El gobierno concretó la intervención. Y abrió el diálogo con los dueños de Vicentín

Como anticipamos ayer, se abre un proceso de negociación, y de debate público, que será largo, acorde a la envergadura del grupo del cual Vicentin es su nave insignia. Pero va a estar enmarcado por hechos concretos. Uno, el inicial, es que el acreedor principal de la empresa que hoy no puede cumplir con sus compromisos es el Banco de la Nación Argentina. Es decir, el Estado nacional.

El otro, desde ayer, es que la conducción de la empresa ha quedado en manos de los interventores nombrados por el gobierno.

Reproducimos ahora una crónica de la reunión de ayer entre el Presidente Alberto Fernández, el anterior CEO de Vicentin, Sergio Nardelli y colaboradores de ambos:

«Aunque el plan de expropiación de la agroexportadora Vicentin sigue sobre la mesa, el gobierno nacional sacó el pie del acelerador. En busca de una salida acordada, postergó el envío del proyecto al Congreso, abrió una instancia de negociación con la compañía y se comprometió a analizar opciones alternativas que garanticen el rescate de la empresa y la continuidad de su operatoria en manos de capitales nacionales.

Ese fue, según fuentes oficiales, el resultado de la reunión de más de dos horas que mantuvieron, en la residencia de Olivos, Alberto Fernández y sus colaboradores con Sergio Nardelli, CEO de Vicentin, y otros directivos de la firma, cuya intervención se concretó este jueves, a partir de un acuerdo entre sus dueños y el gobierno nacional. La empresa emitió luego un comunicado donde quedaron en claro las diferencias: «No estamos de acuerdo con el procedimiento de expropiación, que el Presidente considera adecuado para tal fin» (en referencia al objetivo de salvar la firma).

La propuesta presentada este jueves por Nardelli para evitar la expropiación, que consiste en transferir el control de la compañía a YPF y a la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), fue rechazada. «No soy amigo de las expropiaciones, pero no tenemos opción» , le bajó el pulgar el Presidente. Pero se comprometió, de todos modos, a analizar una iniciativa superadora.

Las conversaciones continuarán este viernes, en una reunión entre los dueños de la empresa; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el interventor de Vicentin, Gabriel Delgado, y el presidente de YPF, Guillermo Nielsen. El proyecto de ley no se enviará hasta que concluyan las negociaciones. Otra de las opciones que se puso sobre la mesa es que se avance con una expropiación parcial.

«El Presidente ha sido muy claro, su objetivo es el rescate de la empresa, está en un proceso donde [la expropiación] es un mecanismo, pero el diálogo ha surgido. Si aparecen alternativas superadoras, el Presidente está dispuesto a escuchar», dijo el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, a la salida del encuentro, en Olivos.

«La clave es que se abrió un camino de diálogo y de acuerdo», dijo un funcionario que participó de la reunión. Además de Fernández, Perotti y Basterra, estuvieron, por el lado del Gobierno, Kulfas, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el presidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, Rodrigo Luchinsky. Además de Perotti y del ministro de Agricultura, Luis Basterra, los dos de buen diálogo con el sector rural.

Nardelli llegó acompañado por el vicepresidente de la compañía, Alberto Macua, y el abogado Gabriel Fissore, que interviene en el proceso de quiebra.

Los directivos de Vicentin se mostraron dispuestos a compartir toda la documentación contable con las autoridades de la intervención y reconocieron que la firma atraviesa una situación crítica. Pero insistieron en que debía evitarse una expropiación.

Propusieron para eso continuar con el proceso judicial abierto en el juzgado en lo Civil y Comercial de Reconquista. Argumentaron que como la empresa se encuentra hoy bajo el control de una sindicatura colegiada no es posible llevar adelante ninguna maniobra irregular.

La razón del rechazo adelantado por el Presidente es que la continuidad del proceso de quiebra puede derivar en la adquisición de un consorcio extranjero que integra la lista de acreedores.»

VIALa Nación