Hace justo un año anunciamos Salió a la venta «Tito», el auto eléctrico que se fabrica en San Luis. Ahora reproducimos esta nota de Pablo Epifanio, que informa que ya se está produciendo en serie, y detalla sus características.
Pero la verdadera noticia es que en una industria global, donde se fusionan gigantes como Fiat, Chrysler y Peugeot, y las innovaciones vienen de la mano de hipermillonarios como Elon Musk, todavía hay nichos para las pymes industriales.
«Si bien es a ritmo lento y gradual, el mercado local va sumando cada vez más vehículos cero emisiones. Son los 100% eléctricos, que integran la liga de los sustentables junto a los modelos híbridos, que combinan motores eléctricos con nafteros.
Entre los netamente electrificados en Argentina, la Renault Kangoo Z.E fue la primera en desembarcar y luego fueron llegando el Nissan Leaf, el BAIC EX260, y más acá en el tiempo los premium Audi e-tron y Porsche Taycan. Y lo tenemos a Tito, el más reciente en sumarse a la franja de acceso, al segmento más chico denominado A, en el que ya estaban el Sero Electric y el Volt, fabricados en Morón y Córdoba respectivamente.
Es un modelo netamente urbano desarrollado y producido en San Luis por la empresa Coradir S.A, dedicada a equipos electrónicos e informáticos, servicios de Internet, integración de sistemas y desarrollo de software a medida. Los orígenes de este autito (de ahí el “Tito”) se remontan a 2018, como una plataforma tecnológica a disposición de cualquier fabricante. “Como tal, no prosperó y por eso decidimos armar una estructura en la cual probarla”, comenta Juan Manuel Baretto, presidente de la firma.
Su desarrollo se inició en 2020, durante la época más cruda de la pandemia y en el segundo semestre de 2021 se produjeron las primeras unidades que, como vehículos demo, fueron destinadas a la red de concesionarios. Finalmente, en enero pasado se puso en marcha la producción en serie.
.¿Qué es y cómo es Tito?
Técnicamente es un tres puertas de 2,83 m de largo por 1,50 de ancho y 1,56 de alto, homologado con cuatro plazas y construido con carrocería de chapa. Está dotado de un motor eléctrico que entrega 4.5 kWh de potencia, el equivalente a unos 6,12 CV, que recibe energía de una batería de litio-ferrofosfato colocada debajo del piso, con una capacidad de 8 kWh. Esta cifra le permite –según el fabricante- recorrer alrededor de 100 kilómetros hasta la próxima recarga, que se logra enchufándolo a un toma doméstico de 220V como cualquier artefacto del hogar. Se completa en un lapso de entre 6 y 8 horas, y también permite cargas parciales. Se vende con el cable para enchufarlo, la tracción es a las ruedas traseras y la ficha técnica indica una velocidad final de 65 km/h.
En su interior tiene la dotación de confort necesaria como para que el uso diario sea lo más amigable posible. Su presentación es similar a la de un auto convencional, más bien sencilla y con algunos sectores con terminaciones algo rústicas y mejorables. Lo cierto es que la unidad probada corresponde a esa primera tanda de producción y -según el propio directivo-luego se le fueron haciendo ajustes y mejoras. Tiene volante multifunción para audio y teléfono, levantavidrios eléctricos, apertura remota de puertas, aire acondicionado (opcional), y pantalla multimedia táctil con radio AM/FM, reproductor MP3, cámara de retroceso, Bluetooth, entrada USB y sensores de estacionamiento.
El instrumental digital informa datos de viaje como velocidad, mientras que una tira de Leds indica el nivel de carga restante. El rubro seguridad incluye cinturones de 3 puntos y apoyacabezas en las cuatro plazas, y frenos a disco en las cuatro ruedas. No tiene airbags ni control de estabilidad ya que –por ahora- la legislación para la categoría L7(b) no lo exige. En términos de funcionalidad, las plazas traseras se pueden abatir para ceder más espacio al baúl, y son más bien recomendables para niños.
Experiencia de manejo y consumo
Partiendo de la base de que no se lo puede analizar o medir con la misma vara que un modelo convencional, por tratarse de un concepto diferente, la experiencia a bordo es agradable en general.
La posición de manejo no ofrece demasiadas alternativas, ya que el volante no se regula ni siquiera en altura, y la butaca tiene poco recorrido longitudinal. Un mínimo zumbido indica que el motor está “en marcha” y sólo hay que seleccionar el modo D del selector de transmisión directa y ya, listos para salir. Si bien está habilitado para circular por tramos de ruta o autopistas, es en la ciudad donde se siente más cómodo.
El sencillo esquema de suspensión logra disimular bastante las asperezas que pueden provocar una distancia entre ejes tan reducida y los pequeños neumáticos de 12″. La respuesta al acelerador es lo suficientemente alegre como para darle agilidad. En cuanto a consumo, Tito gasta en promedio hasta 10 veces menos que un auto de combustión. Una caprichosa comparativa arroja que, dependiendo del costo del kWh (kilovatio por hora) y precio del combustible por provincia, traducir un recorrido de 100 kilómetros con 8 kWh puede gastar entre $ 55 y casi $ 80, mientras que la misma distancia con nafta súper (consumo mixto promedio de 9,5 l/100km) puede variar de $ 830 a $ 1070, y de $ 1188 a $ 1287 con nafta premium.
La otra ventaja es que no paga patente -dependiendo de la jurisdicción- y no genera gastos de mantenimiento porque no lleva aceite ni filtro, solo hay que controlar cada tanto neumáticos, frenos y batería. La empresa anuncia que el ahorro total en costos ronda el 90%.
Los números:
- Precio oficial: US$ 17.000 la unidad base y US$ 18.250 con aire acondicionado
- Plazo de entrega: 120 días, según indica la empresa
- Cuenta con 67% de integración local. El objetivo del fabricante es sumar el estampado de la carrocería en San Luis y los neumáticos para llegar al 80%
- Coradir produce hoy 80 unidades por mes e inaugurará una nueva línea para llegar a 200 unidades por mes
- La batería tiene una vida útil de 2000 ciclos de carga, lo que se traduce en unos 200.000 kilómetros de recorrido.