Un granjero de Bolívar, provincia de Buenos Aires, halló por accidente los restos fósiles de una especie enorme de armadillos que vivieron hace más de 10.000 años. El tamaño de cada uno -y también la forma- era similar al del «Escarabajo» de Volkswagen.
Estos restos fosilizados, que se encontraron cerca de un arroyo al quedar parcialmente descubiertos a raíz de una intensa sequía que afecta el área, pertenecen a cuatro gliptodontes, un gran mamífero extinto, herbívoro, acorazado, al que se supone antecesor de los actuales armadillos.
El granjero, Juan de Dios Sota, divisó accidentalmente la parte superior de uno de los caparazones mientras llevaba a pastar el ganado, y dio parte a las autoridades del municipio, que se comunicaron con el Conicet.
Según los investigadores, estos ejemplares pesaban más de una tonelada, y medían más de tres metros de largo. Y como murieron en las mismas circunstancias, se trata de un caso «excepcional». «¡Un póker de gliptodontes!» comentó uno.
Su caparazón era muy resistente, a tal grado de que les permitía resistir los mordiscos de los smilodones -los conocidos tigres dientes de sable- o de otros depredadores prehistóricos que quisieran atacarlos.
El equipo de expertos del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario en la Pampa (INCUAPA) ya está trabajando para extraer los restos fósiles de las cuatro criaturas.