Cooperación espacial con Rusia: otro acuerdo más

El acuerdo entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y Roscosmos, de Rusia, firmado en octubre de 2019 plantea, entre otras cosas, instalar una estación del sistema de navegación ruso Glonass en la Argentina. El Glonass es muy parecido al GPS, Global Positioning System, muy usado entre nosotros, que fue desarrollado e instalado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Este acuerdo fue redescubierto ahora en algunos medios, y provocó un miniescándalo. Algún inevitable bobo llegó a decir que estamos otorgando territorio en contraparte de la entrega de vacunas rusas Sputnik V. Estamos en un año electoral…

Se omite decir que ya hay otras 4 estaciones similares en Brasil, como en otros países del mundo, y como también las tiene EEUU para su sistema. No puede ser de otra forma: Glonass usa 31 satélites que necesitan antenas terrestres que les den telemetría, comando, comunicaciones y control (TC3) constantes y repartidos por todo todo el planeta, incluido el Hemisferio Sur. Es un sistema global, como el GPS.

En AgendAR reproducimos esta nota publicada el 9 de octubre de 2019, que describe los alcances de este acuerdo, que van mucho más lejos -en ciencia y en distancia a la Tierra- del sistema Glonass. Este convenio da continuidad a otros, que parten del tratado de cooperación entre ambos países firmado en 1990 por el ex presidente Menem con la entonces llamada Unión Soviética.

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La agencia argentina CONAE y Roscosmos de Rusia firman un protocolo sobre Cooperación en el Campo de la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos. GNSS, Acceso al Espacio y vuelos tripulados entre los principales puntos.

El Ing. Raúl Kulichevsky, Director Ejecutivo y Técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, y Mikhail Khailov, Director General Adjunto de la Corporación Estatal ROSCOSMOS, suscribieron el 8 de octubre en el Palacio San Martín el «Protocolo entre el Gobierno de la Federación de Rusia y el Gobierno de la República Argentina sobre Cooperación en el Campo de la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos».

Este Protocolo le permitirá a la Argentina, según el comunicado de la Cancillería, expandir las áreas de cooperación en usos pacíficos del espacio ultraterrestre con uno de los líderes globales en esta materia. En particular, el documento prevé avanzar en cooperación en áreas como navegación satelital, misiones espaciales tripuladas y tecnología de lanzadores de satélites, y facilitará el acceso a sistemas y tecnologías de avanzada para el sector espacial argentino.

Argentina había firmado un acuerdo con la Unión Soviética en el año 1990, el cual mantenía vigencia con la Federación Rusa. El nuevo protocolo, informaron las agencias, mejora las condiciones que hasta ahora regían en base a un acuerdo firmado con la disuelta URSS.

Sistema Glonass:

En relación a la actividad de Roskosmos en América Latina, Khailov señaló: «Tenemos un marco jurídico con Chile, trabajamos bien con Cuba, Nicaragua, negociamos con Brasil. En Brasil, tenemos cuatro estaciones Glonass y una instalación de monitoreo de desechos espaciales. Este tema es relevante para todo el mundo».

CONAE  lleva adelante conversaciones desde hace varios años con sus pares de Rusia para instalar en la Argentina estaciones del Sistema Global de Navegación por Satélites (GNSS) Glonass.

Operado por el Ministerio de Defensa de Rusia, el sistema Glonass se encuentra operativo desde el año 1996. Glonass está integrado actualmente por 31 satélites en la órbita media de la Tierra. El 27 de mayo de 2019 fue realizado el lanzamiento más reciente para actualización del sistema GNSS ruso.

En junio de 2019 Stanislav Makarchuk de CONAE decía a Sputnik News: “para funcionar bien el sistema global de navegación precisa del apoyo a través de estaciones terrestres instaladas alrededor del mundo, y nosotros pensamos que es una posibilidad para contribuir al sistema Glonass instalando en Argentina una o varias estaciones para monitoreo y control diferencial del sistema”

Acceso al Espacio

Argentina cuenta actualmente con un proyecto de desarrollo para acceso al Espacio autónomo para cargas útiles livianas denominado ISCUL (Inyector Satelital para Cargas Útiles Livianas). A través de la empresa de capitales estatales VENG S.A la agencia espacial Argentina desarrolla el en el marco del proyecto ISCUL el vehículo orbital Tronador de dos etapas con capacidad de orbitas hasta 300kg de carga útil.

El proyecto, luego de un conjunto de ensayos parcialmente exitosos, se encuentra paralizado por falta de financiamiento. Según la propuesta de Presupuesto para el año 2020 que el poder ejecutivo elevó al Congreso Nacional, el año próximo el proyecto dispondrá de aproximadamente USD 8,7 millones. Este, aunque muy superior al de los últimos tres años, sería insuficiente para que Veng avance en el desarrollo del proyecto con miras a un primer lanzamiento en los próximos años.

Según fuentes de CONAE, una de las mayores dificultades que encuentra Veng en el desarrollo del vehículo Tronador es el desarrollo de los motores para la primera etapa. Esta tecnología podría ser provista por Rusia y, de esta manera, acelerar el cronograma y reducir los costos de desarrollo. Esta idea fue incluso planteada públicamente por el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en el marco de la visita de su par argentino Mauricio Macri a principios de 2018. “Rusia y Argentina mantienen cooperación en la explotación pacífica del espacio ultraterrestre así como en el ámbito de la teledetección, la navegación por satélite, entre otros. Roscosmos podría suministrar algunos motores para cohetes que son muy eficientes y se suministran a muchos países del mundo, incluso los Estados Unidos a pesar de todas las limitaciones que conocemos”, dijo Putin junto al Presidente argentino.

Semanas después, una delegación de la compañía rusa NPO Energomash visitó la Argentina y mantuvo reuniones para avanzar en el uso de motores rusos en los cohetes argentinos.

Acuerdo con la URSS

En octubre del año 1990 la Argentina firmó en Moscú con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) acuerdos internacionales de cooperación sobre el uso pacífico de la energía atómica, el uso indebido, la producción y el tráfico de estupefacientes y el uso del Espacio Ultraterrestre con fines pacíficos.

Los acuerdos se firmaron en el marco de la visita del entonces Presidente Carlos Menem a la URSS, siendo Mijail Gorbachov Jefe de Estado de la Unión Soviética. En diciembre de 1991 Gorbachov dimitió entregando los poderes de estado al presidente de la Federación Rusa, disolviendo de esta manera la Unión Soviética.

El acuerdo para promover la cooperación entre ambos estados en el campo de la investigación y el uso del espacio ultraterrestre con fines pacífico con la Unión Soviética establecía llevar adelante las siguientes actividades:

  • Realizar experimentos de tecnología espacial utilizando objetos espaciales soviéticos y la estación tripulada soviética.
  • Realizar estudios sobre los recursos minerales y los océanos de la Tierra.
  • Realizar investigaciones sobre la física de las comunicaciones, la física solar, radioastronomía y observación de la Tierra con satélites.

Las actividades, según el acuerdo, podían realizarse de las siguientes formas:

  • Intercambio de científicos y especialistas.
  • Intercambio de experiencias, información y material científico.
  • Construcción de objetos espaciales, instalaciones y equipamiento terrestre y lanzamiento de satélites.
  • Realización de simposios y conferencias.

El acuerdo, con un plazo de 10 años de duración y renovación automática salvo que alguna de las partes quisiera terminarlo, fue firmado por Domingo Cavallo, Canciller de la Argentina en ese momento.

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El ruido sobre la estación en Argentina del Glonass, muestra que periodistas, alguna vez agudos, dicen tonterías en el marco de la campaña. Glonass, la red GPS rusa, no da la geolocalización de nadie en Argentina, salvo que tenga Glonass en su celular o vehículo; algo exclusivo de diplomáticos y/o empresarios rusos con celulares rusos.

La estación, como la china de Bajada del Agrio, Neuquén, sirve básicamente para TC3, comunicación, comando y control de la flota satelital, en este caso, rusa. EEUU tiene la suya, también en Neuquén. Las estaciones de TC3 australes son pocas, dado que las masas continentales del Hemisferio Sur son de latitud relativamente baja, y ninguna -salvo la Antártida- llega al círculo polar. en cambio, el 70% del territorio ruso está DENTRÓ del círculo polar àrtico. Por ello, el TC3 de muchos de sus satélites de órbitas polares o heliosincrónicas es muy difícil cuando vuelan sobre este hemisferio.

Permitirles TC3 local es un favor valioso, pero también habitual entre países espaciales de toda laya política, y además recíproco. Si no tenemos una estación de TC3 en Alaska, Siberia o Manchuria es porque no tenemos suficientes satélites ni presupuesto, no por negativa de EEUU, Rusia o China.

Las flotas de todas estas potencias incluyen satélites de observación de la superficie terrestre, en los que la diferencia entre ciencia y espionaje comercial y militar es más bien conjetural.

En cuanto al uso de una base de TC3 para lanzamientos, el periodista ignora la diferencia entre antenas y cohetes. Los rusos tienen un excelente territorio para lanzamientos a órbitas polares u otras muy oblicuas y de alta excentricidad, como las Molniya. Y para órbitas ecuatoriales, alquilan todo un sector del espaciopuerto francés en Guyana. Creer que vienen aquí a lanzar cohetes es hablar al ídem.

VIALatam Satelital