En medio del debate sobre la cantidad de testeos que deben realizarse en Argentina para detectar los contagios por coronavirus, el gobierno nacional avanza para poner en marcha antes de fin de mes un estudio epidemiológico con testeos rápidos para medir el nivel de circulación del virus en la población. Se trata del primer análisis de este tipo que se hará en el país desde que empezó la pandemia.
El estudio, que se desarrollará con 170.000 kits donados por el gobierno de China, consistirá en someter a pruebas serológicas (análisis de sangre en busca de anticuerpos) a un grupo de personas que no haya presentado ningún síntoma de la enfermedad en los últimos 30 días y que no haya estado en contacto con personas que hayan regresado desde uno de los países considerados de riesgo. El objetivo es determinar el nivel de circulación del virus entre personas asintomáticas y sin presunción de portar el virus. Esto establecería una «línea de base» nacional, y sus equivalentes regionales y provinciales.
Este resultado se comparará contra un testeo en grupos humanos específicos de alto nivel de exposición, para determinar el nivel de contagio. Se contempla incorporar en este grupo al personal de transporte público y a los empleados de aeropuertos, por dar ejemplos. Inevitablemente, el personal sanitario estaría en este lista.
La fecha de inicio de este estudio comparativo está supeditado a la llegada de los kits desde China, que en el gobierno nacional esperan para la semana próxima. Hoy, en tanto, llegó desde Pekín un cargamento con otros insumos médicos, pero los kits para los testeos vendrían en un segundo vuelo.
En un gesto elegante de la diplomacia china, las cajas que llegaron llevaban la leyenda: «Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea», en referencia al clásico de José Hernández, «El gaucho Martín Fierro«.
En el Ministerio de Salud aclararon que el empleo de testeos rápidos no implica un cambio en la política que se viene desarrollando hasta el momento. Fuentes del organismo argumentaron, en ese sentido, que las detecciones de anticuerpos no pueden reemplazar a las pruebas RT-PCR que se hacen en el país en la actualidad, y que hasta hoy han sido nuestro único método para detectar los contagios. El RT-PCR tiene muy poco margen de error porque detecta directamente el ARN viral.
En cambio, los testeos serológicos detectan anticuerpos contra el Covid-19 en el suero sanguíneo. Tienen un período de «ventana inmunológica» de entre 7 y 14 días, que es el tiempo en que el sistema inmune del portador va armando su respuesta antiviral. En ese lapso, un test de anticuerpos puede dar falsos negativos, porque no los detecta. Esto limita su utilidad no sólo para el individuo testeado, sino como herramienta gubernamental de gestión de crisis: da un panorama del estado de cosas que atrasa al menos una semana respecto del real.
El ministro de Salud, Ginés González García, diferenció el uso de los dos testeos cuando expuso en la Cámara de Diputados el 1° de abril: «El reactivo rápido (el de anticuerpos) se usa en forma lenta con la evolución de la enfermedad. Es decir, trabaja sobre si existen o no anticuerpos. Si bien es mucho más rápido que el otro, en realidad es tardío en el momento que puede hacerse, luego de siete u ocho días de incorporación del virus en el cuerpo humano y habiéndose desarrollado los anticuerpos».
González García anticipó que estaba previsto la realización de un estudio epidemiológico con casi 200.000 kits de pruebas serológicas. «Serán utilizados para la investigación de circulación epidemiológica, no para el diagnóstico, porque no podemos decir a nadie que espere siete u ocho días para ver si es positivo o no».
La aclaración del ministro es oportuna porque, como ya se había señalado en AgendAR, en la discusión pública sobre los tests hay mucho de ignorancia: el test que se realiza en el Malbrán, y ahora en otros laboratorios provinciales, es el RT-PCR, lento, centralizado y caro pero confiable, con bajísima probabilidad de negativos o positivos falsos. Los kits chinos de anticuerpos son portátiles, instantáneos y baratos (gratis en este caso, porque son donados), pero dan falsos negativos hasta un período de entre 7 y 14 días después de la infección.
La panoplia de detección usada en el mundo se volverá mucho más eficaz cuando surjan kits portátiles y baratos que detecten antígenos, es decir alguna o algunas de las 19 proteínas virales del Covid-19, y que lo hagan con muy poco margen de error. Hay decenas de laboratorios públicos y privados detrás de esta meta, por ahora inalcanzada.
Es necesario tener claro que los tests son herramientas para la toma de decisiones, pero no reemplazan a las decisiones. No son soluciones mágicas.