YPF no importará comustibles de origen ruso

La petrolera estatal que conduce Pablo González anunció que dejará de importar naftas y gasoil de origen ruso. Aunque algunos medios empezaron a especular sobre posibles motivos geopolíticos, la decisión responde a un motivo comercial. Cammesa y Enarsa, las dos compañías públicas que canalizan la importación de combustibles, no están involucradas en esa decisión.

El hecho concreto es una cláusula que YPF incluyó en la última licitación, que lanzó este jueves para adquirir dos cargamentos de gasoil, excluyendo a oferentes de origen ruso.

“Específicamente, y debido a eventos que son de conocimiento público a nivel mundial, YPF S.A. no tomará en consideración ofertas relacionadas con productos cuyo origen pueda ser asociado a la Federación Rusa”, explicita la cláusula final de esos documentos.

Desde YPF explicaron a que la cláusula obedece a las dificultades que las empresas armadoras —que se encargan de la contratación de los navíos, de la compra del combustible y del agenciamiento marítimo del mismo para garantizar la logística— están registrando a nivel regional para operar con productos rusos. De hecho, directivos de la petrolera bajo mayoría estatal detectaron varios casos en diversos países en que armadores que transportaban carburantes de origen ruso tuvieron inconvenientes para concretar sus operaciones debido a las penalidades económicas aplicadas en Occidente tras la invasión de Ucrania.

Con esta medida, YPF buscó trasladar a los armadores cualquier responsabilidad en que puedan incurrir los armadores por transportar combustibles rusos. En lo operativo, la preocupación de la empresa es no entorpecer la importación de los combustibles justo en un momento en el que el abastecimiento de gasoil en el mercado local sigue en un punto crítico por el récord de la demanda. YPF no quiere se repita el escenario de hace dos meses, cuando la falta de diesel amenazó con poner en jaque la cosecha gruesa.

«A los representantes rusos de Gazprom y Lukoil los siguen invitando. Pero a los traders nos dijeron que no podemos comprar producto que tenga como origen o puerto de carga Rusia, Ucrania o Bielorrusia”, explicó un proveedor internacional que participa regularmente de las licitaciones de ambas empresas.

Estados Unidos y la Unión Europea vienen incrementando las restricciones en su comercio con Rusia y las sanciones sobre la economía de ese país. Esto incluye al plano energético, en el que Estados Unidos tiene una postura más asertiva, mientras que en Europa las negociaciones son más difíciles, dada la dependencia relativa de cada país con respecto a los hidrocarburos rusos.

Pero las sanciones y restricciones a veces tienen efectos expansivos que trascienden las fronteras de estos países y que no deben ser tomados a la ligera. A principios de mayo, la Comisión Europea propuso trabar un embargo total sobre las importaciones de crudo ruso en la Unión Europea, que hasta ahora no prosperó debido a la negativa de Hungría y sus exigencias para garantizar una oferta alternativa al petróleo ruso. En la propuesta se incluyó la prohibición a empresas navieras y compañías europeas de prestar servicios vinculados con el transporte de petróleo ruso en el resto del mundo.

No obstante, también es real que muchos países no han vetado la importación de hidrocarburos rusos, principalmente porque están siendo vendidos a precio de descuento.

La industria del petróleo ha expresado las restricciones objetivas que existen para identificar el origen del crudo procesado. El CEO de Shell, Ben van Beurden, explicó que una vez que una refinería fuera de Europa procesa crudo ruso, el producto final entra en los mercados y es virtualmente imposible determinar el origen del crudo utilizado.

«En ese punto, no tenemos sistemas en el mundo para rastrear si esa molécula en particular se originó en una formación geológica en Rusia… eso no existe», dijo van Beurden.

Esto explica por qué YPF buscó poner en cabeza de los armadores la responsabilidad ante cualquier inconveniente que pueda surgir con la importación futura de barcos de gasoil.

VIAEconoJournal