Haciendo equilibrio entre dos super Potencias: las condiciones de EE.UU y los reclamos de China

La administración de Biden apoyará al país en el FMI, pero fijó prioridades al Gobierno en áreas estratégicas como la nuclear, las telecomunicaciones y la Defensa. Massa viaja a Beijing con un ambicioso acuerdo bajo el brazo.

Reproducimos esta nota de Martín Dinatale, que describe las presiones que enfrenta el actual gobierno.

En el nuevo mapa de equilibrios geopolíticos que se trazó Alberto Fernández durante los últimos días en la relación de Argentina con China y con Estados Unidos aparecen una serie de inevitables condicionantes que deberá aceptar el gobierno para mantener un vínculo con cada una de las grandes potencias involucradas.La reunión de Alberto Fernández con Joe Biden en la Casa Blanca, por un lado, y a la vez, el inminente viaje del ministro de Economía, Sergio Massa, a Beijing restituyeron la agenda de reclamos y alertas que se imponen desde las administraciones de China y Estados Unidos para la Argentina.No se trata de una tarea sencilla para la Argentina dejar conformes a las dos grandes potencias que hoy pujan duramente por una supremacía mundial.

Las condiciones de EE.UU

El presidente Biden ofreció un apoyo a Fernández en su negociación por la deuda con el FMI. Pero también dejó en claro la necesidad de dar «continuidad a la cooperación en los sectores de energía y minerales críticos». Dicho de otro modo, Washington avalará en el board del Fondo a la Argentina siempre que se mantengan las reglas de juego en relación a las inversiones en minerales clave como el litio o los proyectos en Vaca Muerta.

El embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello ratificó esta idea al sostener que «el principal inversor de la Argentina lo ha sido en los últimos cien años y es Estados Unidos, considerando los países individualmente. Por lo tanto, tiene que haber una actitud y efectividades conducentes para concretar una potenciación del vínculo económico con los Estados Unidos».

En su paso por Nueva York donde mantuvo una cena con inversores reunidos por el Consejo de las Américas que lidera Susan Segal, el Presidente Alberto Fernández se llevó una fuerte señal de alerta. Allí hubo reclamos de los empresarios norteamericanos por los cambios en las reglas de juego, la inseguridad jurídica, las trabas a las importaciones y el tipo de cambio que perciben en la Argentina.

Por otra parte, se supo que la administración Biden volvió a marcarle la cancha a Alberto Fernández en los temas que más preocupan a Washington: el despliegue de tecnología 5G de China en Argentina, la compra de aviones militares a Beijing, el control de operaciones chinas en la estación espacial de Neuquén y el eventual desembarco de capitales de Beijing en el puerto de Ushuaia.

En el plano de las relaciones internacionales hubo más advertencias de Washington hacia la Argentina. «La reunión de Biden y Fernández fue un éxito aunque hay que señalar que Estados Unidos dejó en claro la necesidad de que haya una mayor condena a Rusia por la invasión en Ucrania y que espera del gobierno argentino un fuerte rechazo a la violación de derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela«, dijo Luis Savino, director del Centro de Estudios Americanos que tiene mucha llegada al Departamento de Estado.

De cara a todos estos interrogantes el embajador Argüello dijo: «estamos consolidando una agenda virtuosa y positiva entre ambos países. Esto es lo que explica la invitación del presidente Biden a Alberto Fernández. Los dos jefes de Estado tienen miradas compartidas y similares sobre diferentes temas de la agenda global y trabajamos juntos en distintos organismos multilaterales. Se ha potenciado la relación bilateral, al comienzo del tercer siglo de relaciones diplomáticas entre la Argentina y los Estados Unidos».

Por el contrario, Juan Pablo Laporte, especialista en temas internacionales y miembro consultor del CARI cree que «los pedidos coyunturales del gobierno para colaborar en la negociación con el Fondo Monetario Internacional, tuvieron como respuesta de Estados Unidos cuestiones estructurales: la Hidrovía y su posible otorgamiento a un consorcio económico de China, garantizar una competencia en la licitación del 5G, detener la construcción de Atucha III, negarle a China la construcción del puerto de Ushuaia y evitar la compra de aviones militares».

Los reclamos de China

El 8 de mayo el ministro Massa llegará Beijing para firmar el acuerdo definitivo del Plan deCooperación de La Franja y La Ruta de la Seda que incluirá más de 20 proyectos de infraestructura financiados por China y vinculados a ferrocarriles, represas, un gasoducto, una planta potabilizadora, puentes y viaductos.

Se trata de un documento de 60 páginas que incluye la cooperación científica, educativa, cultural, deportiva, el desarrollo de turismo, la cooperación en materia nuclear y telecomunicaciones.

En ese memorándum figura la intención de ampliar en u$s 5.000 millones los swaps de China para uso continuo por parte del Banco Central. Pero el eje central y condicionante ineludible de la administración de Xi Jinping en todo este acuerdo es que haya un compromiso de la Argentina para avanzar en la construcción de una central nuclear con tecnología china.

Para China la construcción de la central nuclear con financiamiento por unos u$s 8.000 millones para instalar en Campana es crucial para hacer pie como primer proyecto concreto de desarrollo nuclear con tecnología propia en América latina.  Desde 2013 que la Argentina viene postergando la puesta en marcha de este proyecto por diversos motivos. Ahora en China se entusiasman con poder cerrarlo de una vez por todas.

«El plan que firmará Massa es el programa rector de nuestros vínculos bilaterales y, además, allí se consolidan los principales ejes de nuestra relación y el listado de proyectos que recibirán financiamiento por parte de China», dijo el embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja.

La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR) es el principal órgano planificador de la economía china y lleva adelante, entre otras tareas, la cooperación con los países adheridos a La Franja y La Ruta. «China hoy tiene desarrollada toda la cadena de la electromovilidad y estamos avanzado en la industrialización del litio en la Argentina con capitales chinos», añadió Vaca Narvaja.

Es decir, que la producción de baterías con el litio argentino se convierte en otra de las prerrogativas centrales de la administración de Xi Jinping en su vínculo con la Argentina.

De hecho, ya hay empresas chinas que firmaron acuerdos con YPF Litio e YPF Tec para desarrollar de forma conjunta baterías, incluso está proyectada la instalación de fábrica de autos eléctricos de Chery y de otras empresas líderes en este sector.

El exembajador argentino en China y referente del macrismo, Diego Guelar dijo que «no hay que temer de un acercamiento de Argentina con China. Esto es inevitable porque es una potencia mundial junto con Estados Unidos. El tema es hacerlo con equilibrio».

Este escenario es lo que el analista internacional Juan Battaleme sostiene en su tesis de política exterior y seguridad internacional: «la Argentina debe pivotear entre una potencia que defiende su posición y otra que está dispuesta a actuar como su retadora».

Comentario de AgendAR:

Debemos decir que encontramos que la información de Dinatale sobre EE.UU nos parece acertada y precisa. En cambio, creemos que es una mirada muy optimista sobre las distintas negociaciones en marcha con China. Beijing es exigente.

De todos modos, como este editor señalo en un blog personal, «Hay algo peor que estar sometido a las presiones de dos super Potencias: estar sometidos a las presiones de una»

ABF

VIADebursa