Primer transplante exitoso de tráquea de la historia

La paciente, Sonia Stein, con el cirujano, Dr Eric Genden

Algunos cirujanos lo llamaban el «Santo Grial» de los transplantes. Ahora, se abre una esperanza, también para quienes fueron dañados por los respiradores, en la terapia intensiva de los casos más graves de coronavirus.

NUEVA YORK (AP) — Durante seis años, Sonia Sein padeció de problemas para respirar tras someterse a extensos tratamientos para el asma que le dañaron severamente la tráquea.

Ahora respira sin problemas tras recibir un tratamiento novedoso: en enero, médicos en el Hospital Mount Sinai en Nueva York le remplazaron la tráquea.

Los médicos dicen que la drástica operación podría ayudar a otros pacientes, incluyendo a pacientes de COVID-19 que han quedado con la tráquea sumamente dañada por los respiradores.

“Hemos estado hablando durante 100 años sobre trasplantes de tráquea”, dijo el doctor Albert Merati, cirujano de la Universidad de Washigton, que no participó en la operación. «Pero conectar una tráquea de un donante al sistema vascular del receptor es muy difícil y sería considerado un último recurso».

“Técnicamente es sumamente difícil”, dijo el doctor David Klassen, director médico de la United Network for Organ Sharing (UNOS), la red que supervisa el sistema de trasplantes en Estados Unidos. “Ha sido muy difícil de lograr”.

Los expertos dicen que es demasiado pronto para considerar el trasplante a Sein —que es el primero en Estados Unidos— un éxito completo. Sein tiene que tomar medicamentos fuertes para prevenir el rechazo del órgano, pero los médicos tienen esperanzas de eliminar gradualmente el uso de los fármacos. Menos de tres meses después de la operación, no ha habido complicaciones ni señales de rechazo.

“Si fuese a fracasar, lo sabríamos ya. Es muy prometedor”, dijo el doctor Alec Patterson, cirujano de trasplantes en Washington University en San Luis que no participó en el proceso. “Es un gran avance”.

El calvario de Sein comenzó en 2014 cuando los médicos le colocaron un tubo en la garganta para ayudarla a respirar durante un ataque severo de asma. El procedimiento le salvó la vida a la trabajadora social de 56 años, pero le daño la tráquea.

Varias cirugías para reconstruirle la tráquea no ayudaron y dejaron a Sein en un riesgo constante de asfixia. Hasta ahora, los médicos no tenían muchas opciones para tratar una tráquea severamente dañada.

Durante años, se han empleado diversos métodos para reparar o reconstruir tráqueas, incluyendo extirpar secciones dañadas o remplazarlas con prótesis, tejido cultivado en laboratorio o de la piel y cartílago toráxico del paciente.

Pero esos métodos no son posibles en los peores casos en los que toda la tráquea está dañada. Algo tan extremo como un trasplante pudiera ser la única solución, dijo el doctor Eric Genden, cirujano del Mount Sinai y quien dirigió la operación.

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