Ayer 12 de agosto el presidente Alberto Fernández hizo el anuncio de mayor impacto, hasta ahora, de su gestión. Y como corresponde a un mandatario en estos tiempos, lo sintetizó en Twitter:
«El laboratorio AstraZeneca y la biotecnológica mAbxience del Grupo INSUD confirmaron que la Argentina estará a cargo, junto con México, de la producción y distribución en toda Latinoamérica de la potencial vacuna contra el Covid-19 que desarrolla la Universidad de Oxford.»
«El acuerdo, que prevé la transferencia de tecnología para la producción inicial de entre 150 y 250 millones de dosis, permitirá un acceso oportuno y eficiente para toda Latinoamérica y en particular para nuestro país, que la tendrá disponible entre 6 y 12 meses antes.»
«Esto nos asegura que la Argentina dispondrá de la vacuna cuando lo requiera y a un precio razonable a partir del primer semestre de 2021, si los resultados de los estudios fase III son positivos y se aprueban las regulaciones correspondientes.»
«Aunque es una gran noticia, no se trata de una solución para el presente sino un alivio para el futuro. Hoy seguimos sufriendo la pandemia, con un fuerte aumento de contagios y muertes. Por eso, hasta que esté la vacuna debemos ser responsables y extremar las medidas de cuidado.»
Antes, en Olivos, a las 19, el Presidente, acompañado por los máximos funcionarios a cargo de la Salud, el ministro Ginés González García y la secretaria Carla Vizzotti, había dado una conferencia de prensa. Al pie de esta nota está el video.
Aquí resumimos los conceptos y agregamos algunos datos reunidos ante una noticia que nos sorprendió, como a casi todos los argentinos. Y empezamos por corregir una confusión que se produjo en las primeras horas en las redes sociales.
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Astra Zeneca junto a la Universidad de Oxford no será producida en Argentina por esa compañía farmacéutica, que en 2019 redujo su presencia en nuestro país. Esa firma, fruto de la fusión de la compañía sueca Astra AB y la británica Zeneca Group PLC transferirá la tecnología correspondiente al laboratorio mAbxience, del Grupo Insud, encabezado por el empresario argentino Hugo Sigman.
La producción del ingrediente activo de la vacuna se hará, entonces, en su planta ubicada en Garín, provincia de Buenos Aires. En AgendAR habíamos informado de su inauguración en febrero, a la que asistieron Alberto Fernández y Axel Kicillof, sin imaginar nosotros -y tal vez ellos tampoco- que iba a cumplir esta misión.
El objetivo de la planta era producir anticuerpos monoclonales de alto costo, a un precio menor que los de referencia, que se usan en el tratamiento de distintos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes como la artritis, o en la degeneración macular. Esa nueva planta duplica la capacidad de otra de mAbxience, en Munro, inaugurada en 2012 con la presencia de Cristina Kirchner.
Desde allí las vacunas -entre 200 millones y 250 millones de dosis- serán despachadas en sachets hasta el laboratorio mexicano Liomont, que las fraccionará y envasará en frascos de vidrio. Esas dosis de vacuna serán vendidas por Astra Zeneca a un precio entre 3 y 4 dólares por unidad a todos los gobiernos de América latina. Con la excepción de Brasil, que ha hecho otros arreglos.
Este ambicioso acuerdo de transferencia tecnológica, producción y distribución a escala continental fue financiado -lo señaló Alberto Fernández en la conferencia de prensa- por la fundación del empresario mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo.
La gestión para una producción nacional de una vacuna contra el COVID-19 comenzó -se dice- en la visita de Alberto Fernández a su par de México, Andrés Manuel López Obrador, donde también cenó con Carlos Slim. Allí se empezó a armar un emprendimiento de varias puntas: la Universidad de Oxford, el laboratorio Astra Zeneca y el Grupo Insud de Sigman.
El presidente Fernández señaló que este acuerdo “pone a la Argentina en una situación de tranquilidad y de poder disponer de la vacuna cuando lo requiera y a un precio razonable”.
Del total de vacunas a producir, el gobierno nacional informó que unas 22.400.000 de dosis serán destinadas a personal de la salud y seguridad, adultos mayores y personas en grupos de riesgo. Y que la intención es abastecer a Argentina y a otros países de Latinoamérica a partir del primer semestre de 2021, sujeto a los resultados de los estudios Fase III y aprobaciones regulatorias.
Agustín Lamas, presidente de AstraZeneca para el Cono Sur declaró: “Este acuerdo destaca el gran nivel de profesionales, la calidad de la ciencia y las capacidades de fabricación que tiene nuestro país. Si los ensayos clínicos resultasen positivos, esta alianza estratégica proporcionará acceso temprano a la potencial vacuna COVID-19 para Argentina».
Hugo Sigman, CEO de mAbxience Biotech Argentina (Grupo INSUD) participó en forma virtual (reside en España) y dijo: “Estamos honrados que AstraZeneca haya confiado en el grupo mAbxience para la transferencia tecnológica para la fabricación de la sustancia activa de la vacuna” en el marco de un “destacable trabajo colaborativo que hemos generado para enfrentar juntos esta pandemia».
El Presidente Fernández manifestó estar “muy orgulloso que nuestro país haya sido elegido para la producción de la sustancia activa de la potencial vacuna Covid-19”. Pero también expresó su preocupación: “Esto es para el futuro; en el presente el número de contagios y el número de fallecimientos crece. Eso a esta altura de los acontecimientos depende esencialmente de la conducta ciudadana, porque todos vemos que la actividad se ha liberado en gran medida».
(Hasta el momento de publicar esta nota online, no había un video oficial de la conferencia de prensa. Pero esta versión de LaNación es completa)