido en la escala INES.
Esos no tendrían modo de ocultarlos, porque China está sujeta al espionaje radioquímico de todos sus vecinos con hipótesis de conflicto (Vietnam, Filipinas, Japón, Australia, Rusia, la India y siguen las firmas), además de la vigilancia de los obvios EEUU. Y con los medios de detección modernos, si se te rompe una central y se escapa a la atmósfera un eructo gigante de cesio 137 y de iodo 131, alpiste: te descubren sí o sí desde las antípodas del mundo. No te valen un gobierno policial o un territorio gigante.
Y los chinos tienen planes de seguir nuclearizándose a escape por motivos mucho más legítimos que exterminar a los fabricantes nucleares europeos, rusos o coreanos. Quieren nuclearizarse porque los combustibles fósiles (que Ud. defiende con grave empeño) hacen que en las ciudades chinas del Este el aire tenga 40 veces más carga de micropartículas cancerígenas de hollín que el máximo tolerable según la Organización Mundial de la Salud.
¿Qué significa 40 veces más? Estamos hablando de entre 350.000 y 400.000 muertes prematuras/año en China por exposición al aire urbano y otras 300.000 por contaminación aérea bajo techo. Y es gente que se muere de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) como primera causa, y siguen los trastornos circulatorios y los cánceres en 2do y 3er lugar. Cifras del Banco Mundial, y además viejas, de 2007.
Colega: a los chinos, que se mueren simplemente por respirar, Ud. no los va a espantar con Fukushima. Que ya sucedió hace 9 años. Y como sabe, allí murieron unas 20.000 personas y desaparecieron otras 2.500, pero debido al tsunami, ahogados o triturados por objetos enormes que andaban a los tumbos por el agua. Y en esa ciudad hay ya más de 300 muertos, en general debido a trastornos cardiovasculares, consecuencia del stress y la depresión causadas por la pérdida persistente de sus casas y de sus trabajos. Y eso debido a la evacuación de los alrededores del complejo de centrales, que continúa. Pero todavía, 9 años después, no hay siquiera un solo muerto claro por causas radiológicas: los expertos siguen en conflicto sobre el deceso por cáncer de pulmón en 2018 de un liquidador de las centrales accidentadas. Pero es complicado: era un fumador de toda la vida.
Bueno, heme aquí defendiendo la Hualong-1 de una típica opereta de la Embajada o del petróleo, quién te ha visto y quién te ve, Arias.
Mire, Pérez Izquierdo, la Hualong dela por construida. Pero lo que yo quiero es la CANDU Proyecto Nacional. Y sobre todo, que se termine de una maldita vez el prototipo del CAREM.
Daniel E. Arias