(Reproducimos aquí la nota indignada de un medio santafesino. Y debemos darle la razón. Una provincia que tenía menos casos que Uruguay, con una población similar. Pero Uruguay no forma parte de la red argentina de distribución de alimentos y otros productos esenciales…)
Según los datos de dispositivos móviles de Google, si se compara la movilidad de sus usuarios en el período de mayor apertura (el distanciamiento social iniciado el 8 de junio) y el último cierre (la «vuelta» a Fase 1 en AMBA del 1º de julio), prácticamente no hay diferencia.
La «cuarentena más larga del mundo» habrá durado algo menos de dos meses. Esa es la conclusión que se desprende de los datos de movilidad que publica Google, a partir de la información de dispositivos móviles, como tu celular.
La curva de movilidad –comparando adecuadamente los días: martes con martes, miércoles con miércoles, y así– muestra que en 21 días de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO, la fase de mayor apertura de la cuarentena, en todo el país) los porteños y bonaerenses salieron a la calle del mismo modo y con las mismas ganas que tendrían luego, en los 21 días de vuelta a la Fase 1, en razón de la disparada de casos.
Las órdenes emitidas por Nación, provincia y municipio para el 1º de julio cayeron en oídos sordos. Nadie se hizo cargo del anuncio de la vuelta a la cuarentena estricta o del diario reporte de aumentos de contagios y de muertos por Covid 19. Antes, el distanciamiento social había relajado la cuarentena el 8 de junio.
Los medios opositores y los políticos sin responsabilidades ejecutivas –que ahora se sorprenden de la cantidad de casos– venían bombardeando sin cesar las medidas de cuidado toda vez que pudieron y de las peores maneras, incluso convocando abiertamente a sucesivas movilizaciones por la razón que fuese. Eran aquellos tiempos de la infectadura, donde el porcentaje de utilización de camas de terapia intensiva ni siquiera era un tema.
Desde hace tiempo, Capital Federal y Buenos Aires registran cerca del 90% de los contagios que se reportan todos los días. El 7 de julio, durante la Fase 1, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, explicó que «si nosotros liberamos mucho el AMBA te estalla Rosario, Córdoba, porque el 95% de los casos que aparecen en otras partes del país es porque pasaron por AMBA».
«Si vos liberás son millones de personas que van a a interactuar y terminan en Entre Ríos, en Córdoba y Santa Fe, y no son uno o dos, son 40 casos por día», agregó. Los medios porteños, que fungen de nacionales, se dividieron entre los que no le prestaron demasiada atención a la declaración, los que no la entendieron y los que la catalogaron de ridícula. Pero el foco de infección que es el AMBA sí impacta en todo el país, cosa que el resto del país por supuesto que sí sabe.
Al momento de entrar al DISPO, la mayoría de las provincias había pasado varios días sin registrar contagios. Después del período de DISPO, se ve cómo los casos comenzaron de nuevo a brotar en todo el territorio, en mucha mayor cantidad que antes, cosa que continuó luego cuando los porteños volvieron a Fase a 1. Es decir, cuando no volvieron.
Los datos
Google hizo públicos sus datos de movilidad, que se obtienen a partir del movimiento de las personas con celulares. Toma como punto de comparación la movilidad de los usuarios de dispositivos móviles entre el 3 de enero y el 6 de febrero de 2020. Google categoriza los desplazamientos de las personas en Tiendas y ocio (incluye las tendencias de movilidad en lugares como restaurantes, cafeterías, centros comerciales, parques temáticos, museos, bibliotecas y cines), Supermercados y farmacias (mercados y depósitos de alimentos, mercados de productores, tiendas de comida especializadas y farmacias), Parques y paseos (parques nacionales, playas públicas, puertos deportivos, parques para perros, plazas y jardines públicos), Transporte (centros de transporte público, estaciones de metro, autobús y tren), Lugares de trabajo (lugares de trabajo) y Zonas residenciales (lugares de residencia).
En general, Argentina es un ejemplo en la implementación de su cuarentena. El aislamiento social, preventivo y obligatorio desde el 20 de marzo generó una fuerte parálisis, llena de sacrificios. Con responsabilidad, los argentinos cumplimos con los cuidados imprescindibles para enfrentar el coronavirus y eso nos dejó muy bien posicionados para comenzar a abrir paulatinamente. Lo que se descubrió después es que una vez que se sale un poco de la cuarentena es muy, muy difícil volver atrás.
La caída abrupta de la movilidad en Argentina a partir del 20 de marzo se ve claramente en los gráficos. Esa cuarentena rígida sirvió para que la curva de muertes sea particularmente baja a nivel mundial. Pero vale también desagregar qué pasa en qué lugares. La cuarentena se cumplió con ahínco en los comercios y en los parques, mientras que se aprovechó al máximo el recorrido en cercanías del hogar. El paso al aislamiento administrado y luego al distanciamiento social se refleja en cómo la población deja de estar en las inmediaciones de sus hogares y se vuelca a la calle, sobre todo al transporte público y a las áreas de tiendas y ocio, supermercados y farmacias.
(Se puede acceder a los gráficos de Google que reproduce Pausa cliqueando aquí)