DART es la primera misión espacial para experimentar el posible desvío de un asteroide de su órbita por medio de un impacto. Esta sonda es una nave espacial simple, equipada con una cámara y la capacidad de guiarse de forma autónoma.
El artefacto, diseñado por la NASA y la Universidad John Hopkins como medio para explorar un posible medio de defender la Tierra de una eventual futura amenaza, habría modificado mínimamente el curso del asteroide elegido, en un choque de prueba efectuado a una velocidad de 22.500 kilómetros por hora, a 9,6 millones de kilómetros de la Tierra.
El cuerpo en cuestión, bautizado Dimorphos, es una roca de 160 metros que no representaba riesgo para la Tierra.
Telescopios ubicados en distintos puntos del planeta han captado el impacto, pero pasarán varios días antes de que se logre calcular cuánto se modificó la trayectoria de Dimorphos, sobre cuya superficie se produjo un pequeño cráter y se liberaron fragmentos de roca.
Dart, que acopla las siglas en inglés de Prueba de Redirección de Doble Asteroide, se lanzó al espacio el 24 de noviembre de 2021, a un costo de 325 millones de dólares.
“¡Qué momento decisivo para la defensa planetaria y de toda la humanidad!”, celebró a través de Twitter el administrador de la NASA Bill Nelson, al anunciar el impacto exitoso.
Dimorphos es en realidad el satélite natural de Didymus, un asteroide cinco veces más grande que ha orbitado alrededor del sol durante eones sin amenazar a la Tierra. Fue escogido precisamente por esa condición de inofensivo.
Cubesat, un minisatélite de fabricación italiana que iba acoplado a DART y fue lanzado hace dos semanas, captó las imágenes del impacto.
¿Cómo se busca proteger a la tierra en un futuro?
DART tenía un peso de 570 kilogramos, mucho menos que los 5000 millones de kilogramos que se calcula podría pesar Dimorphos. Los científicos habían explicado que el choque no destrozaría a la roca, pero el impacto sería suficiente para desviar la trayectoria en un porcentaje mínimo, pero suficiente a largo plazo para reducir una amenaza, si existiriera, como las que la Tierra ya ha experimentado.
Se cree que un meteorito causó la catástrofe que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años. Más recientemente, en 2013, uno penetró la atmósfera terrestre y uno de sus fragmentos impactó a unos 80 kilómetros de Cheliabinsk, en Rusia, al sur de los montes Urales. Al momento de ingresar a la atmósfera se produjo una explosión que liberó una energía 30 veces superior a la bomba de Hiroshima y causó heridas a 1.491 personas.
Los científicos han evaluado que es mucho más seguro desviar un asteroide que hacerlo estallar y liberar fragmentos que podrían causar eventos similares a los de Cheliabinsk. La película «Impacto profundo» dramatiza este escenario.
Un objetifo de la NASA y otras agencias espaciales es mejorar el conocimiento que se tiene de 25.000 objetos que transcurren en órbitas potencialmente riesgosas para la Tierra, para lograr anticipar con éxito un eventual impacto y evitarlo.