La obesidad infantil afecta al 37% de los niños y adolescentes en Argentina y sigue en aumento, según estudios realizados posteriores a la pandemia.
Nuestro país es el que presenta la tasa más alta de la región, seguido por Bahamas con 36%, Chile y México con 35,5% y Venezuela con 34%.
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Si bien durante 2021 se aprobó la ley de etiquetado frontal, que permite vislumbrar un avance en dicha temática, es necesario educar en forma temprana a los niños y adolescentes para que consuman alimentos saludables, para que generen hábitos que les permitan realizar una vida sana, y así evitar no solo la obesidad sino los problemas o enfermedades que se desencadenan a partir de ella.
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“La elevada prevalencia de sobrepeso y obesidad con alto índice de masa corporal (IMC) es a futuro un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 e hipertensión arterial, causando mortalidad y morbilidad a largo plazo”, afirmó Norma Isabel Guezikaraian, directora de la carrera de Nutrición de la Fundación Barceló.
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Según la especialista, es importante que los chicos encuentren un equilibrio entre sus actividades y su alimentación, para que conformen un estilo de vida que sea posible mantener en el tiempo.
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Por otro lado, una campaña coordinada por varias organizaciones de la sociedad civil busca también reducir el consumo de azúcar. La Semana de la NO Dulzura fue lanzada en el inicio de las vacaciones de invierno, con el objetivo acompañar la implementación de la ley de etiquetado frontal de alimentos con mayor información, concientización pública y educación alimentaria en los colegios.