Un grupo de investigadores del Conicet de La Plata fabrica vehículos nanométricos para mejorar la eficacia de medicamentos para tratar osteoporosis y osteoartritis. Son dos de las dolencias más peligrosas en los adultos mayores.
A la osteoporosis -la «debilidad de los huesos»- se deben las fracturas de cadera que ocurren con lamentable frecuencia en edad avanzada, y suelen tener post-operatorios largos y complicados.
Estos investigadores son los integrantes del grupo Fotoquímica y Nanomateriales Biocompatibles para el Ambiente y la Biología (Nanofot) del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (Inifta, Conicet-UNLP), que en los últimos meses vienen logrando resultados exitosos en estudios para el tratamiento localizado de enfermedades en los huesos.
El grupo fabricó nanopartículas de un mineral llamado hidroxiapatita, el principal componente inorgánico natural de los huesos. La hidroxiapatita sintética, formulada en laboratorio en cristales nanométricos y repartidos con nanovehículos, atiende dos propósitos: los «carriers» mejoran la puntería en la entrega del mineral, y éste se integra como refuerzo de la matriz de los huesos debilitados.
«Es muy importante reproducir el biomaterial en la misma escala en que se encuentra en el cuerpo para que pueda atravesar los canales de las matrices orgánicas y tenga una alta afinidad con el medio en que se va a mover», explicó Darlin Pérez Enríquez, becaria del Conicet en el Inifta e integrante de Nanofot.
«En mi tesis incorporé a las nanopartículas los medicamentos comerciales utilizados en afecciones óseas y realicé distintas pruebas en el laboratorio con la hipótesis de que, una vez dentro del cuerpo, podrían viajar a través del torrente sanguíneo directamente hasta el hueso y liberar su contenido al momento de llegado y no durante el trayecto», explicó la becaria.
«Esto es algo muy ventajoso teniendo en cuenta que la mayoría de los tratamientos que existen son por vía oral y el organismo absorbe apenas un 10 por ciento de la droga, mientras que el resto se pierde en el camino».
Explicó que los nanovehículos utilizados son liposomas, globitos esféricos de fosfolípidos muy parecidos a las membranas celulares. Los liposomas contienen hidroxiapatita formulada como nanocristales, tamaño en el que los osteoblastos (células que hacen crecer hueso nuevo) lo incorporan con facilidad. Es como darle ladrillos a un albañil para que construya una pared en altura: hay que llegar hasta su andamio sin perderlos en el camino, y los ladrillos no puede ser gigantescos, porque al albañil no le sirven. La construcción de hueso nuevo está tan normatizada como la construcción de paredes.
Otra ventaja de los nanovehículos liposomáticos es que se puede rastrear su paradero en el cuerpo por fotoluminiscencia, ya que ante la iluminación externa, emiten luz fría.
«El principal problema de los tratamientos convencionales por vía oral, es que el fármaco llega en muy pequeñas proporciones al sitio blanco, mientras que la mayor parte es retenida por otros órganos y eliminada del cuerpo. Para contrarrestar esa situación, se indican dosis muy altas, que a su vez traen aparejados daños colaterales sobre todo para el hígado y los riñones», explicó Mónica González, investigadora del Conicet en el Inifta y líder del equipo Nanofot.