El presidente Alberto Fernández firmó en la madrugada de hoy domingo una declaración conjunta con su par chino, Xi Jinping, en la que ratificó la incorporación del país a la nueva Ruta de la Seda impulsada por China y bautizada “La Franja y la Ruta”.
Durante el encuentro, las autoridades de ambos países firmaron una serie de acuerdos y Memorandos de Entendimiento que describen diferentes proyectos en materia de infraestructura básica, energía y transporte en la Argentina.
Ambas partes acordaron que desarrollarán un programa de actividades a lo largo de todo el año a nivel nacional, con el fin de seguir fortaleciendo el conocimiento mutuo y el afecto entre ambos pueblos.
“Durante la visita, ambas Partes firmaron el Memorándum de Entendimiento en Materia de Cooperación en el Marco de la Iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, siendo su objetivo reforzar la promoción de acciones y obras que fortalezcan, innoven y diversifiquen la relación económica y consoliden la conectividad entre las regiones, estableciendo de forma conjunta un marco de cooperación económica inclusivo y que contribuya al desarrollo sostenible”, dice el comunicado.
Asimismo, se comprometieron a seguir ampliando el volumen comercial entre ambos países. Al igual que acordaron fomentar activamente las inversiones bilaterales, ampliar la complementariedad económica y buscar nuevas oportunidades económicas, sobre la base de conformidad con sus respectivos intereses y derechos nacionales.
Ambas partes expresaron su satisfacción por la reciente celebración de la 5° Reunión del Mecanismo de Diálogo Estratégico para la Cooperación y la Coordinación Económica (DECCE), en el cual se plasmaron los principales proyectos de inversión en infraestructura a realizarse en la Argentina. En paralelo, en dicha reunión se exploraron opciones para incrementar la participación del componente local en los proyectos de inversión en infraestructura y se identificaron áreas prioritarias para promover la cooperación de inversiones con el objeto de incrementar la oferta exportable argentina y, de ese modo, colaborar con la sostenibilidad externa del país, el desarrollo productivo y la generación de empleo.
La declaración conjunta también dice que se renovó el Acuerdo de SWAP de monedas entre el Banco Popular de China y el Banco Central de la República Argentina en 2020, “lo cual desempeñó un papel importante para mantener la estabilidad financiera de la Argentina”.
“Ambas Partes seguirán estrechando la cooperación de SWAP de monedas con el fin de incentivar un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio y las inversiones y facilitar a las empresas de ambos países la rebaja de los costos y la reducción del riesgo de cambio.
«Asimismo, ambas Partes crearán un buen marco político para promover el uso de las monedas nacionales, y respaldarán al banco chino de liquidación en Renminbi (RMB) en la Argentina para desempeñar un mayor papel».
«La Parte china está dispuesta a estudiar con la parte argentina y otras partes proyectos de canalización de derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de expansión de uso de DEG, con el objeto de fortalecer el desarrollo económico, la estabilidad financiera y el comercio bilateral».
También, los representantes de los dos países coincidieron en la relevancia del G-20 como foro destacado para la cooperación económica internacional. Concordaron en continuar trabajando conjuntamente en áreas de interés común, tales como salud, finanzas y comercio, con vistas a promover la dimensión del desarrollo en la agenda del Grupo, colaborando activamente con la actual Presidencia de Indonesia.
Asimismo, destacaron sus coincidencias en el fortalecimiento de la comunicación en el canal financiero del G-20 en temas de gran relevancia para fomentar una recuperación económica sostenible y equilibrada de cara a la crisis del COVID-19, reforzando la coordinación para terminar la pandemia cuanto antes.
Adicionalmente, subrayaron la importancia del fortalecimiento de la comunicación para mejorar el funcionamiento de la arquitectura financiera internacional en asuntos como la redistribución de la nueva asignación general de DEGs del FMI y manifestaron la necesidad de que el organismo lleve a cabo una revisión de su política de sobrecargos. Además, ambas Partes coincidieron en la relevancia de contar con una red de seguridad financiera global (GFSN por sus siglas en inglés) robusta con una distribución razonable de las cuotas en el FMI.»
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