TANDANOR: Alejandra Portatadino habla sobre su historia, presente y posibilidades

Reproducimos la entrevista de la Agencia Paco Urondo a Alejandra Portatadino, ingeniera mecánica, especialista en hidrocarburos y recursos energéticos, que se desempeña en esas funciones en Tandanor.

Agencia Paco Urondo: ¿Con qué fin fue creada Tandanor y cuál es su historia?

Alejandra Portatadino: Tandanor se encarga de todo lo que es reparación de embarcaciones, con la capacidad de elevación de SYNCROLIFT de 15 mil toneladas; y el astillero Almirante Storni se ocupa de lo que es fabricación de buques y diseño de nuevos proyectos. El astillero Storni nace con el decreto 768/1974 del General Juan Domingo Perón, cuando ve la necesidad de que Argentina tenga navíos tácticos, submarinos, para la defensa de nuestros mares. Con ese decreto se prepara un plan de modernización de la Armada, se compran los destructores Meko 360, las corbetas Meko 140 y se adquieren 2 submarinos a Alemania, tipo 209. Luego, se ve la necesidad de tener submarinos más grandes, oceánicos. Por eso se planifica el Astillero Domecq García, que tiene una capacidad de construcción de 4 submarinos, y se crea el proyecto TR 1700 para tener 6. Los 2 primeros vinieron fabricados de Alemania: el San Juan y el Santa Cruz; el resto se iba a fabricar acá, en Argentina.

APU: ¿En qué situación se encuentra Tandanor, ahora?

A.P.: Argentina vive el cimbronazo de todo lo que fue el neoliberalismo. En los 90 sufrimos el cierre de nuestros astilleros: SANYM, Príncipe Menghi, ASTARSA, Alianza,  se desfinanció Río Santiago, se cerró Domecq García. A los astilleros Tandanor y Domecq García los quisieron convertir en shoppings, durante el gobierno de Carlos Menem. Recuperar eso fue un esfuerzo muy grande que comenzó con el gobierno de Néstor Kirchner, se reactivó la industria naval, pero después vino Macri y volvió a desactivar todo, nuevamente.

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Tandanor
Tandanor

APU: Y eso tiene un costo.

A.P.: Esos altibajos, en la industria naval, tienen un costo muy grande. No es solamente lo que se deja de fabricar, sino lo que en la ingeniería se conoce como cadena de ingeniería inversa. A los proyectos, en el transcurso del tiempo, los vas mejorando, estudiándolos, agregándole nuevas tecnologías. Si eso no está, los ingenieros nos vamos desactualizando y para el país es un costo muy grande. Ahora se volvió a activar. En el área de producción de Tandanor, por lo menos hasta julio, tenemos todas las dársenas contratadas completas. Aquí realizamos todo bajo todas las normas internacionales certificadoras. Los trabajos son de muy buena calidad y somos reconocidos. En cuanto a la parte de fabricación del Storni, estamos con el proyecto del buque polar, fabricando 12 remolcadores para la armada, botamos la semana pasada el buque oceanográfico Petrel. Estamos recuperando las capacidades de fabricación, en un trabajo conjunto con las universidades.

APU: ¿Por qué sería necesario mantener toda esta estructura de la industria naval estatal?

A.P.: Primero, porque somos un país marítimo fluvial. Si ustedes ven la costa este del continente, está rodeada por ríos: el Paraná, Uruguay; y lo que es la costa marítima del océano atlántico, más un territorio insular y antártico como es la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Tenemos una riqueza muy grande que hay que cuidar y muchos recursos marítimos. Si no hay elementos, embarcaciones que puedan cuidar nuestra soberanía, el futuro de Argentina va a ser muy triste. No nos olvidemos de los nódulos polimetálicos, también, que tienen cobalto, oro y otros ricos minerales que son formaciones volcánicas que salen de volcanes submarinos y quedan como esferas en el lecho que, hoy en día, son cosechadas por lo que es la minería submarina.

APU: Una minería que, cada vez, va cobrando mayor relevancia.

A.P.: Tenemos toda la isla Sandwich, el sector de la cadena volcánica que está llena de nódulos polimetálicos, sin explotar. Esos recursos son nuestros. Si no los cuidamos, las ambiciones y las necesidades del mundo en cuanto a minerales son, cada vez, más importantes. Hemos visto lo que ha pasado en África, en Asia, el saqueo de sus recursos. Lo que está pasando en Argentina con el oro, con las empresas de Commonwealth británico que son las que se encargan de la extracción. Argentina produce 60 toneladas anuales de oro y acá no nos dejan ni una pepita, las reservas las tenemos en dólares y no en oro, que es extraído y llevado sistemáticamente al extranjero. Si nosotros no tomamos conciencia de lo que está pasando y no tenemos elementos para cuidarlos… bueno, qué nos va a quedar.

APU: ¿Quedamos muy atrasados en ingeniería naval con respecto a los países más desarrollados?

A.P.: No estamos tan atrasados. Por suerte, no han podido cerrar las universidades públicas. En Argentina tenemos alrededor de 450 Facultades de las diferentes ingenierías, con 700 carreras de grados, posgrados y doctorados. La mayoría son públicas, y los docentes nunca hemos parado de enseñar, de actualizarnos. Se ha podido traspasar generacionalmente mucha mano de obra de los soldadores, de los careneros, de los técnicos navales. Tenemos muchas posibilidades, pero se necesitan decisiones políticas. Una cámara de legisladores que entienda que hay recursos, industrias, que son estratégicos para Argentina y no importa el color del gobierno, no se deben destruir. La industria naval genera mucho empleo de calidad, directo e indirecto. Mano de obra calificada de técnicos, de ingenieros, mueve muchas personas. Tandanor solamente mueve 500 personas. Tandanor no recibe subsidio, es una empresa que se mantiene con lo que produce.

APU: Para vos, estamos flojos en el plano legislativo…

A.P.: En lo discursivo decimos una cosa, pero en cuanto a las acciones dejamos mucho que desear. Por ejemplo, el Reino Unido proyectó hacer un puerto en Rothera en la Península Antártida. Según el tratado Antártico, los países miembros pueden hacer obras civiles bajo consenso de todos los países miembros. Si hay un país que objete un determinado proyecto, por cuestiones ambientales, por considerar que la información o estudios de impacto son insuficientes, ese proyecto no se puede ejecutar. En este caso, el proyecto del puerto de Rothera no tuvo ninguna objeción de parte del Instituto Antártico, a cargo de Patricia Ortúzar. El Instituo Argentino no objetó absolutamente nada y ellos pudieron hacer otro puerto en la Antártida donde reclaman como propio nuestro espacio correspondiente.

Por un lado, hablamos de la dominación británica sobre nuestros mares, sobre nuestras islas, de la usurpación. Y por otro lado, les permitimos entrar. Entonces, eso genera una ambigüedad que no es comprensible. Yo soy de Ushuaia, vivo en Ushuaia y son cosas que no entendemos los fueguinos, de esas decisiones que toma Nación que son muy ambiguas. Ahora, por suerte, dejaron sin vigencia el comunicado Fondadori-Duncan, pero todavía falta los tratados de Madrid 1 y 2. Estos tratados hablan de la entrega de nuestros recursos al Reino Unido.

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ARA Petrel
ARA Petrel

Vemos que hay flota pesquera china, española, depredando nuestros mares ¿Y nosotros, qué buques fabricamos? ¿Qué marina mercante tenemos? Hasta ahora, con Astillero SPI y otros astilleros de Mar del Plata estamos sacando buques de pesca. Son medianos y chicos, pero qué control hay, cómo promovemos la industria naval y nuestra flota. En el pacto Runciman-Roca, el Reino Unido había acordado que el 80% del transporte de los productos argentinos al Reino Unido tenían que realizarse con buques de bandera inglesa. Estamos volviendo a eso. Cuando vino Perón, lo que hizo fue nacionalizar la flota, crear ELMA, una empresa que generaba ganancia, muy buena flota. Cuando lo derriban, vendieron los barcos más modernos, dejaron los más antiguos, y ahí destruyeron ELMA con el argumento de que daba pérdida. ¡Seguramente que daba pérdida en ese momento si habían vendido todos los buques que eran competitivos y modernos al extranjero! Nos tenemos que preocupar más por esto que de las potencias extranjeras. Por aquellos argentinos que por su codicia, entregan los intereses superiores de la Patria para el enriquecer sus bolsillos. Recordemos que Argentina exportaba buques mercantes a todo el mundo. Y acá se fabricaron 6 corbetas misilísticas, las Meko 140, que todavía están funcionando.

APU: ¿Hay posibilidades de crecimiento dentro de la industria naval?

A.P.: Desde la Ingeniería, sí. Desde las capacidades constructivas de nuestros astilleros, sí. Desde las decisiones políticas, no sé, porque cada vez que gana la derecha como fue con Mauricio Macri retrocedemos 10 años que perdemos en avances y desarrollos  tecnológicos soberanos La verdad es que soy ingeniera y lo que ví es muy triste. Necesitamos gobiernos que apoyen la construcción naval y no la compra de buques, el peronismo se caraterizó por la promoción de la flota de bandera  nacional y los astilleros . El ejemplo es que se compraron 4 OPV francesas que salieron mucho más caras que fabricarlas acá y el Astillero Río Santiago tenía la ingeniería para un diseño mucho más marinero, con mejores prestaciones, a su vez, modular. Podrían construirse OPV, buques de investigación científicos con la misma plataforma. Corbetas misilísticas o cañoneras, trabajan todos con módulos. Y es diseño 100% argentino que tiene Río Santiago, las capacidades están. Igual que los submarinos, la capacidad para construirlos la tenemos. Habría que modernizar algunas herramientas, equipos el astillero puede fabricar 4 submarinos al mismo tiempo. Teniendo las tecnologías, qué necesidad tenemos de comprar submarinos en otros países.

APU: Que terminemos comprando afuera suena como inexplicable.

A.P.: Pasa algo que es entendible: la Armada pide comprar afuera porque, con todas esas políticas oscilantes de los gobiernos, no saben si vamos a encarar una construcción y después va a quedar abandonada, como pasó con el submarino Santiago del Estero, que están ahí los pedazos, desde 1982. La armada, a veces, ante esa incertidumbre, prefiere elegir comprar afuera porque sabe que se establecen compromisos. Lo compran, lo arman y lo entregan. En cambio, acá, estamos muy sujetos a los vaivenes políticos que, más que los intereses superiores de la Patria y de la Nación, los mueve los intereses superiores de su bolsillo.

VIAAgencia Paco Urondo