La noticia llegó el 1° de noviembre, la propuesta que Fortescue Future Industries acercó al presidente Alberto Fernández en el marco de la COP26 en Glasgow, Escocia: una inversión de 8.400 millones de dólares para instalar una planta que producirá hidrógeno en Punta Colorada, provincia de Río Negro –usando la energía de los vientos de la Patagonia. Podía ser la más importante para la Patagonia y para la Argentina de los últimos años… si llegara a ser realidad.
En AgendAR nos interesamos desde hace largo tiempo en las posibilidades del uso del hidrógeno como vector energético -el gas que empresarios como Bill Gates llaman «el combustible del futuro»- y también en las dificultades técnicas y económicas de su uso masivo.
Quisimos tener información de primera mano de quienes han encarado esta propuesta en el gobierno argentino, y nos reunimos con Marcelo Kloster, el asesor del ministro Matías Kulfas a cargo de la Unidad de Proyectos Estratégicos del ministerio de Desarrollo Productivo, que intervino personalmente en las conversaciones con el Grupo Fortescue.
En esta charla de poco más de media hora, Kloster fue claro y preciso. Debemos reconocer, tras escucharlo, que las posibilidades son reales y extraordinarias. Que se realicen, dependen de los estudios de prefactibilidad que ya está encarando IMPSA, y de decisiones que se tomarán en Australia. Diría Bob Dylan, «la respuesta está flotando en el viento».