SpaceX, propiedad de Elon Musk, es la empresa seleccionada por la NASA para construir un “sistema de aterrizaje humano” (HLS) que transportará astronautas desde la órbita lunar hasta la superficie de la Luna por primera vez desde la última misión Apolo en 1972. Este sistema no es otro que la nave espacial Starship.
La NASA anunció el viernes que la empresa aeroespacial del CEO de Tesla, había vencido a Blue Origin, de Jeff Bezos, y Dynetics, un contratista de defensa propiedad de Leidos, tras aproximadamente un año de estudios y desarrollos preliminares. SpaceX había recibido 135 millones de dólares para demostrar la viabilidad de la Starship como aterrizador lunar. Blue Origin, parte del “equipo nacional” junto a los fabricantes tradicionales Lockheed Martin, Northrop Grumman y Draper, había recibido 579 millones de dólares para desarrollar el módulo de aterrizaje de dos etapas Blue Moon, basado en las cápsulas Orion y Cygnus. Dynetics había recibido 253 millones de dólares para desarrollar el DHLS, un módulo de aterrizaje de una sola etapa con un diseño horizontal.
La Starship es la única de las tres propuestas de la que existen prototipos funcionales que han sido probados (con mayor o menor éxito) en las instalaciones de SpaceX al sur de Texas. La propia SpaceX financia el desarrollo de la Starship con la ambición de convertirla en una nave espacial reutilizable para vuelos dentro de la Tierra y (con una etapa Super Heavy para el lanzamiento) al espacio profundo, en particular a la Luna y a Marte.
De todos modos, como informamos aquí, Jeff Bezos, el CEO de Amazon, tiene un premio consuelo: un contrato del gobierno para una misión lunar con energía nuclear. Robert Heinlein, quien escribió El hombre que vendió la Luna en 1949, debe estar sonriendo desde el más allá.