La Casa Blanca subió a su página (cliquear aquí) este 12 de octubre la versión actual de la Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Es un documento largo y complejo, que merece un análisis profundo (y lo tendrá, principalmente por las cancillerías de las otras potencias).
Nos parece útil reproducir ahora en AgendAR estas breves observaciones de Alejandro Frenkel, del CONICET, doctor en Ciencias Sociales de la UBA y profesor en la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM. Pone énfasis en la mirada hacia nuestra región, y la compara con la ESN publicada en 2017, durante la gestión Trump.
Las principales amenazas estatales globales siguen siendo China y Rusia. Mientras que China es un competidor que intenta redefinir el orden internacional a su favor (y cuenta con la capacidad de hacerlo), Rusia es un Estado revisionista que amenaza directamente al sistema internacional.
En el texto prima una visión que divide al mundo entre democracias vs autocracias. En ese sentido, plantea la necesidad de promover la democracia «hacia adentro» y «hacia afuera». Dato duro: se menciona 38 veces la palabra «democracia» (en la Estrategia de Seguridad Nacional de Trump sólo aparece 6 veces).
¿Qué dice sobre América Latina? 1) Prioridad a los temas migratorios, cambio climático-transición energética, derechos humanos y democracia. De hecho, afirma que la estabildad democrática y la resolución pacífica de los conflictos son una «tradición» propia y compartida de la región.
2) Habla de amenazas «internas» (pandillas), «trasnacionales» (narcotráfico, crimen organizado) y «externas» («actores malignos»). En ese sentido, habla de cooperar para contrarrestar la injerencia externa de países como China, Rusia o Irán (Doctrina Monroe, recargada).
3) Menciona la prioridad que tienen Canadá y México (T-MEC) para reforzar la competitividad global de EEUU (en la ESN de Trump de 2017 no se menciona a México sino simplemente la alianza con Canadá).