Argentina empieza a crear su propio banco de datos genéticos

El 18 de julio del 2021, informamos que el CONICET planeaba crear un banco de datos genéticos de la población Argentina con información demográfica y medica. Ahora, empieza a hacerse realidad:

La Argentina empezó a crear su propio banco de datos genéticos a gran escala. Se trata del programa PoblAr, que generará un biobanco del genoma completo de unos 1800 voluntarios y cruzarán esa información con datos de estilo de vida, de alimentación, sociales, del fenotipo de las personas, y enfermedades propias y de sus familiares.

El Programa de Referencia y Biobanco Genómico de la Población Argentina (PoblAr), está encarando una campaña federal de muestreo genómico y de datos asociados de alrededor de 1.800 voluntarios y voluntarias distribuidos en el país. Así, se buscarpa contar con un banco de datos genéticos de la población argentina, que también recopilará información sobre hábitos alimentarios, de estilo de vida y características fenotípicas y sociales de interés biomédico sobre la población local. Muchos países cuentan con este tipo de repositorios genómicos, pero dadas las exigencias técnicas y económicas de estos relevamientos, generalmente se trata de los países de mayor desarrollo y en los que los datos genéticos provienen de poblaciones anglosajonas o mediterráneas, y hay muy poca información de culturas originarias de América.

PoblAr aportará datos clave para indicadores de salud (enfermedades comunes, enfermedades poco frecuentes o raras) y la toma de decisiones en materia de prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades en función de las características de la población local. Este tipo de bancos sirven, por ejemplo, para encontrar predisposición genética de las población a ciertas enfermedades y mejorar las políticas de prevención. En las entrevistas que se hacen a los voluntarios del PoblAr también se les pregunta si sus abuelos hablaban otro idioma además del español, como forma indirecta de conocer si pertenecían a algún pueblo originario.

Estudios sobre el genóma en América Latina han descubierto que las poblaciones amazónicas desarrollaron una resistencia a la enfermedad de chagas y por eso se enferman menos a pesar de convivir con la vinchuca. Se espera que PoblAr pueda encontrar asociaciones similares en otras enfermedades.

En la Argentina ya existía el Banco Nacional de Datos Genéticos  (BNDG), donde voluntarios que dudan de su identidad por el terrorismo de Estado durante la última dictadura militar pueden entregar una muestra para conocer si están siendo buscados por familiares de desaparecidos. “En el caso del Índice de Abuelidad del BNDG se toman solo algunos pocos marcadores que son necesarios para establecer el vínculo. Aquí hacemos un estudio más exhaustivo del genoma de las personas y no se cruzará la información de ambos bancos”, dijo Rolando González-José, doctor en Biología, director del CENPAT y coordinador del PoblAr.

Diego Hurtado, titular de la Secretaría de Planeamiento y Políticas del MINCYT, junto con Rolando González-José. Foto: MINCYT.

De todas formas, hay estudios preliminares en el PoblAr que servirán para ver qué marcadores habría que tomar para realizar un índice de bisabuelidad, ya que el tiempo se está llevando la vida de algunas abuelas y sus nietos, por lo que habría que reconocer los vínculos genéticos que unen a cuatro generaciones.

El programa cuenta con financiamiento propio de la Secretaría de Planeamiento y Políticas del MINCYT ypara iniciar las pruebas es necesario que los comités de bioética de cada provincia lo aprueben. Ya se cuenta con el visto bueno de los comités de la provincia de Buenos Aires y de Misiones, por lo que las pruebas están empezando allí. Las pruebas hoy no se van a hacer en todas las provincias pero es posible que el futuro se sumen más voluntarios de diferentes zonas.

Los registros serán anonimizados, es decir, que se guardarán en lugares distintos los datos personales de cada voluntario, como su nombre, y los datos del genóma, ya que solo interesa tener la información general para hacer el mapa genómico nacional, y no los datos individuales de cada persona. Además, representaría un riesgo a la privacidad de los voluntarios. “Con la Fundación Sadosky desarrollamos un software para proteger la información y para que sea accesible por los investigadores que la puedan necesitar”, explicó González-José.

La secuenciación del genoma se hará en el ANLIS Malbrán, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, por lo que fue necesario que el programa tenga un carácter biministerial. Además, contó con la aprobación del COFECYT y el COFESA, los organismos federales de ciencia y de salud con representantes de estos ministerios de cada provincia.

Ya hay 34 muestras que se están analizando en ese instituto y llegarán muchas más cuando se completen las aprobaciones de los comités de bioética de los demás nodos del país. De momento, habrá nodos en provincia de Buenos Aires, CABA, Misiones, Chubut, Córdoba y Salta, aunque esperan que en el futuro puedan sumarse más.

El ANLIS Malbrán podrá analizar unas 300 muestras por año, con capacidades de equipamiento de última generación para análisis de ADN adquiridas durante la pandemia para hacer la secuenciación de las variantes de COVID. El análisis requiere una muestra de sangre similar a la de cualquier análisis de rutina y una entrevista de unos 40 minutos que incluye hábitos alimenticios y estilo de vida, enfermedades propias y del grupo familiar, entre otras.

Matías Alonso

VIATSS - UNSAM - Matías Alonso