(Un primero de mayo muy extraño. Acercamos vistazos a lo que está sucediendo en diversas partes del mundo, junto a algunas inquietudes, relevantes, del historiador francés de las relaciones sindicales Stéphane Sirot).
En el mundo de 2020, confinado debido a la pandemia de covid-19, el 1 de mayo, sin sus tradicionales marchas, será muy distinto de los tradicionales. Pero los sindicatos aprovecharán esta fecha para hacer hincapié en el papel crucial de los trabajadores en primera línea durante la crisis sanitaria.
«Este Día del Trabajador, acontecimiento colectivo por excelencia, será «inédito en la historia sindical», señala el historiador francés Stéphane Sirot, especialista en movimientos sociales.»Es como un 1 de mayo en tiempos de guerra. Pero es la primera vez que la situación sanitaria entra en juego».
En momentos en que la mitad de la humanidad está confinada y en que el nuevo coronavirus ha matado a más de 200.000 personas, las manifestaciones están prohibidas, pero los sindicatos imaginan otras formas de movilización.»Aunque estemos confinados, manifestémonos todos el 1 de mayo con pancartas, banderas o invadiendo las redes sociales, y demos a este día una verdadera fuerza colectiva», escribieron varios sindicatos en Francia, donde se suelen celebrar grandes marchas en esta fecha.
Buscan homenajear en particular a los «olvidados» e «invisibles» de nuestras sociedades, que siguen trabajando, a menudo poniendo en riesgo su propia vida, como el personal sanitario, los empleados de los supermercados o los recolectores de basura.
En Italia, uno de los países europeos más afectados por la pandemia, con más de 25.000 muertos, el gran concierto que tradicionalmente organizan el 1 de mayo en Roma las principales centrales sindicales se celebrará este año sin público. Sin embargo, se ha invitado a varios artistas a presentarse en el Auditorium, la principal escena musical de la capital, para un espectáculo bautizado «Trabajo seguro: construyendo el futuro», que se transmitirá en directo por el canal público Rai 3.
Los sindicatos del Reino Unido cancelaron también los eventos planeados pero señalaron que «era más importante que nunca marcar la contribución que hacen los trabajadores» en estos tiempos de crisis. Han instado a la gente a publicar un «vídeo corto en los medios sociales agradeciendo a un trabajador que ha hecho la diferencia».
En Grecia, un país con una fuerte tradición sindical, no hay planes oficiales, y el mayor sindicato griego, la Confederación de Trabajadores del Sector Privado (GSEE), dijo que «respeta las instrucciones relativas a la prohibición de reuniones de más de diez personas». Sin embargo, ante el espectro de una nueva recesión tras diez años de crisis, no está descartado que los sindicatos comunistas organicen un mitin simbólico frente al Parlamento de Atenas.
En Cuba, la Central de Trabajadores (CTC, única), llamó a celebrar el 1 de mayo desde las casas y alentó iniciativas en las redes sociales.»La conmemoración de esta fecha tendrá en esta ocasión como escenario nuestros hogares, hoy convertidos junto a la familia en trinchera decisiva en la crucial batalla frente a la pandemia que nos azota, la que exige de todos cada vez mayor disciplina social, responsabilidad individual y colectiva»,dijo su secretario general, Ulises Guilarte, a la prensa local. Según Guilarte, se están promoviendo otras iniciativas, como postear las fotos en Internet de las casas cubanas engalanadas por la efemérides o de carteles que han sido diseñado para conmemorarla fecha este año.
«Día de Mayo: Más fuertes juntos, pero cada uno por su cuenta». Esta es la consigna en Dinamarca,donde el Día de los Trabajadores será exclusivamente virtual, liderado por la mayor organizaciónsindical FH, que reúne todas las iniciativas en Facebook. Las celebraciones se llevarán también a cabo en internet en Suecia y Noruega, donde el lema de este año será «seguridad para la salud y el trabajo».
En Uruguay, la mayor central obrera, PIT-CNT, solicitó al presidente Luis Lacalle Pou que les permitiera realizar una emisión nacional de radio y televisión para difundir un mensaje que sustituya al tradicional acto masivo del 1 de mayo con el objetivo de que «la voz de los trabajadores alcance la mayor difusión posible». Lacalle Pou rechazó esa posibilidad, argumentando que la política gubernamental sobre el uso de este recurso «sólo contempla necesidades de carácter nacional que involucran a las instituciones gubernamentales». La central sindical, que primero había decidido realizar cuatro «pequeños actos», resolvió finalmente conmemorar la fecha a través de caravanas de vehículos en los 19 departamentos del país. Éstas mantendrán «todos los criterios de cuidados de seguridad y salud de todos los participantes manifestantes y del pueblo en general», indicó en un comunicado.
En Indonesia, los sindicatos tienen la intención de mantener las manifestaciones del 1 de mayo en Yakarta, que suelen congregar a decenas de miles de personas, a pesar de la prohibición de la policía.
En China, donde el coronavirus apareció en diciembre, la situación no sólo ha vuelto casi a la normalidad, sino que el gobierno ha extendido dos días más el tradicional feriado del 1 de mayo con la esperanza de impulsar el comercio y el turismo.
Más allá del símbolo del primero de mayo, la verdadera cuestión, según el historiador Stéphane Sirot, es cómo se desarrollará la acción sindical en los próximos meses, ante una «fractura social» que promete generalizarse en la mayoría de los países.
«La acción de los sindicatos va a ser más difícil. Las concentraciones masivas, que son una de sus herramientas esenciales, seguirán estando prohibidas incluso cuando los países pongan fin a sus estrictos confinamientos». «El activismo sindical se basa en marchas, reuniones, manifestaciones, contactos», pero en una época de distanciamiento social, eso va a ser complicado», añadió Sirot.