Rusia y China acordaron construir una Estación Lunar Científica Internacional

Los directores de la agencia espacial rusa Roscosmos y de la Administración Nacional del Espacio de China, CNSA, Dmitri Rogozin y Zhang Kejian, suscribieron un documento que busca «promover la cooperación en la creación de la Estación Lunar Científica Internacional con acceso abierto para todos los países interesados y socios internacionales», dice el comunicado de la agencia rusa.

El texto, que no indica fechas, dice que este proyecto tiene por objetivo «fortalecer la cooperación en investigación científica y promover la exploración y el uso del espacio ultraterrestre con fines pacíficos en interés de toda la humanidad».

«La Estación Científica Lunar Internacional es un complejo de instalaciones de investigación experimental creadas en la superficie y / o en la órbita de la luna, diseñadas para llevar a cabo trabajos de investigación multidisciplinarios y polivalentes. Estos trabajos incluyen la exploración y uso del satélite natural de la Tierra, «observaciones lunares, investigación fundamental, experimentos y verificación de tecnología con la posibilidad de una operación no tripulada a largo plazo con la perspectiva de una presencia humana en la luna».
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Continúa el comunicado diciendo «En el marco del proyecto, Rusia y China, utilizando su experiencia en el campo de la ciencia espacial, la creación y el uso de tecnología espacial y tecnologías espaciales, desarrollarán conjuntamente una hoja de ruta para la creación de l Estación Lunar Científica Internacional (MNLS, por sus siglas en inglés)».

El director general de Roscosmos, Dmitri Rogozin, agregó que habrá misiones tripuladas a la Luna a partir de 2028.

El anuncio se produce en momentos en que Rusia parecía estar ausente de los numerosos proyectos espaciales de otros Estados o empresas privadas, muchos de los cuales son considerados además como bancos de prueba hacia Marte, del mismo modo que el estadounidense Artemisa.

El año pasado, Rusia perdió su monopolio de los vuelos tripulados hacia la Estación Espacial Internacional tras la primera misión e este tipo realizada con éxito por la empresa estadounidense Space X.
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Por su parte, la CNSA subrayó que su objetivo será «fomentar la exploración pacífica y la utilización del espacio por toda la humanidad».

De concretarse, este nuevo proyecto lunar podría reimpulsar a Moscú en la carrera espacial con el apoyo de un socio que no oculta sus ambiciones enormes en este ámbito.

 

Sonda Chang’e-5. En diciembre China informó que recogió muestras del suelo lunar.
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A mediados de febrero, China puso su sonda «Tianwen-1» en órbita alrededor de Marte. En diciembre, informó que recogió muestras del suelo lunar, en una primera misión de esta características en más de 40 años.

Por su parte, Estados Unidos, país con el que Rusia mantiene una colaboración en el sector espacial, logró con éxito a fines de febrero posar un quinto ‘rover’ en la superficie de Marte.

Bajo la administración del expresidente Donald Trump, Washington había anunciado el regreso estadounidense a la Luna para 2024, en el marco del programa Artemisa, pero su sucesor, Joe Biden, aún no ha anunciado sus prioridades en lo que concierne a la exploración espacial.

Observaciones de AgendAR:

Puede decirse que este memorándum «abre el paraguas» cuando habla de una estación «en la superficie de la Luna o en órbita alrededor de ella». Aunque esto último representa un logro más importante y más difícil que la ya veterana Estación Espacial en órbita terrestre, es mucho más accesible que instalarse en la superficie lunar.

En nuestra opinión, salvo desarrollos científicos imprevisibles -pero no imposibles, claro- la Luna será en las próximas décadas para las Grandes Potencias el equivalente de lo que ha sido, y todavía es, la Antártida: el campo de prueba para investigaciones y nuevos desarrollos, una frontera tecnológica. Que abrirá a nuestros descendientes las puertas del Universo.

Argentina puede y debe acompañar, bastantes pasos atrás, en los próximos años, estos avances, con las limitaciones de nuestra realidad económica. Básicamente, para que mantener las capacidades de nuestros científicos y técnicos. Y así poder aprovechar sus frutos en este planeta.

Y nuestra Luna es la Antártida. El Tratado vigente, que congela los reclamos territoriales, no impide, al contrario, desarrollar investigaciones. Ni fomentar emprendimientos turísticos que respeten su ambiente.