El Presidente de la Nación anunció en el encuentro anual de camaradería de las Fuerzas Armadas una nueva Directiva de Política de Defensa Nacional, con énfasis en el control y la vigilancia de los espacios marítimos.
“Se avanzará en la construcción del Polo Logístico Antártico en la ciudad de Ushuaia, aprovechando su estratégica ubicación geográfica para abastecer a las bases antárticas nacionales de forma rápida y eficiente”, dijo el Presidente, junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi.
«Es de suma importancia la creación de un centro logístico para el sostenimiento de la actividad en el Sector Antártico Argentino. Vamos decididamente a avanzar para que se materialice de modo perentorio un sistema nacional que garantice la vigilancia y el control de los espacios marítimos jurisdiccionales, siguiendo en sus líneas directrices el modelo del Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA) sancionado en 2004 por el presidente Kirchner”.
Esta ambiciosa inversión obligará a una planificación por etapas. El primer tramo sería el traslado de la Base Naval Ushuaia a un predio en la península de la ciudad, donde se localizaba el viejo aeropuerto; la construcción de un muelle, viviendas para el personal naval y una planta de tratamiento de efluentes, entre otras obras. Todo ello tendría un costo de US$ 83,6 millones. Se solventaría, en parte, con recursos de la obra pública y del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), creado para financiar el equipamiento militar.
Pero la defensa de la soberanía antártica y marítima, fundamental para un país del lejano Sur como Argentina, es sólo uno de los factores que juegan para afirmar la necesidad del PLA.
El 12 de marzo pasado informamos en AgendAR que el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, se había reunido con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, para avanzar en la concreción del «Polo Logístico Antártico» (PLA), para posicionar a la ciudad de Ushuaia como eje estratégico de la actividad en la Antártida.
Melella y Rossi acordaron «trabajar de manera conjunta y con celeridad» en el desarrollo de la iniciativa que lleva «décadas de postergaciones», se informó en un comunicado. Y tenemos que reconocer que hasta ahora le imprimieron velocidad.
El objetivo anunciado fue «la creación en Ushuaia de un centro de operaciones que permita abastecer la logística de las campañas científicas de todo el mundo que se desarrollan en el Continente Blanco. Para ello se buscará dotar a la capital fueguina de la infraestructura necesaria y aprovechar su cercanía geográfica, de solo 1.000 kilómetros, con la Antártida».
«La intención es conformar un polo que sea capaz de abastecer de servicios, alimentos, traslados y otros rubros afines, a las dotaciones que trabajan en forma permanente en las bases antárticas que se encuentran en nuestra zona de influencia», explicó Melella.
Según el gobernador, existen «conversaciones muy avanzadas» para que otros países empiecen a considerar a Ushuaia como base para sus operaciones antárticas, lo que además favorecería el desarrollo de nuevos programas.
En la actualidad, muchas de las bases antárticas argentinas son abastecidas por aviones Hércules de la Fuerza Aérea que despegan desde Buenos Aires y realizan escalas en Río Gallegos o en Ushuaia.
El Polo Logístico «reduciría esos movimientos, abarataría los costos y permitiría ampliar la capacidad de proveer de mercaderías y servicios de apoyo a nuestro personal científico y de otras bases extranjeras».
Según los voceros del Gobierno fueguino, desde el punto de vista del desarrollo estratégico de la provincia, la actividad es otro intento por «ampliar la matriz productiva fueguina», y «generar empleo sostenible», de modo de reducir la dependencia de rubros como la industria electrónica promocionada.
Las autoridades apuntan también al desarrollo de la llamada industria del conocimiento, a través del desembarco de empresas como Globant, y al agregado de valor a la extracción de hidrocarburos, además del crecimiento del turismo, la pesca y la producción primaria.
Como siempre hemos insistido en AgendAR, la Antártida es una frontera donde expandir las capacidades argentinas.
Los timbres de alarma que empiezan a sonar:
Pocas horas después que Alberto Fernández hiciera el anuncio, el diario La Nación daba la noticia y agregaba un párrafo:
«Prevenciones en Estados Unidos
Los resquemores de Estados Unidos –reflejados en gestos y señales- se fundamentan en las dudas que genera el posible financiamiento de la construcción de la base y las manos que tendrán a su cargo, finalmente, el manejo operativo. Inicialmente, Rusia había mostrado interés en participar del proyecto.
Al visitar la Argentina en abril pasado, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante Greg Faller, pidió viajar a Ushuaia para conocer in situ el probable destino de la base logística y dejó trascender su preocupación por la posible intervención de China en el proyecto.»
Frente a esta preocupación geopolítica -la del Comando Sur, no la de La Nación– tenemos que señalar algo que está en las primeras materias de Economía: el dinero es fungible. Un billete de 100 dólares, por ejemplo, es exactamente igual a cualquier otro, venga de donde venga.
Si EE.UU. no quiere que potencias con las que tiene alguna hostilidad intervengan en el proyecto, puede ofrecer financiación en condiciones más favorables. Que los fondos vengan de Washington, de Beijing o del Gran Ducado de Luxemburgo, será indiferente para los trabajadores y las empresas que participen.
Avanzando, por caminos que se unen, hacia el Sur
Los argentinos no debemos pensar en este proyecto como algo que debe financiar exclusivamente el Estado. Como señala, aquí con acierto, La Nación, vale seguir el ejemplo de Chile, que también apuesta a una mayor presencia naval, con el respaldo de una base logística en Punta Arenas.
El país trasandino financia sus planes antárticos con el turismo, el cobro de los servicios de logística que realizan sus Fuerzas Armadas, y así consigue recursos para la reinversión en infraestructura.
Tierra del Fuego es un sitio donde la infraestructura turística, la militar y la científica se potencian entre sí. Todo lo que se invierte en uno de esos rubros hace crecer a los otros dos.
A. B. F.