Hoy, martes 22 de septiembre, las personas más poderosas del mundo patrocinan una fiesta internacional, pero nadie va a asistir. Ellos tampoco.
Esta semana se inaugura la Asamblea General de las Naciones Unidas, y además se festeja su 75° aniversario. Normalmente sería el Gran Evento de la diplomacia global. Pero son los tiempos del coronavirus, y no habrá protagonistas estrella en los pasillos de la sede de la ONU en Nueva York. Ni multitudes, ni apretones de manos ni besos en la mejilla. Todo será digital.
«La pandemia de covid-19 es una crisis que no se parece a ninguna de nuestras vidas. Por lo que la sesión de la Asamblea General de este año también será diferente a cualquier otra», dijo el secretario general anfitrión de la ONU, Antonio Guterres, en una conferencia de prensa.
Enfrentados con las regulaciones de cuarentena de 14 días en la ciudad de Nueva York, los presidentes y primeros ministros pasaron de ir a Estados Unidos este año.
En cambio, sus rostros irán al salón desde miles de kilómetros de distancia a través de cientos de comentarios pregrabados. (Aunque sea en video, siempre habrá discursos en la ONU. Pero no habrá ningún enfrentamiento verbal esta vez).
Hoy martes hablarán casi todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el presidente de China, Xi Jinping; el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que rara vez habla en la ONU; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el presidente de Irán, Hassan Rouhani, se dirigen al Salón de Asambleas con pocas horas de diferencia.
A tan solo unas semanas de las elecciones presidenciales de EE. UU., había una gran expectativa por lo que el presidente Trump podría decir en persona sobre Irán, China o quizás incluso sobre Joe Biden.
Pero es poco probable que se salga del guión en su declaración grabada desde la Casa Blanca. Sin él, «habrá una clara falta de drama», dijo Richard Gowan, director de ONU en el International Crisis Group.
Otra ausencia notable este año, pero que no se debe a la pandemia. Por todos los compromisos formales de defender la igualdad de género, se destacará la ausencia de mujeres en esta Asamblea General.
No estarán hasta que el jefe de estado o gobierno número 51 en la lista de oradores tome su turno, en este caso la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová.