Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, en junio pasado el precio subió un 7,7% mensual y 90,3% interanual. El asado pasó de $ 671,40 en mayo del presente año a $ 701,91 en el junio.
También de acuerdo al último informe elaborado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en ese mismo período el pollo aumentó un 3,2% mensual y 64,8% interanual, y el pechito de cerdo cayó un 1,8% mensual y reflejó un crecimiento del 63,7% interanual.
El trabajo del IPCVA fue realizado durante la primera y la segunda quincena del mes de junio del presente año. La muestra bajo análisis está restringida a 80 carnicerías de Capital y GBA, que fueron relevadas telefónicamente. El seguimiento de los precios en supermercados se hizo en 40 puntos de venta relevados de forma presencial.
Carnes alternativas
Más allá del fanatismo del argentino por la carne vacuna, hace ya varios años que las “carnes alternativas” vienen ganando espacio.
Una de ellas fue la de cerdo, sobre todo en sus cortes parrilleros, que ocupan un lugar en la dieta de los consumidores. Hoy el consumo de carne porcina se ubica por encima de los 15 kilos por habitante, cuando tiempo atrás ese volumen no llegaba a los 4 kilos.
A todo esto los precios del producto se mantienen bastante por debajo de la carne vacuna, convirtiéndose en una alternativa considerable, junto al pollo.
Según un trabajo del ex presidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), Juan Uccelli, con lo que vale un kilo de asado, se puede comprar casi dos kilos de pechito de cerdo. Según los datos del IPCVA, el precio promedio de venta del pechito con manta se ubica en $ 387 por kilo, mientras que el asado se comercializa a $ 702. Esto significa que el asado porcino se ubica 44,8% por debajo del bovino.
Al respecto, Uccelli hizo referencia al cambio en la relación de precios entre los dos cortes más reconocidos de ambas carnes en las últimas dos décadas. “Lo interesante es que en 2004 el pechito valía un 30% más que el asado. Eso fue cambiando y hoy llegamos a un 45% más barato. Es decir, con un kilo de asado compras casi dos kilos de pechito y esto se ve porque se mejoró mucho la productividad del cerdo, bajó el costo de producción y se mejoró en parte la cadena intermedia desde que sale el cerdo en pie hasta que llega al consumidor”.
Desde AgendAR tenemos que subrayar que las restricciones a la exportación de carne fracasaron en contener los aumentos de los precios internos. Y no nos queda claro porqué desde el gobierno se creyó que lo iban a conseguir. Ya habían fracasado en el 2006, cuando se impusieron medidas similares por un lapso más largo.