«China demostró que será un aliado clave para nuestra recuperación»

Ayer publicamos una columna del embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli (ver aquí). Es apropiado entonces que hoy acompañemos con este extenso reportaje de Martín Di Natale al embajador de Argentina en China, Sabino Vaca Narvaja. El planteo de ambos es similar, aunque nuestro compatriota entra en más detalle:

El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, aseguró que «China ha demostrado que será un aliado clave en la recuperación argentina luego de la crisis desatada por la pandemia». Pero está convencido de que la relación bilateral puede dar para mucho más por un motivo central: «se han abierto grandes oportunidades para que China acepte productos y servicios argentinos con incorporación de mayor contenido tecnológico y valor agregado».

Vaca Narvaja, un aliado estratégico de Cristina Kirchner en Beijing, lleva adelante una ambiciosa agenda destinada a profundizar lo que se denomina la alianza estratégica integral entre China y Argentina. Por eso destacó que nuestro país «debe convertirse en algo más que un mero exportador de materias primas, porque tiene enormes capacidades para lograrlo. Necesitamos exportar a China más productos con valor agregado e integración tecnológica para lo cual es necesario el acoplamiento entre ambas economías, sirviéndonos de la gran capacidad financiera y tecnológica del socio oriental».

No parece una tarea sencilla lo que propuso Vaca Narvaja aunque plantea un plan concreto para esto. «Debemos atraer inversiones de los principales empresarios chinos enfocando esa inversión hacia la infraestructura y la producción de bienes manufacturados».

-¿Cuáles son los temas prioritarios de la agenda bilateral de China y Argentina?

-Existen diversos proyectos que se están retomando, que fueron iniciados en el último mandato de Cristina Fernández y que luego fueron paralizados por la posterior gestión de gobierno. Se está estudiando el relanzamiento de estos proyectos y a la vez se está evaluando el desarrollo de nuevos planes con una perspectiva federal. Estos proyectos están siendo incorporados al Plan Quinquenal Integrado que existe entre ambos países, a través de un trabajo de coordinación entre todos los ministerios y la secretaria de Asuntos Estratégicos. Por ejemplo, la secretaría de Energía, ENARGAS e YPF están trabajando en el proyecto del gasoducto Vaca Muerta-Brasil en el que hay empresas chinas del sector interesadas por invertir. El proyecto es una verdadera obra binacional que busca no sólo acceder a nuevos mercados para exportar el potencial del sale-gas de la cuenca neuquina al sur industrial de Brasil, sino que además busca optimizar el sistema de transporte argentino.

De esta forma, estaríamos aprovechando los excedentes vinculados al uso estacional argentino cuyos picos de consumo de da entre los meses de mayo y septiembre. Por otra parte, el ministerio de Obras Publicas está concentrado en diversos proyectos ligados a la construcción de acueductos, corredores viales, plantas potabilizadoras, etc. También se trabaja en la concreción de los corredores bioceánicos en el norte, centro y sur del país debido a su importancia en términos de mejorar la conectividad a través de la cuenca del Pacífico. Esto permitirá dar un impulso a nuestras economías regionales reduciendo los días de flete marítimo (se estima entre 15 y 20 días menos), ampliando a la vez la capacidad de carga ya que Chile posee puertos de aguas profundas.

Además, hay algunas iniciativas en materia ferroviaria las cuales fueron recientemente anunciadas por el ministerio. En concreto, se está trabajando en la reactivación y rehabilitación de los principales ferrocarriles de carga que conectan el noroeste, oeste y sur argentino con la región portuaria del este. También se evalúa la ampliación de los ferrocarriles Belgrano Cargas, San Martin Cargas y el corredor Norpatagónico. Por otro lado, se está estudiando la extensión y reactivación del Belgrano Norte de pasajeros, la incorporación de material rodante en los trenes de pasajeros Belgrano Sur, Sarmiento y Tren de la Costa de la línea Mitre que conectan CABA con el sur, oeste y norte de la provincia de Buenos Aires.

A la par, el ministerio de Vivienda está trabajando en un ambicioso plan de construcción de viviendas para lo cual nos encontramos estudiando alternativas de financiamiento a través de diversos grupos inversores chinos, con la intención de financiar la instalación de plantas de construcción modular en regiones claves de nuestro país.

Por otra parte, Argentina posee un potencial enorme en materia minera. Si prestamos atención a países como Perú, Brasil y Chile podemos observar que el saldo comercial de éstos con China es positivo, lo cual se explica básicamente por la exportación de minerales y sus derivados. Si Argentina además de exportar minerales le suma valor agregado -por ejemplo, al instalar fábricas de baterías de litio o de vehículos eléctricos- estaríamos industrializando nuestros minerales y avanzando en un desarrollo estratégico.

Nuestro país cuenta con unas de las mayores reservas de litio y con una capacidad instalada a nivel de la industria automotriz que rápidamente podría reconvertirse a dicho fin. Por tal motivo, el gobierno argentino -a través del ministerio de Desarrollo Productivo- asumió un desafío en materia de electromovilidad y procura generar incentivos para desarrollar el sector.

La Embajada argentina en China, en sintonía con la agenda del gobierno, está desarrollando un plan federal para enlazar de modo directo, en el nivel subnacional, a las provincias chinas con sus homólogas argentinas en función de los perfiles productivos y la complementación entre las partes. Para cumplir con el objetivo propuesto, estamos trabajando de manera coordinada con Cancillería, el ministerio del Interior y el Consejo Federal de Inversiones (CFI).

Hemos avanzado en la creación de un banco de proyectos por provincia y otro de oferta exportable para seguir ampliando mercados y potenciar los ya existentes. El hermanamiento entre provincias -que registra un antecedente exitoso en la cooperación que se dio en los primeros meses de la actual pandemia a través de las numerosas donaciones chinas recibidas por las provincias argentinas- está pasando a otro nivel. La importancia de las provincias chinas radica en su escala, poseen las dimensiones de uno o dos países de nuestra región y cuentan con sistemas financieros propios y empresas muy poderosas. 

Henan, por ejemplo, es una provincia donde predomina el sector agropecuario; cuenta con una población de 120 millones de habitantes y tiene el mismo PBI que Argentina; Shandong, de perfil minero, cuenta con 100 millones de habitantes y tiene un PBI similar a la anterior; Jianzu, en cambio, se orienta a la actividad tecnológica, tiene una población de 80 millones de habitantes y su PBI es tres veces el nuestro; etc. En todos los casos, son claros ejemplos del potencial de acercamiento existente entre las provincias chinas y las nuestras.

¿Es posible que China se convierta en un aliado clave en la postpandemia para ayudar económicamente a la Argentina?

-Argentina es uno de los países de la región que más inversión china ha recibido. Alrededor del 40% de lo invertido por China en América Latina y el Caribe llegó a nuestro país. La clave está en que las inversiones que provengan de China -como asimismo de cualquier otro origen extranjero- se orienten a impulsar nuestros principales vectores de desarrollo. 

Argentina precisa inversión en infraestructura para poder crecer en sectores como la energía, ya sea porque esa financiación esté dirigida hacia la generación o la transmisión energética, o porque se dirija a promover proyectos impulsados por energía nuclear, eólica, fotovoltaica o hidroeléctrica, como así también la exploración de hidrocarburos, gasoductos, etc. Lo mismo en lo que refiere a la reforma y mejora de la logística en ferrocarriles, puentes, túneles, desarrollos viales, dragados, mejora en la capacidad portuaria, etc.

La renovación del segundo tramo del swap de monedas por un monto cercano a los 8500 millones de dólares es un tema central en que China ha demostrado ser un aliado clave en la recuperación argentina luego de la crisis desatada por la pandemia. Recordemos que el acuerdo con el Banco Central de China se logró a la par de la renegociación que el actual equipo económico llevaba adelante con el FMI por la enorme deuda contraída por el gobierno anterior. El problema central radica en que la vigencia del segundo tramo se había atado al acuerdo stand-by con el Fondo, o sea que además de dejarnos una deuda insostenible fueron dos veces irresponsables al trabar el swap de monedas a un convenio que incumplieron, lo cual obligó a la intervención directa de nuestro actual presidente con su homólogo chino para salvar la situación.

En el plano financiero, el Banco de la Nación Argentina selló recientemente un acuerdo histórico con la primera reaseguradora China en ingresar formalmente en Argentina, la China Reinsurance Company Limited (PICC), lo cual permitirá bajar los costos de los servicios de seguros locales generando ofertas alternativas a las empresas europeas o estadounidenses que hasta ahora eran las únicas del mercado.

Yendo a otro aspecto de la relación, un punto que debemos seguir ahondando es el vinculado al intercambio y transferencia tecnológica en sectores claves como la biotecnología, la nanotecnología, los servicios informáticos digitales, el área del software y cualquier otra actividad vinculada a las economías del conocimiento. Argentina cuenta con un capital científico-técnico de buen nivel y empresas del sector que poseen gran prestigio como ARSAT, CONAE, INTI, INTA, CONICET, etc. Todas las mencionadas mantienen vínculos con contrapartes chinas y están ahondando aún más la relación. Un ejemplo de cooperación sino-argentina en el campo científico-técnico está relacionado con el programa Aeroespacial Chino. La CONAE firmó junto a la Agencia de Lanzamiento y Control de Satélites de China (CLTC) un acuerdo de cooperación -vigente desde 2012- que dio lugar a la instalación de la Base Espacial para el Espacio Profundo (primera construida fuera del territorio chino) en la provincia de Neuquén. Es una base similar a la que construyó la Unión Europea en Malargüe, Mendoza.

Con el presidente Xi, China colocó el desarrollo científico-técnico en el centro de su plan de gobierno. Desde hace unos años China viene alcanzando verdaderos logros científicos como ser la primera potencia en alunizar una sonda en el lado oculto de la luna y recientemente ha sido el tercer país en conseguir muestras lunares. Asimismo, ha logrado desarrollar la tecnología que le permitió batir récords en la exploración del fondo marino, al alcanzar casi los 11 mil metros de profundidad en el fondo de la fosa de las Marianas.

China completó su propio sistema de navegación por satélite BEIDOU consiguiendo ser el tercer país del mundo en contar con un sistema mundial independiente de navegación por satélite. Sumado a estos logros, también se encuentra liderando el campo de las Tecnologías de la Comunicación como el 5G, ha mostrado grandes avances en Inteligencia Artificial, el desarrollo de Centro de Datos y la computación en la Nube, por citar algunos otros ejemplos. Dichos logros tienen una dimensión aún mayor cuando vemos que estos avances se han aplicado con el fin de obtener la prosperidad de la población china. El año pasado China cumplió el objetivo de erradicar la pobreza estructural, 10 años antes de la meta propuesta por Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible pautada para el 2030.

-¿Hay posibilidad de que avance el proyecto de construcción de la central nuclear que quiere desarrollar china en Argentina?

-Si, se encuentran adelantadas las gestiones para avanzar con el proyecto de la IV Central Nuclear. La central contará con tecnología Hualong, una de las más avanzadas del mundo. Esta obra permitirá a nuestro país continuar diversificando la matriz de generación de energía y generará cerca de 7 mil puestos de trabajos directos. Además, consolida a la Argentina como un actor de referencia en la región en materia nuclear, continuando con los lineamientos estratégicos en este sector. Por otra parte, en el futuro, nos permitirá explorar proyectos conjuntos con China incluyendo la exportación de bienes y servicios nucleares. Argentina cuenta con grandes capacidades en la materia, además de un entramado de organismos y empresas como NASA, CNA, CONUAR,

IMPSA, INVAP, NUCLEARIS que cuentan con vasta experiencia en el mercado internacional y están suficientemente maduras para competir en mercados como el chino.

-¿Cómo puede avanzar la Argentina en su alianza estratégica con China sin perjudicar las relaciones con Estados Unidos?

-Desde siempre, Estados Unidos ha interpretado a la región como su «patio trasero», por lo que la creciente presencia de China es vista como una amenaza. En ese sentido, el académico estadounidense K. Gallagher sostuvo en alguna oportunidad que, para conducirse con éxito, América Latina tenía que construir una relación simultánea con China y Estados Unidos sin hacer mayores concesiones a una sobre la otra. Lo que podríamos decir, una relación inteligente.

Argentina debe sostener una mirada autónoma y tomar cierta distancia del conflicto entre estos dos países. Tanto uno como otro país son socios estratégicos para la Argentina, por distintos motivos, por lo que debemos adoptar una relación a la vez madura y afianzar los vínculos mutuos con los Estados Unidos y de forma paralela ahondar la cooperación con China. Algunos países de la región que mantienen muy buenos vínculos con Estados Unidos sin embargo han avanzado más que nuestro país en la relación bilateral con China, como por ejemplo Chile, que fue el primer país de la región en ingresar a la iniciativa de la Ruta de la Seda.

El vínculo entre Argentina y China está en un gran momento como se puede percibir a través de la relación económica. Pero también se refleja en otras áreas como la cooperación internacional -la ayuda recibida en los primeros meses de iniciada la actual crisis sanitaria o ahora con el tema de las vacunas es invaluable- la cultura, la política, etc. Existe una sinergia en muchos aspectos sustentada en un marco de buen entendimiento y confianza recíproca, y la búsqueda del beneficio mutuo entre las partes. 

El gobierno de Alberto Fernández tiene una visión compartida con China en relación con los principales temas internacionales, por lo que hemos abierto un canal de cooperación y diálogo con la finalidad de trabajar conjuntamente para fortalecer un orden global más justo y legítimo. Esto nos ha llevado a impulsar distintas acciones y estrategias comunes en la esfera internacional y, asimismo, este entendimiento ha redundado en el respaldo mutuo que ambos países se prodigan sobre sus reclamos soberanos.

En el plano económico se han abierto grandes oportunidades para que China acepte productos y servicios argentinos con incorporación de mayor contenido tecnológico y valor agregado, algo en lo que trabajamos activamente desde esta representación diplomática. Argentina debe convertirse en algo más que un mero exportador de materias primas, porque tiene enormes capacidades para lograrlo. Necesitamos exportar a China más productos con valor agregado e integración tecnológica para lo cual es necesario el acoplamiento entre ambas economías, sirviéndonos de la gran capacidad financiera y tecnológica del socio oriental. Para ello, debemos atraer inversiones de los principales empresarios chinos enfocando esa inversión hacia la infraestructura y la producción de bienes manufacturados.

Volviendo al interrogante inicial, nuestro análisis no tiene que basarse en sí uno o el otro. Nuestro enfoque tiene que estar centrado en el bienestar de la población de nuestro país y eso implica una relación inteligente con los dos principales actores del tablero internacional, como así también con otras grandes potencias como Rusia, Alemania, España, Francia, etc.

-¿Por qué Argentina no debería aceptar la tecnología de 5G que propone China ya que se cuestiona su eventual uso para espionaje?

-Voy a ser asertivo y en cambio sostener por qué Argentina debe aceptar la tecnología 5G propuesta por China. En primer lugar, porque China es una potencia global e innovadora. Esto le ha permitido reducir la dependencia tecnológica en particular en algunas industrias definidas como estratégicas como las energías renovables, las tecnologías de la comunicación y la biotecnología, entre otras. En solo tres décadas Shenzhen -sede actual del gigante tecnológico Huawei- pasó de ser una aldea de pescadores a convertirse en la capital tecnológica del país. El despliegue del 5G posiciona a China al frente del liderazgo tecnológico mundial a la vez que le confiere un lugar de supremacía dentro del tablero geopolítico mundial.

La utilidad del 5G se vislumbra cada vez en más ámbitos y aplicaciones. En segundo término, en China la tecnología 5G ya es una realidad y no solo una promesa: se la está usando tanto en edificios, como hogares y ciudades inteligentes, pero también en vídeo 3D, trabajo y juegos en la nube, cirugía a distancia, realidad virtual y aumentada, y comunicaciones masivas de máquina a máquina para la industria de la automoción y vehículos sin conductor, etc. Por otra parte, un dato que no podemos obviar es que este tipo de tecnologías mostró una enorme eficacia en la lucha contra la Covid-19.

Por otro lado, la cooperación entre Argentina y China para traer el 5G no debiera ser ningún escollo. Tomemos como ejemplo la iniciativa que llevan adelante China y Chile para la construcción del cable submarino Humboldt de la que forman parte empresarios chinos y chilenos (y de la que participará ARSAT). La puesta en marcha del proyecto no generó ningún resentimiento del canal diplomático entre Chile y los Estados Unidos.

En otro orden de cosas, recientemente, a través del ENACOM, el gobierno nacional manifestó su pleno apoyo al proceso de transformación en materia de telecomunicaciones iniciando pruebas focalizadas utilizando la nueva tecnología 5G de las que participaron las empresas Ericsson, Huawei y Nokia, con el objetivo de comenzar a disminuir la brecha digital siguiendo el mandato expreso del presidente Fernández. La marcha hacia el 5G es un camino de ida, si no adoptamos la tecnología quedaremos marginados en la periferia mundial.

-¿En qué nivel de avances está el proyecto de desarrollo de granjas porcinas de china en la Argentina?

-A partir del déficit de proteína de cerdo que existe en el mercado asiático y en el chino, en particular, como consecuencia de la peste porcina africana (PPA) el gobierno de nuestro país identificó oportunidades en la exportación de carne porcina hacia dicho destino. No solo a China, espero ser enfático, sino a toda la región del este asiático. Quiero aclarar este punto ya que habitualmente se dice que es un proyecto chino para exportar megagranjas.

A partir del diagnóstico inicial, se comenzó a trabajar en el diseño de un plan estratégico que incluye incentivos al sector y un plan de créditos específicos. Esta Embajada está trabajando, junto con los ministerios de Agricultura, Desarrollo Productivo y Cancillería para mostrar las oportunidades de inversión en el sector a los potenciales inversores chinos, inversiones que nos deben permitir ampliar la capacidad productiva de carne porcina en el país.

Las exportaciones argentinas de productos cárnicos, en particular de carne vacuna, están muy bien consideradas en el mercado chino. En los últimos años tuvimos un gran crecimiento de las exportaciones de carne bovina, convirtiéndonos en el segundo proveedor de aquel mercado después de Brasil y habiendo desplazado a Australia de ese sitial.

China es un gran consumidor de carne de cerdo. Debido a la PPA, China tiene un déficit por cubrir de 8 a 12 millones de toneladas de carne porcina. Sus dos principales proveedores, España y Alemania, se encuentran afectados por la misma enfermedad. Nuestra región es libre tanto de PPA como de la peste porcina clásica (PPC) y del síndrome respiratorio reproductivo porcino (PRRS). Por otro lado, contamos con estándares sanitarios de primer nivel.

Tenemos mucho potencial para desarrollar el sector de manera segura y sustentable. Como ejemplo, Alemania -con el tamaño de nuestra provincia de Buenos Aires-produce 15 veces más cerdo que nuestro país. Por otra parte, el aumento de la producción porcina mejoraría nuestra matriz exportadora ya que estaríamos añadiendo mayor valor agregado a las exportaciones. Pensemos que hoy le estamos vendiendo maíz y pellets de sojas a Alemania y a Chile para que luego exporten cerdos a China. Además, podríamos reducir nuestro déficit comercial, no sólo por el crecimiento en el valor de la exportación sino porque no necesitamos importar productos agrícolas para desarrollar la actividad ya que el alimento para el engorde está es nuestro país. Además, el cerdo presenta un ciclo reproductivo más corto, lo cual reduciría los plazos para ingreso de divisas.

Por otra parte, no se puede estoquear mucho tiempo una vez faenado. Las granjas para la cría de cerdos presentan alto nivel tecnológico, podrían generar energía con los desechos y abastecer a diferentes núcleos urbanos. Para abordar la cuestión, el gobierno armó una mesa de trabajo interministerial con los ministerios de Agricultura, Cancillería, Producción y Medio Ambiente con el propósito de implementar un plan integral federal de promoción del sector. De igual manera, se está estudiando la localización a lo largo y ancho del país de nuevas plantas y la ampliación de las ya existentes, con una perspectiva federal que incluya a los pequeños productores y que contribuya a las economías regionales.

-¿Hay posibilidades de que China logre un desarrollo de inversiones en el área de energía?

-Argentina y China trabajan en diferentes proyectos de inversión en el área de energía, en los cuales se ha logrado avances importantes. Como ya mencioné, estamos trabajando para montar la IV Central Nuclear. También hay interés chino en el proyecto del gasoducto Vaca Muerta- Brasil del que hablamos antes. Hay asimismo otras iniciativas en marcha, como las obras de construcción de las centrales hidroeléctricas de Santa Cruz (principal inversión de ese tipo en la región). Y asimismo una serie de proyectos en curso vinculados a las energías renovables, como los parques eólicos y solares distribuidos a lo largo del país, que analizamos ampliarlos.

Por otro lado, hubo contacto con empresarios chinos para la ampliación de la red eléctrica del AMBA, obra que busca extender las redes de 500 kV para poder brindar un conveniente suministro en el área del gran Buenos Aires. Otro proyecto de inversión en el que estamos trabajando es el que busca rehabilitar la línea de alta tensión Futaleufú-Puerto Madryn que abastece la planta de aluminio de Aluar. Otra iniciativa vigente es la que se corresponde con la instalación de la Central Térmica Manuel Belgrano II en Campana, que aportaría al sistema eléctrico una potencia de 810 MW. Como se puede ver, existe diversos proyectos energéticos en distinto grado de ejecución con el socio chino.

-¿Considera que la alianza estratégica de China y Argentina se puede desplegar en el resto de América latina?

-Podemos afirmarlo sin temor a dudas. China posee una economía complementaria con la mayoría de los países de la región. En los últimos 10 años, la presencia china en la región ha crecido al punto de convertirse en el primer o segundo socio comercial para la mayoría de los países latinoamericanos. También la inversión directa china en la región creció exponencialmente. Por otra parte, China participa activamente de diversos foros regionales como la CELAC.

China necesita garantizar la seguridad alimentaria de una población cercana a los 1400 millones de habitantes y Latinoamérica se ha convertido en un proveedor confiable de alimentos para aquel mercado. También le provee minerales claves para apuntalar su desarrollo tecnológico, en sectores como las baterías o la informática. Por eso es fundamental para los países de nuestra región adoptar una mirada continental para el relacionamiento con China, teniendo en cuenta su magnitud.

Un asunto en que los países del área pueden coordinar regionalmente, pensando en un escenario postpandemia, es el turismo. 

El turismo chino creció enormemente, y los turistas de aquel país están catalogados como los que más gastan en promedio por día en el mundo. El turista chino suele elegir destinos de «naturaleza». Por ejemplo, en nuestro país los destinos preferidos son las cataratas, la Patagonia y la Antártida. Cuando viaja a nuestra región, el viajero chino adquiere paquetes que incluyen otros destinos en Latinoamérica. Por ese motivo es esencial articular una estrategia continental que ofrezca itinerarios que incluyan los principales puntos de interés turístico a nivel regional. El ministerio de Turismo está elaborando un plan integral basado en la apertura de nuevas rutas aéreas, y está estudiando con Cancillería el modo de agilizar las visas para turismo y la promoción a través de redes sociales chinas. Se han sellado acuerdos con la plataforma digital de turismo china CTrip, una de las más grandes del mundo que cuenta con 400 millones de usuarios. CTrip realizó un plan de trabajo con Perú, logrando quintuplicar el turismo proveniente de China en solo tres años.

Otro nicho con mucho potencial es el de las industrias culturales. China ocupa el primer lugar a nivel global en materia de producción de series de televisión y está avanzando con mucha velocidad en la producción de películas a un promedio que supera las 1000 películas por año. Pasó a ser el segundo mercado cinematográfico del mundo y el primero en número de pantallas de cine.

Algo similar sucede con la industria del libro, donde China ostenta el primer lugar a nivel mundial. Por otra parte, cualquier estrategia de inserción en China no puede dejar de lado las plataformas digitales: el gigante asiático cuenta con 900 millones de internautas, 60% de los cuales tienen entre 20 a 49 años. Al menos hasta antes de la pandemia, pasaban un promedio de 6 horas diarias on-line, lo cual seguramente se habrá multiplicado en el actual escenario.

China tiene un alto consumo de productos culturales extranjeros, ventaja asociada a contar con un público que posee un poder adquisitivo elevado. Esto hace factible la exportación de bienes culturales. En este sentido el ministerio de Cultura de Nación está articulando estrategias para trabajar sobre una identidad regional latinoamericana para el mercado chino. Como muestra del interés chino en materia cultural, el año pasado nuestro parlamento votó por unanimidad la Creación de la Casa del Cultura China que va a ser central para profundizar los lazos culturales. Por otro lado, la región y particularmente Argentina poseen mucha potencialidad en materia creativa, tanto en el ámbito del diseño como de la industria audiovisual.

-¿Cuál es la posición de China a nivel económico tras la pandemia y en qué medida podrá ayudar a la Argentina?

-En el último Plan Quinquenal (2021-2025), China esbozó un nuevo modelo económico al cual ha sido denominado estrategia de «doble circulación» o también «economía dual», que tiene como pilar el desarrollo basado en el mercado interno y orientado a la promoción recíproca del mercado nacional y el internacional. China busca reducir el papel del comercio internacional en su economía y refuerza para eso su mercado interno. Pero esto no significa de ninguna manera que la economía china se vaya a desacoplar por completo del mundo. Más bien, equivale a una «integración de cobertura», como señaló recientemente la economista A. García-Herrero, para proteger la economía de la volatilidad externa mientras se beneficia de las exportaciones los mercados extranjeros. Debe interpretarse como economía dual abierta, de doble circulación, que involucra tanto a los mercados locales como a los extranjeros.

Entonces, mientras busca fortalecer el mercado nacional, China procura dinamizar el comercio global y regional. Por un lado, por medio de la Nueva Ruta de la Seda y por otro, a través de su complemento natural para la región Asia-Pacífico, la recientemente creada Asociación Económica Integral Regional (RCEP). La RCEP, acordada el pasado 15 de noviembre -junto a los diez miembros que conforman la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia- es el mayor acuerdo multilateral de libre comercio a nivel global, megatratado que ha sido definido por la élite gobernante china como una victoria del multilateralismo.

Sin embargo, la relación de tensión con uno de los socios dentro de la Asociación -en concreto con Australia-, abre una ventana de oportunidad para formar una alianza con China por la exportación que ciertos productos de nuestra Pampa húmeda como la cebada.

Por otra parte, Argentina cuenta con abundantes recursos naturales, turísticos y humanos para ofrecer a China y el mercado chino es enorme. Esto conlleva a la complementariedad económica entre los dos países. En la última edición de la Exposición Internacional de Importación de China (CIIE), Argentina ocupó el primer lugar entre los países latinoamericanos en cuanto a la cantidad de empresas participantes y la superficie de su pabellón, así como los productos argentinos sobresalieron por su alta calidad, lo cual demuestra la potencialidad de la cooperación económica y el comercial bilateral.

-¿Cree que los acuerdos de comercio entre ambos países se podrán potenciar en adelante y en qué rubros?

-China es nuestro principal financista a través de la presencia activa de bancos como el ICBC, CDB, EximBank, Bank of China. Recientemente, Argentina ingresó oficialmente al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII), entidad que ofrece financiamiento a países, provincias y empresas para proyectos de infraestructura a través de distintos medios, principalmente préstamos, pero también inversiones de capital y garantías. Además, China es nuestro principal inversor en obras ferroviarias como el Belgrano Cargas, el ferrocarril Roca, las represas de Santa Cruz, los parques fotovoltáicos y eólicos, etc.

En la actualidad, China es nuestro segundo socio comercial. En intercambio comercial fue de alrededor de 16 mil millones de dólares en 2019, con un déficit comercial que fluctuó entre los 5 y 6 mil millones de dólares. El año pasado, aún en pandemia, durante cuatro meses consecutivos China pasó a ser nuestro primer socio comercial superando a Brasil. El déficit comercial es producto de que centralmente exportamos productos agropecuarios concentrados primariamente en porotos de soja y carne bovina e importamos productos manufacturados. Por eso el desafío en lo comercial es ir ganando valor agregado en nuestras exportaciones.

Existe también un gran potencial en el campo de comercio electrónico que debemos explotar. El E-commerce es muy fuerte en china. Existen actualmente 900 millones de celulares activos y aplicaciones de compra muy populares como Taobao y JD, que cuentan cada una con 700 y 690 millones de usuarios, respectivamente. En el año 2020 este sector representó ingresos por un total de 42 mil millones de dólares, el 10% del PBI argentino. Actualmente los sectores medios en China representan cerca de 400 millones de personas que están incrementado sus niveles de consumo e incorporando nuevos productos. Argentina está trabajando para desarrollar un «Pabellón Nacional Argentino» que concentre un catálogo de productos argentinos con presencia activa en estas plataformas de comercio para potenciar nuestras ventas y ampliar nuevos mercados.

-¿Hay posibilidad de un encuentro entre los presidentes?

-Hay mucha empatía entre ambos presidentes y una visita de Estado va a ser fundamental para concretar varios de los proyectos en los que vienen trabajando la mayoría de los ministerios de ambos países. China tiene una imagen muy positiva del actual presidente, porque formó parte del proceso histórico que profundizó las relaciones con el socio oriental, me refiero a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. En el año 2004, siendo Alberto Fernández primer ministro, la relación bilateral se elevó a Asociación Estratégica. Posteriormente, en el año 2014, el vínculo pasó a otra fase cuando se firmó la Asociación Estratégica Integral.

Por otro lado, el gobierno chino agradece a nuestro país el apoyo y solidaridad brindado al inicio de la pandemia. Son gestos que realzan la relación. Después de la primera carta personal que el mandatario argentino le envió al presidente chino, hubo varios intercambios más en los que el tema central fue la cooperación en el marco de la crisis sanitaria global.

El presidente Xi elogió la estrategia desarrollada por el gobierno argentino, que puso la vida y la salud de sus ciudadanos en el centro de la gestión, al igual que lo hicieran ellos. Como todos conocen, esa afinidad se materializó en una cooperación sin precedentes, lo cual fue clave para mantener la robustez del sistema sanitario argentino. En este momento, toda esa sinergia está concentrada en la provisión de vacunas. Al día de hoy, hemos conseguido cuatro millones de dosis que ya fueron entregadas por la empresa estatal Sinopharm y estamos trabajando para adquirir otras tantas, como así también para lograr la producción local de vacunas a través de un convenio con la mencionada firma.

Volviendo a la pregunta inicial, en diversas oportunidades el presidente Xi invitó al presidente argentino a realizar una visita de Estado a China. El encuentro está siendo coordinado para cuando la actual pandemia lo permita, lo cual solo será posible una vez que se hayan definido los protocolos adecuados y no haya riesgo sanitario alguno.

VIAEl Cronista