Después de varios días de intensas operaciones periodísticas -la mayoría tuvieron origen en el equipo de la Presidencia de la Cámara de Diputados, pero no todas, por cierto- ayer jueves 28 de julio se terminaron de definir los cambios en estructura del gobierno.
Para conocer las internas, desilusiones y sorpresas que acompañaron la definición, hay material de sobra en los medios masivos y en los portales de tema político. En AgendAR preferimos resumir los cambios -el listado actualizado por José Rubén Sentís- y agregar una reflexión.
Sergio Massa controlará las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca. En realidad, es un regreso al tradicional Ministerio de Economía que tenía todos esos espacios en su organigrama. (antes que los presidentes desarrollaran celos de un ministro de Economía demasiado poderoso).
-Juan Manzur continúa en la Jefatura de Gabinete.
-Julián Domínguez renunció y se fue.
-Gustavo Beliz renunció y se fue.
-Carlos Castagneto conducirá la AFIP.
-Cecilia Moreau será la nueva presidenta de la Cámara de Diputados.
Comentario de AgendAR:
Nos sentimos obligados a empezar señalando que este gobierno sigue cometiendo errores garrafales en la comunicación. Que no son problemas de publicistas y voceros, sino surgen de una cierta inconsciencia de lo que está afuera de sus internas.
Una Ministra de Economía, con unas tres semanas en el cargo, es enviada a reunirse, a dar seguridades y prometer cumplimientos, con la Directora del Fondo Monetario Internacional y con funcionarios claves de una Gran Potencia a la que se pide ayuda en la negociación con ese organismo. Mientras está en viaje de regreso, ya se la está renunciando. Así se había reemplazado al Canciller anterior en medio de una misión al exterior; puede verse como una costumbre.
En cuanto al reacomodamiento del gabinete: No hablamos de «relanzamiento» de un gobierno por estos cambios, en sí mismos. Figuras tan cercanas al presidente Alberto Fernández como Matías Kulfas y Marcela Losardo dejaron sus ministerios y no hubo modificaciones apreciables en la dinámica -o falta de ella- del gobierno.
El arribo de figuras con un significado político importante como Daniel Scioli y Agustín Rossi tampoco modificó la percepción en la dirigencia política, inclusive la oficialista, de un gobierno al que le faltaba capacidad de decisión.
Esto se reflejó en un hecho sin precedentes: el reclamo de los gobernadores peronistas -que si no fue unánime, no se registró ninguna voz en disidencia- a favor de la incorporación de Sergio Massa al gabinete.
Se abre una expectativa, y Sergio Massa -que no es un economista sino, obvio, un dirigente político- tiene seguramente ante sí la imagen de Fernando Henrique Cardoso, el ministro que estabilizó la economía inflacionaria de Brasil y llegó así a la Presidencia.
«El que viva lo verá». Por ahora, todo lo que nos animamos a decir lo expresamos ayer en las redes sociales: Creemos que Massa no tratará de hacer algo muy distinto de lo que querían hacer Martín Guzmán y Silvina Batakis: reducir el déficit fiscal, moderar la inflación desatada, y encontrar una senda estable de crecimiento. La apuesta del oficialismo es que tenga la decisión y el respaldo político y también de sectores del poder económico suficientes para hacerlo.
A. B. F.