Un nuevo tratamiento contra COVID-19 ha demostrado que puede reducir hasta un 81% el riesgo de muerte en pacientes hospitalizados y bajar drásticamente los días de internación. Se trata de un estudio original, realizado por investigadores e investigadoras de la UBA, que aplica una droga normalmente utilizada para tratar la hipertensión.
Una de las principales causas de fallecimiento en pacientes internados con COVID-19 es el ataque inflamatorio que el virus desencadena en el sistema respiratorio. Un estudio realizado por investigadores e investigadoras de la Universidad de Buenos Aires, en pacientes internados del Hospital de Clínicas, y del Hospital Español, ha implementado un tratamiento que podría frenar ese ataque, y reducir de forma importante la mortalidad.
Los resultados del trabajo fueron publicados en la prestigiosa revista científica EClinicalMedicine, editada por The Lancet. Allí se detalla el tratamiento experimental, que llevaron adelante profesionales de la Facultad de Medicina de la UBA, entre 162 personas mayores de 18 años internadas por COVID-19. Los resultados son alentadores, ya que se logró reducir los días de internación a casi la mitad, así como disminuir la mortalidad en un 81 por ciento.
Desinflamando al virus
En el estudio se administró una droga normalmente utilizada para corregir la hipertensión, que es el telmisartan. Esta droga se administró a pacientes internados en dosis mucho más altas de las que suelen recibir los hipertensos, y bajo estricto control médico. El resultado fue que se logró contrarrestar el ataque inflamatorio que, a veces genera la infección del SARS-CoV-2, virus que causa la enfermedad COVID-19.
El virus ingresa a nuestro organismo a través de las vías respiratorias. Una vez allí, se vale de su proteína Spike para unirse a una enzima que se encuentra en las células de las mucosas conocida como angiotensina. Pero, el que se adose a la angiotensina tiene un efecto secundario que puede desencadenar el ataque inflamatorio que sufren algunos pacientes de COVID-19.
El virus impide que la enzima trabaje de forma normal, trabajo que consiste en degradarse desde la angiotensina II a otra llamada 1-7. Esta última es un vasodilatador natural, y por ello es el blanco de la droga telmisartan, que se suele recetar a quienes sufren de hipertensión arterial.
Este bloqueo que hace el virus sobre la enzima genera una acumulación de la angiotensina II, que inflama, a la vez que baja la concentración de la 1-7, que desinflama. Si los niveles de angiotensina II suben en los pulmones, por culpa del virus, se desencadena un proceso inflamatorio en cascada que termina en una deficiencia respiratoria grave o síndrome respiratorio agudo severo.
Tratamiento experimental
El equipo de investigadores hipotetizó que, valiéndose de una droga que pudiese bloquear los receptores de la angiotensina, podrían evitar los efectos inflamatorios de esta enzima. Así fue que encararon un ensayo clínico eligiendo la herramienta más adecuada, que es el telmisartan, con el dosaje más efectivo, que es uno más alto que el que suelen recibir los hipertensos que toman medicamentos con esa droga.
El ensayo clínico se realizó a fines de 2020 en 162 pacientes de COVID-19 internados en el Hospital de Clínicas José de San Martín, de la UBA, y en el Hospital Español. A las personas, todos mayores de 18 años, que aceptaron formar parte del ensayo, se los dividió en dos grupos. Uno de los grupos recibió telmisartan dos veces al día, y el otro fue atendido de forma normal.
Para el día 5 ya se habían reducido los niveles de inflamación en el grupo tratado con telmisartan, y para el día 8 la reducción ya era mayor. Pero, lo más promisorio fue que, entre quienes recibieron la droga, el tiempo de internación se redujo a 9 días, frente a los 15 o más del grupo de control. A la vez, se redujo la necesidad de oxígeno, y las probabilidades de fallecimiento cayeron en un 81 por ciento.
Si bien se trata de un estudio preliminar, los buenos resultados y el hecho de que no se hayan registrado efectos adversos relacionados con el telmisartan, avalan el que se puedan realizar estudios de mayor alcance para certificar el valor terapéutico de este tratamiento.
Este estudio clínico es parte de una investigación mayor que los investigadores e investigadoras de la UBA vienen realizando desde mediados del año pasado, en aras de buscar un tratamiento contra COVID-19 con una droga como el telmisartan, de producción barata, y que se fabrica en casi todo el mundo, nuestro país incluido.
El trabajo fue llevado adelante por el cardiólogo Mariano Duarte, jefe del área de Hipertensión del Hospital de Clínicas; el patólogo Facundo Pelorosso; la docente de la UBA Liliana Nicolosi, directora médica del Hospital Español; y liderado por el reconocido farmacólogo Rodolfo Rothlin, profesor titular e investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA.
Las evidencias que ha aportado este estudio no sólo brindan pruebas para un tratamiento promisorio, sino que han permitido comprobar el protagonismo del llamado sistema renina-angiotensina en el ataque inflamatorio, que suele terminar en una deficiencia respiratoria grave.
La droga telmisartan, económica y fácil de conseguir en casi cualquier país del mundo, promete ser una buena herramienta en el tratamiento de los pacientes internados por COVID-19. Se necesitarán más estudios, igualmente, para confirmar los resultados, y definir el valor terapéutico de este tratamiento para seguir luchando contra la pandemia.