La investigación indaga si las nuevas prácticas en relación a la emergencia sanitaria son transitorias o si algunos de los cambios en la vida social y en los hábitos de consumo prevalecerán en el futuro al superar la pandemia. “En términos generales, observamos que las personas perciben que nos dirigimos a cambios en las conductas y en los vínculos, principalmente mediados por una mayor interacción virtual”, observó el consultor Manuel Zunino.
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La encuesta de opinión también examina la posible mayor utilización a futuro de las plataformas de video y de las compras online. Respecto a los hábitos de cuidado personal, el 99,2 % de los encuestados afirma haber incorporado prácticas recomendadas para evitar la transmisión del COVID-19 y el 96,7 % dice que continuará con algunas de estas prácticas una vez que termine el aislamiento.
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“Si bien no podemos hacer previsiones y todavía es temprano para sacar conclusiones, parecería empezar a estar claro que esta crisis sanitaria va a generar cambios en la forma en que las personas nos relacionamos en nuestras prácticas cotidianas”, aseveró Zunino. E indicó: «Solo resta ver cuál será la dimensión de estos cambios”.
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La vida social luego del aislamiento
A partir de la reclusión obligatoria, las plataformas de video adquirieron un lugar protagónico como soporte en la comunicación interpersonal, profesional y para el entretenimiento. El 81,8 % de los encuestados utilizó alguna plataforma o aplicación de video y el 73,1 % asegura que continuará utilizándolas en el futuro.
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En relación a lo que las personas querrían hacer al concluir la cuarentena, la posibilidad de ver a un familiar (51,4 %), ir a trabajar y ver a los amigos se ubican entre los principales deseos. En segundo orden, aparecen actividades vinculadas a caminar, hacer deporte o viajar. Por último, se agrupan las categorías que tienen que ver con ir a espectáculos, a bares o ir a ver un partido de fútbol.
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Respecto a las compras on-line, el porcentaje de personas que nunca habían implementado esta práctica y que comenzaron a realizarla desde el inicio del aislamiento es leve (un 5,7 %). Sin embargo, entre los que no han utilizado estos servicios aún, un 37 % manifiesta que en el futuro podría utilizarlos.
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En la Ciudad de Buenos Aires, las personas que compraron online superan en un 10 % a quienes realizaron esta práctica en el GBA. Si bien no se observan diferencias entre hombres y mujeres, sí existen diferencias por rangos de edad y por nivel socioeconómico.
Teletrabajo y educación a distancia
Los aspectos que consideran favorables quienes realizaron educación a distancia es el manejo de los horarios y el ahorro de tiempo o gastos. Por otra parte, son pocas las personas que dicen sentirse más cómodas (16,3 %) y que consideran que es más práctico (13,3 %).
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Respecto al teletrabajo, el 65,7 % de los encuestados valoró de forma positiva esta práctica y un 9,5 % manifestó rechazo. Los principales aspectos que destacan quienes realizaron la experiencia son el manejo de los horarios y el ahorro de tiempo o gastos, solamente el 7,3 % dice sentirse más cómodo y el solo 3,5 % considera que es más práctico.
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Por otra parte, el 18,9 % dice no encontrarle ningún beneficio e indica como aspectos negativos el tener que trabajar más de lo habitual, el encontrar dificultades para concentrarse, los problemas de comunicación y el acceso o calidad de la red, además de las incomodidades propias de la falta de infraestructura adecuada en el hogar.
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Al respecto, Zunino comentó: “Las personas perciben que nos dirigimos hacia nuevas conductas y un número importante de encuestados aprueba la implementación parcial del teletrabajo y la educación a distancia”.
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Según se desprende de este estudio, tanto en relación al teletrabajo como a la formación virtual, para incrementar su implementación es necesario generar mejoras en el acceso y calidad a las herramientas digitales, modificar la infraestructura del hogar para generar ámbitos acordes a las diferentes actividades y revisar la organización de los usos del tiempo en estos contextos.
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El universo de esta encuesta de opinión estuvo comprendido por mayores de 16 años residentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires según parámetros de sexo, edad, nivel socioeconómico y región. El estudio indica tener un margen de error de un 3,2 % y una confianza del 95,5 %. El equipo a cargo de su realización estuvo compuesto por Manuel Zunino, Santiago Giorgetta, Sebastián Zunino, Francisco Martinelli y Patricia Giollo.