Un equipo de investigadores argentinos comprobó en animales que una dieta elevada en grasas altera la calidad de los espermatozoides, lo que podría tener implicancias en el manejo de los problemas de fertilidad humanos.
“Nuestro estudio aporta evidencia científica de la importancia que tiene una dieta en la salud humana y sugiere la necesidad de introducir cambios en el estilo de vida para evitar diferentes complicaciones que van más allá de la fertilidad masculina”, indicó Miguel Fornés, director del estudio e investigador del Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
Las dietas elevadas en grasas de origen animal promueven en ratones y en humanos un incremento del colesterol en sangre, entre otros marcadores de las enfermedades crónicas del adulto.
Este incremento de colesterol de origen dietario conlleva a enfermedades cardiovasculares muy bien estudiadas. “Pero a su vez, también pueden generar alteraciones de los parámetros de normalidad en el semen. Por ejemplo, alteraciones de forma y número de los espermatozoides”, explicó Fornés, también profesor titular de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo.
En trabajos con modelos experimentales, como conejo y ratón, Fornés y colegas definieron que el mecanismo que da la forma celular al espermatozoide se altera bajo dietas ricas en grasas.
Pero en algo que los investigadores definieron como “aún más interesante”, los estudios mostraron que asociar una reducción de la ingesta grasa con la suplementación con aceite de oliva virgen extra, que reduce el colesterol en sangre, llevó a la recuperación de los parámetros de semen normal.
“Los espermatozoides recuperaron su forma típica”, indicó Fornés, director del Laboratorio de Investigaciones Andrológicas de Mendoza (LIAM) dependiente del el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM), del CONICET y de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo.
“La infertilidad masculina es de difícil tratamiento por lo que una dieta que incluya antioxidantes está recomendada. Más aún si fuera de origen natural, como el aceite oliva extra virgen que es funcional a otras patologías, sería una recomendación completa”, indicó Fornés.
Del estudio, publicado en “Heliyon”, también participaron otros investigadores del IMIBIO, del IHEM, de la UNCuyo, del CONICET y de la Universidad de Aconcagua: Abi Karenina Funes, Tania Emilce Estefania Saez Lancellotti, Lucas Damián Santillán y María de Los Angeles Monclus.