China patenta su primera vacuna contra el coronavirus

La patente fue solicitada por un equipo conjunto de la Academia de Ciencias Militares y la empresa CanSino Biologics

La Administración Nacional de Propiedad Intelectual (SIPO) otorgó la patente solicitada conjuntamente por un equipo de investigación de la Academia de Ciencias Militares y CanSino Biologics Inc., una compañía biofarmacéutica de alta tecnología china.
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(Aclaración de AgendAR: el patentamiento es un acto de reserva de propiedad intelectual, y no significa el licenciamiento regulatorio para una vacunación masiva dentro del territorio chino. Para eso, CanSino debe atravesar todavía estudios de fase 3, masivos, con decenas de miles voluntarios humanos, y testeando «a doble ciego» una cohorte vacunada contra otra que reciba -sin saberlo- un placebo inocuo, o mejor aún desde el punto de vista bioético, otra vacuna dirigida -por ejemplo- contra las neumonías bacterianas. CanSino tiene esto en marcha, también fuera de China: en Rusia).
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El equipo dirigido por Chen Wei, investigadora del Instituto de Medicina Militar de la academia, desarrolló la vacuna recombinante COVID-19, con un adenovirus modificado como vector.
En marzo, la vacuna se había convertido en la primera en China que logró la aprobación para ingresar en ensayos clínicos.
Según el resumen de la patente, la vacuna muestra una buena inmunogenicidad tanto en modelos de ratón como de cobayo y puede inducir una fuerte respuesta inmunitaria celular y humoral en un corto período de tiempo. Se puede producir rápidamente a gran escala para hacer frente al brote de la epidemia.
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La vacuna ha concluido los ensayos clínicos de etapa 1 y 2, que han verificado su seguridad e inmunogenicidad. Y ya comenzó a ser probada en forma masiva, a finales de junio, inyectándola en militares voluntarios chinos.
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La patente de la SIPO indica que la candidata, que usa un virus debilitado del resfriado común -un adenovirus tipo 5-, «puede inducir al cuerpo a producir una fuerte respuesta inmune celular y humoral en poco tiempo”, recoge el periódico cantonés Southern Metropolis.
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La fase III
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Su seguridad y efectividad deberá confirmarse en la fase III del ensayo clínico, que acaba ser lanzado en Rusia de la mano de la compañía Petrovax y también tendrá lugar en Arabia Saudita. CanSino se encuentra en negociaciones con otros países.
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Expertos indican que la concesión de la patente demuestra la “originalidad y creatividad” de la vacuna, y que “es probable que CanSino solicite también una patente junto con autoridades extranjeras para proteger sus derechos de propiedad intelectual en el marco de la cooperación internacional”.
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Habitualmente, el período para que una vacuna pueda estar disponible para su uso a nivel masivo es de al menos entre 12 y 18 meses, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero China ha acelerado los procesos debido a la emergencia sanitaria mundial y ha permitido que se lleven a cabo al mismo tiempo algunos estudios en varias fases.
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Para su desarrollo se hicieron pruebas en más de 500 personas como parte de la fase II cuyos resultados, también positivos, vieron la luz el pasado mayo.
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Los autores subrayaron, no obstante, que ningún participante en las pruebas de fase dos estuvo expuesto al virus después de la vacunación, por lo que no es posible aún determinar si el candidato a vacuna protege eficazmente contra la infección del SARS-CoV-2.
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Los ensayos en fase III permitirán confirmar si esta vacuna candidata protege eficazmente contra la Covid-19.
VIALa Vanguardia