El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) anunció esta semana que, mediante una inversión conjunta con Laboratorios Bagó, financiarán estudios para avanzar en investigaciones vinculadas al COVID-19.
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«Este acuerdo representa un esfuerzo público-privado nacional y tiene como objetivo obtener datos en la generación de la respuesta inmune en ratones y la evaluación de futuros desarrollos contra el SARS-CoV-2».
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Nuevos medicamentos y, en el largo plazo -no menos de 3 años- una posible vacuna argentina, aparecen en el horizonte. Si hay recursos y continuidad.
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En el marco del convenio, el INTA dispone de toda su experiencia en investigaciones en nanotecnología y biotecnología agropecuaria. Laboratorios Bagó es una multinacional de origen argentino dedicada a la industria química-farmacéutica, fundada en 1934 por Sebastián Bagó.
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“El convenio con Laboratorios Bagó considera nuestra experiencia como grupo de investigación en el direccionamiento de nanovehículos hacia células dendríticas, que involucra una molécula sintética que se ancla específicamente a un receptor de estas células que tienen un rol fundamental en la regulación de la respuesta inmune”, indicó Sebastián Pappalardo, responsable del proyecto e investigador del Grupo de Nanomedicina Veterinaria de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Bariloche –Río Negro–.
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Con la utilización de la plataforma de nanovacunas direccionada a las células dendríticas –células específicas del sistema inmunológico– que el INTA Bariloche viene trabajando desde hace años con universidades de Estados Unidos e Italia, se podrán obtener datos y conclusiones que ayudarán a comprender la respuesta inmune en animales de laboratorio que puedan extrapolarse luego al ser humano, en vistas a una posible nanovacuna.
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En esta etapa inicial, si bien muy preliminar, los estudios realizados sugieren que la “prueba de concepto” resulta positiva y alienta a seguir el camino iniciado.
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«El uso de la plataforma de nanovacunas es una posible alternativa en la búsqueda de soluciones profilácticas para el SARS-CoV-2”, indicó Pappalardo.
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El trabajo del Grupo de Nanomedicina Veterinaria está relacionado con el desarrollo de nanovacunas, dispositivos diagnósticos descartables basados en nanotecnología y nanoterapéuticos contra distintos patógenos que afectan la salud pública, la ganadería, la apicultura y la acuicultura.
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