Una cuarta parte de las especies conocidas de abejas han desaparecido en los últimos 30 años

Científicos del CONICET y de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) advirtieron que hay una reducción alarmante en la diversidad de especies de abejas silvestres en el mundo.

Según los registros de Eduardo Zattara y Marcelo Aizen, existe un 25% menos de especies reportadas entre 2006 y 2015, en comparación con los registros que tenemos antes de 1990.

La reducción en la variedad de abejas se identificó con los datos registrados en el Centro de Información sobre Biodiversidad Global, una plataforma pública donde investigadores y ciudadanos pueden registrar avistamientos de especies de estos insectos, vitales para la polinización.

Una potencial crisis alimentaria

El hecho de que un cuarto de las especies de abejas se haya reducido tanto alarma a científicos de todo el mundo por la crisis alimentaria que podría darse a partir de la extinción de estos insectos.

Para Eduardo Zattara «estamos produciendo más alimentos para alimentar a nuestra creciente población. Estamos utilizando formas muy convenientes desde el punto de vista económico: los cada más extendios monocultivos. Eso está eliminando gran parte del hábitat natural de las abejas».

Por esta razón, el experto piensa que su trabajo debe de resultar en soluciones a largo plazo para la conservación de las poblaciones de abejas en todo el mundo. Sin embargo, los investigadores se dieron cuenta de que la disminución no es constante en todas las familias de abejas, sino que varía dependiendo del daño que exista en su hábitat natural.

Al analizar los datos recabados, los científicos argentinos sugirieron que existe la posibilidad de que las especies que no se han visto no necesariamente estén extintas. Sin embargo, sí son lo suficientemente raras como para que no se hayan avistado en décadas.

Los pesticidas, la destrucción de sus ecosistemas y el calentamiento global son tres de los ejes más importantes que han contribuido a la merma de estas poblaciones.

Las investigaciones se han limitado a explorar el continente americano, así como algunas partes de Europa. Por esta razón, Zattara y Aizen señalan la necesidad de expandir el espectro que abarca las áreas observadas hasta la fecha.

Las observaciones de estos científicos argentinos han merecido su reproducción en la revista New Scientist. Gary Powney del UK Centre for Ecology and Hydrology señaló que «esta reducción en el número de especies de abejas es alarmante tanto para la seguridad alimentaria como para la salud de la naturaleza».

VIAPeriferia Ciencia