Este septiembre no será el final de la pandemia. Pero puede ser el comienzo de su final

«Cuentan que cuando le preguntaron al abate Sieyès qué había hecho durante la revolución francesa se limitó a responder con una sola palabra: “Sobreviví”. Con muchas precauciones, y contando con un cierto viento a favor que puede virar, es la respuesta que podrían empezar a dar los argentinos a partir de septiembre, con la llegada de la primavera. Se trata de un dato que manejan las autoridades y expertos, incluso conscientes de la paradoja que significa esta estimación justo por estos días, en un momento crítico de la pandemia. Pese a todo, el ritmo de vacunación sostenido y la producción local generan esa perspectiva a mediano plazo.

En palabras de la ministra de Salud, Carla Vizzotti: “Septiembre llegará con algo de alivio, pero hay que cuidarse, porque la vacuna por sí sola no alcanza;  es un horizonte temporal que nunca estuvo tan cerca”. Del mismo modo piensa su par en la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós: “Es complejo anticiparse, pero tener un 40% de la población vacunada asegura menos contagios”. Hoy CABA está cerca del 35%. Desde la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, coincide en que septiembre podría marcar el principio del fin de algunas restricciones.

El avance de la vacunación, al 15-06-2021

Dosis aplicadas
16.805.258 Aplicaciones
.
Dosis distribuidas
19.626.390 Dosis
.
Distribución y utilización
.
Provincia
Distribuidas total
Aplicadas 1°
Aplicadas 2°
Aplicadas total

Buenos Aires

7.539.070

5.005.008

1.193.828

6.198.836

CABA 1.578.409 1.189.260 327.884 1.517.144
Catamarca 180.727 120.060 33.031 153.091
Chaco 516.402 325.372 93.284 418.656
Chubut 270.358 165.112 47.641 212.753
Corrientes 459.605 308.135 87.739 395.874
Córdoba 1.527.404 1.130.356 285.779 1.416.135
Entre Ríos 604.253 366.963 119.240 486.203
Formosa 258.603 171.778 37.796 209.574
Jujuy 333.256 247.101 73.539 320.640
La Pampa 160.302 122.535 40.623 163.158
La Rioja 168.202 115.213 40.839 156.052
Mendoza 845.402 599.242 136.190 735.432
Misiones 537.850 296.624 74.812 371.436
Neuquén 295.249 183.402 61.265 244.667
Río Negro 325.158 212.766 81.043 293.809
Salta 597.696 411.540 104.378 515.918
San Juan 336.250 212.816 62.895 275.711
San Luis 219.704 165.848 54.175 220.023
Santa Cruz 158.756 104.585 32.527 137.112
Santa Fe 1.501.800 1.031.430 263.304 1.294.734
Santiago del Estero 420.757 278.434 80.825 359.259
Tierra del Fuego 76.253 54.268 16.643 70.911
Tucumán 714.924 516.903 121.227 638.130
Totales 19.626.390 13.334.751 3.470.507 16.805.258
Vacunados con una (1) dosis
13.334.751 Personas
.
Vacunados con dos (2) dosis
3.470.507 Personas
.
“De acá a un mes y medio tendremos cubiertas con la vacunación a las personas de más de 50 años con y sin comorbilidades. En ese escenario, aún lejos de la inmunidad de rebaño, estaremos mucho mejor en términos de fallecidos e internados en terapia intensiva”, analiza Jorge Geffner, investigador superior del Conicet y titular de inmunología en la UBA. Sin embargo, plantea que en esa fecha continuarán siendo necesarias las nuevas costumbres como el uso de barbijos, el distanciamiento social y la ventilación de ambientes, por lo menos hasta conseguir el 75% de vacunados. “La diferencia estará en que se podrá recuperar el conjunto de actividades y la economía podría estar al ciento por ciento”.
.

Ese mensaje optimista, como siempre se ha dicho durante este año y medio de pandemia, requiere una llamada al pie que haga referencia a la incertidumbre biológica que podrían generar las variantes del virus. En particular, la variante Delta (o de la India), que afecta incluso en el verano boreal el levantamiento de las restricciones en Gran Bretaña: además de ser más transmisible (hasta el doble, según algunos expertos), puede avanzar en pacientes que tienen apenas una dosis de la vacuna más usada allí, AstraZeneca.

Como en muchos países, la estrategia argentina fue generar una masa crítica de vacunados al menos con la primera mitad del esquema probado en ensayos clínicos, por lo que es crucial contener esta variante.

En Costa Salguero se habilitó un centro de vacunación vehicular en el marco de una campaña que se acelera con la llegada de nuevas dosis al país
En Costa Salguero se habilitó un centro de vacunación vehicular en el marco de una campaña que se acelera con la llegada de nuevas dosis al país. Foto: Santiago Filipuzzi

Un virus que da sorpresas

“El virus nos sorprende todos los días. Es difícil prever qué puede pasar. Pero creo que si las vacunas siguen llegando a un ritmo constante y el porcentaje de personas con inmunidad aumenta, deberíamos ver una disminución progresiva de los casos”, coincide Rosana Toro, bioquímica y docente de Virología Clínica de la Universidad de La Plata y jefa de laboratorio del hospital San Roque de Gonnet. “Por supuesto que seguirán los cuidados de distanciamiento social que ya hemos incorporado y el testeo continuo para detectar casos. Esperemos que en septiembre, octubre tengamos un alivio”. Sin embargo, según su mirada, la circulación viral va a seguir. “No es que mágicamente el virus va a desaparecer”, afirma. Lo dicho: el que se quemó con Covid, ve una variante y llora.

“Probablemente será hacia fin de este año cuando podamos superar la epidemia en la Argentina, y es posible que al igual que otras infecciones virales, como el virus influenza, el SARS-CoV2 se transforme en una enfermedad endémica, que con el tiempo sabremos si requerirá una vacunación periódica, si irá disminuyendo su virulencia o si la inmunidad adquirida ayudará a que aquellos que contraigan nuevamente la enfermedad lo hagan con presentaciones más leves”, matiza por su parte Ana Victoria Sánchez, médica infectóloga del Hospital Alemán y miembro de las sociedades de infectología y de terapia intensiva (SADI/SATI).

Espejito, espejito

¿A qué llamamos el fin de la pandemia? ¿A bajar la tasa de muertes, a levantar restricciones, a llegar a la inmunidad de rebaño, a poder abrazarnos o, quizás, comer asados con familiares y amigos? Un poco de todo eso.

Un grupo de amigos se reúne en Tel Aviv sin necesidad de usar mascarilla
Un grupo de amigos se reúne en Tel Aviv sin necesidad de usar barbijo

Desde que empezó la crisis en diciembre de 2019 en China, Europa y el norte global funcionaron para los países de Sudamérica como un espejo que adelanta las diferentes situaciones: irrupción del virus, encierros, caída económicas, colapso de los servicios de salud, altísimas tasas de mortalidad, tratamientos fracasados y luego el inicio de la recuperación con las vacunas. En ese discurrir ya se ve la posibilidad de viajes y reuniones y la ausencia de barbijos para aquellos que tienen sus esquemas de vacunación completados.

“El impacto en el planeta es tremendamente asimétrico. Con distintas estrategias, Israel, Estados Unidos y Nueva Zelanda ya retornan a la normalidad, sin restricciones, con conciertos de rock o espectáculos deportivos con público. Y hay otros países colapsados como la India, y otros con récord de contagios”, dice Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología Buenos Aires.

“Concretamente, para que la pandemia termine se necesita de la famosa inmunidad de rebaño. Se pensó en 60 o 70%. Lo cierto es que ahora, por el índice de contagiosidad de la partícula viral, se requiere alrededor del 80% para que el R sea inferior a uno y la pandemia se detenga. Los vacunados tienen muchas menos chances de ingresar a terapias intensivas y transmiten menos la enfermedad que los no vacunados. Esto es en base a las variantes que tenemos ahora”, precisa Andersson, que también cree que la conjugación de más vacunas con el clima primaveral en el país ayudará a limitar la crisis.

Evolución de infectados en la Argentina

Carina Balasini, titular de la región CABA y Gran Buenos Aires de la SATI, prefiere un nivel de cautela mayor. Pone el foco en cómo se termine de inmunizar y en cómo funcionen las vacunas con la circulación de las distintas variantes. “Las predicciones ya vimos cómo se las lleva el viento. Pero esto, así, es la primera vez que pasa”, reconoce.

Cuando los casos disminuyan a un mínimo y las terapias intensivas vuelvan a su dinámica habitual, además del dolor por las más de 110.000 vidas que faltarán (cálculo al 1° de septiembre por parte de un instituto de la Universidad de Washington), quedarán diversas secuelas de dos años trágicos. Una es la enorme deuda psicológica y psiquiátrica que genera la pandemia en sociedades e individuos. Otra es la raíz de la pandemia: la relación rota entre humanos y naturaleza que hace a expertos suponer que la frecuencia de “una pandemia así cada cien años” podría ser cosa del pasado.»

VIALa Nación - Martín De Ambrosio