En AgendAR creemos necesario contestar a una pregunta que se hace a veces en el semi anonimato de las redes sociales. Y, más importante, puede quedar, silenciosa, en la cabeza de muchos: «Casi todas las semanas se anuncian avances y descubrimientos, pero seguimos encerrados después de tres meses».
Es cierto. Y seguiremos encerrados hasta que se desarrolle, testee, licencia y distribuya, una vacuna eficaz. O, (algo muy improbable), el virus mute a una versión menos agresiva.
El descubrimiento que se anunció ayer, que aquí resumimos, y que provocó el entusiasmo y el orgullo nacional de quienes conocen, es una terapia (un suero terapéutico). No es una vacuna. No inmuniza. Es un tratamiento a ser aplicado a los ya infectados en fase temprana para minimizar el ataque viral. Está en estudios preclínicos. Si los ensayos de fase con humanos, que comienzan ahora, confirman su eficacia, salvará muchas vidas y minimizará la necesidad de camas en terapia intensiva y respiradores.
Sobre las 141 vacunas en distintas etapas de desarrollo que avanzan en el mundo -una de ellas es argentina- y de las demoras necesarias para el licenciamiento de las que resulten meritorias, informamos en estos días acá. Vale la pena remarcar algo más: el papel que han jugado en este descubrimiento y en otros, la Universidad Nacional de San Martín y la de Quilmes, y detrás de ellas, institutos como el Leloir, el Malbrán, el CONICET, la SECyT, su Agencia de Proyectos, y detrás de todo este conjunto, el Ministerio de Ciencia.
Las mencionadas son casas de estudio jóvenes, y se están ganando fama nacional e internacional por su trabajo serio y sostenido en biotecnología. Como ya se dijo, se ocupan del futuro lidiando con asuntos del presente.
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Científicos argentinos desarrollaron un suero hiperinmune obtenido a partir de anticuerpos equinos que logró neutralizar al nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) en estudios in vitro y, si se confirma su eficacia en humanos, será producido a escala industrial.
“Los resultados fueron tan alentadores que el siguiente paso es desarrollar estudios clínicos para probar su seguridad y eficacia. Si todo sale como esperamos, será el primer medicamento de desarrollo nacional contra COVID-19”, afirmó Fernando Goldbaum, director científico de Inmunova, empresa argentina de biotecnología surgida en 2009 de la Fundación Instituto Leloir (FIL), e investigador superior del CONICET.
El suero hiperinmune anti-COVID-19 es fruto del trabajo de articulación pública-privada encabezado por el laboratorio Inmunova y el Instituto Biológico Argentino (BIOL), la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud “Dr. Carlos G. Malbrán” (ANLIS), con la colaboración de la FIL, la compañía biotecnológica Mabxience y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Si bien a largo plazo las vacunas serán la estrategia ideal para controlar al nuevo coronavirus, implican tiempos más extensos para su desarrollo y la consiguiente distribución a millones de personas. El suero hiperinmune anti-COVID-19 sería una alternativa de inmunización pasiva más efectiva para atenuar los efectos de la pandemia a corto y mediano plazo, es decir reducir la cantidad de casos serios, y por ende su mortalidad y las secuelas renales, pulmonares y de otro tipo de los sobrevivientes.
Suero hiperinmune anti-COVID-19
Hace 30 años que los sueros equinos (dotados de anticuerpos que esos animales generan luego de ser expuestos a antígenos o proteínas del patógeno) se usan como un medicamento antitetánico, para tratar picaduras venenosas de serpientes y alacranes, y también una infección alimentaria severa: el botulismo.
El suero equino anti-COVID-19 de Inmunova se logró en tiempo récord y contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en respuesta a la convocatoria “Ideas Proyecto COVID-19” de la Unidad Coronavirus, creada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación e integrada por el CONICET y esta agencia.
El SARS-CoV-2 tiene muchas proteínas que cubren su material genético (ARN), entre ellas la proteína Spike o «S», que incluye una región que se llama Receptor Binding Protein (RBD), fundamental para la infección. Para el nuevo desarrollo, científicos de la FIL, de la UNSAM y Mabxience colaboraron con Inmunova para producir una cantidad importante de RBD de alta calidad.
Con esta proteína usada como antígeno, es decir un irritante del sistema inmune, la empresa BIOL inmunizó caballos que generaron una gran cantidad y variedad de anticuerpos, con los cuales elaboraron un suero equino. Luego, investigadores de Inmunova y del Instituto Malbrán usaron ese suero equino para pruebas de laboratorio y se comprobó, «in vitro», que tiene un alto poder neutralizante, superior al que demuestran la mayoría de los plasmas de pacientes convalecientes. La biología es impredecible, y esta ventaja no tiene por qué repetirse en sistemas mucho más complejos que un cultivo celular: los animales de laboratorio y los seres humanos.
Pero blanco sobre negro y por cuestión de tamaño, un caballo inmunizado con antígeno «S» puede soportar la extracción diaria de litros de plasma, un humano inmunizado (porque se curó del virus real), tal vez 300 ml. si está en muy buen estado físico, y para la siguiente donación deberán pasar meses.
Los siguientes pasos serán producir ese suero anti-COVID-19 a gran escala mientras se realizan estudios clínicos por Inmunova en pacientes leves, moderados y severos cumpliendo con las etapas y estándares científicos establecidos para la investigación de medicamentos y la supervisión de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Más de 10 hospitales participarán de esta fase, necesaria para probar la seguridad y eficacia del medicamento.
“De este proyecto participan cerca de 70 investigadores. Nos interesa contribuir desde la ciencia con una herramienta útil para disminuir la letalidad y morbilidad de la infección por el nuevo coronavirus”, indicó Goldbaum, quien también dirige el Centro de Rediseño e Ingeniería de Proteínas de la UNSAM y el Laboratorio de Inmunología y Microbiología Molecular en la FIL. Y destacó que la ventaja de un suero equino anti-COVID-19 es que se podría producir una numerosa cantidad de dosis en un lapso breve de tiempo.