Ayer martes se sumaron dos nuevos casos de infección por el COVID-19 al registro que lleva el Ministerio de Salud: uno en la Capital y otro en la provincia de Buenos Aires. Ambos son «importados»; es decir, se contagiaron en el exterior.
El caso de la Capital es un hombre de 23 años, se encuentra internado en el Hospital Muñiz y había viajado a Francia. El paciente confirmado en la Provincia también es hombre y tiene 42 años. Reside en La Matanza. Estuvo en España y regresó al país el 3 de marzo. Comenzó a tener síntomas el día que llegó aunque recién consultó al médico este lunes. Se encuentra aislado en una clínica privada.
Los dos casos confirmados ayer se suman a los 17 infectados que ya había en el país. Hasta el momento, hay pacientes en recuperación en Capital Federal, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Río Negro y San Luis. El único fallecido había regresado de Francia y vivía en Capital.
También ayer el Gobierno amplió las medidas para prevenir el contagio del coronavirus y evitar su propagación en nuestro país. El Ministerio de Salud recomendó a la población no viajar a las zonas de circulación del virus –toda Europa, los Estados Unidos, Irán, China, Corea del Sur y Japón– y sugirió que los mayores de 65, que constituyen la población de riesgo, cumplan un aislamiento social voluntario. También se pidió «minimizar las actividades con público y evitar el contacto con personas que hayan llegado de áreas de circulación del virus, aunque estén asintomáticas».
Y después de una reunión interministerial y con especialistas en la Casa Rosada ayer a la tarde, el presidente Alberto Fernández habilitó una partida especial de $1.700 millones para fortalecer el diagnóstico y la atención en los centros de salud, de cara al invierno.
Esta reunión del presidente duró más de dos horas, con nueve ministros de su gabinete y una veintena de infectólogos y especialistas, entre ellos, la embajadora de la Organización Mundial de la Salud para América Latina y el Caribe, Mirta Roses. La reunión fue convocada en el marco del decreto 664 de 2007 que había creado una «Unidad de coordinación del Plan Integral para la Prevención de Pandemia de Influenza», la amenaza de ese momento.
Luego, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti ofreció una conferencia de prensa con el titular de la Fundación Huésped, Pedro Cahn, y la embajadora Roses. Ahí informó que: «Los fondos extraordinarios que habilitó Alberto Fernández se destinarán a equipamiento para respuesta hospitalaria, a la compra de reactivos para que trabajen los institutos de diagnóstico, en equipamiento para realizar diagnósticos descentralizados y en el fortalecimiento de recursos humanos e insumos para el personal de salud».
El Ministerio de Trabajo dispuso una «licencia excepcional» para aquellos trabajadores privados y estatales que regresen a la Argentina luego de un viaje por zonas afectadas por el coronavirus.
También, Aerolíneas Argentinas anunció la cancelación de otros ocho vuelos a Roma previstos para marzo y abril, además la cancelación de tres vuelos a Miami y Orlando.
Nuestra opinión: Somos escépticos sobre la eficacia de exhortaciones y pedidos de aislamiento voluntario. Pero es evidente que a nuestra población -alarmada, es cierto, pero que todavía ve el problema como lejano: una sola víctima fatal, hasta ahora- sería difícil obligarla a cumplir con medidas estrictas como las que se están imponiendo en Europa (No hablemos de las puestas en práctica en China).
En realidad, los países que han sido más exitosos, aparentemente, en la contención de esta epidemia, son los que sufrieron en carne propia la muy similar epidemia de SARS (Síndrome respiratorio agudo grave) en 2003.