jueves, 2 mayo, 2024 - 9:03 pm

Fabulas y realidad de la «Argentina rica»

Inmigrantes europeos llegando a Argentina en el siglo pasado
“Argentina arrancó el siglo XX siendo el país más rico del mundo, y hoy está en el puesto 140 al tipo de cambio paralelo”, dijo Javier Milei. Según la base Maddison, la única con datos anteriores a 1900, Argentina ocupaba el puesto 13 entre 45 países de acuerdo con el PIB per cápita medido en Paridad del Poder Adquisitivo -PPA-. También es falso que Argentina figure en el puesto número 140 del mismo ranking, sino que ocupa la 30° posición.
.
No es acertado realizar los cálculos sobre la base del dólar paralelo. Tal y como afirman los expertos consultados por el verificador Chequeado, la forma correcta de comparar estos datos es a través de la medición de PPA. El doctor en Economía Jorge Paz considera que “no es correcto usar un dólar no PPA para hacer comparaciones internacionales”.
.
Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de la organización Fundar, destaca en este medio que Milei “al tomar el PIB en dólares corrientes lo hace a la cotización paralela, algo que no hace ningún organismo internacional del mundo en ninguna de sus mediciones de PIB”. Para este economista, es una “treta” utilizar los datos que cita Milei para comparar la riqueza histórica de los países a nivel mundial.
.
Economía Rural, Pampa Húmeda y, Masivas Exportaciones
.
Leyendo autores como Mario Rapoport, hay en ese caso una serie de falsas percepciones que se han instalado en la mente de muchos argentinos, y son de este tipo. Por ejemplo, la idea o el mito de que el país estuvo alguna vez, hacia las primeras décadas del siglo XX, entre los más avanzados del mundo o el que llegó a ser, en cierto momento, una potencia mundial.
.
De esta última afirmación se sostiene otro mito, según Rapoport: el que la decadencia de la Argentina comenzó en los años 1940, con los procesos de industrialización, la intervención del Estado en economía y las políticas de distribución de ingresos.
.
Un mito bastante frecuente es el que afirma que un error fundamental en los gobiernos argentinos estuvo en la creciente tendencia a la autonomización del país con respecto al mundo y, sobre todo, en sus niveles de confrontación con las grandes potencias hegemónicas.
.
En la comprensión de las políticas económicas, los mitos toman también la forma de opciones o términos contrapuestos, aparentemente irreductibles, en la toma de decisiones o de políticas; como la que existiría entre endeudamiento o ahorro interno, entre inflación o convertibilidad, entre estatización o libertad absoluta de los mercados. O la que pretende enfrentar políticas de bienestar versus flexibilidad y competitividad, o una aún más reciente, la que señala la aparente necesidad de elegir entre aceptar la globalización o realizar políticas nacionales.
.
Es cierto que la Argentina tuvo una aceptable tasa de crecimiento económico a principios del siglo XX, aunque es indecorosa la idea de que fuera uno de los países más ricos. Cabría preguntarse si su crecimiento se debió a una dirigencia extremadamente inteligente, pero no lo fue. Lo hubiese sido si en lugar de jugar con Inglaterra, hubiera aceptado EE.UU.La supremacía argentina se opuso sistemáticamente a una alianza con EE.UU., porque representaba una amenaza a los negocios con el Reino Unido. Perdimos la oportunidad histórica de acoplarnos a la industrialización, la creatividad y el emprendedurismo, porque para los holgazanes terratenientes, era más fácil alambrar los campos regalados y dejar pastar a las vacas. No registraron que se venia un cambio en el mundo, el negocio agrícola-ganadero declinaba y crecía la industria. EE.UU. no se lo perdió.Era más fácil una economía rural de pocas familias, con sub población, vinculada a Inglaterra, buenos cliente de carnes, pieles, lana y granos. Era suficiente, beneficiarse con las riquezas naturales de la pampa húmeda y las masivas exportaciones agropecuarias de las cuales se obtuvieron las divisas para importar bienes manufacturados y pedir financiamiento.

Pedir prestado para la supremacía, era un deporte. Los mercados mundiales requerían productos agrarios, en especial Gran Bretaña. Teníamos “mano de obra barata” por la inmigración de poblaciones de países en crisis en Europa. 

A principios del siglo pasado la mitad de la población de la Ciudad de Buenos Aires era extranjera. Los policías eran turcos, el personal de servicios español, en la construcción había italianos y, en el campo, levantaban la cosecha rusos, ucranianos, italianos, sirios, etcétera. Claramente en los negocios y el diseño arquitectónico, había lugar para ingleses y franceses. Gracias a estos factores se pudieron obtener las divisas que hicieron posible, en especial, el enriquecimiento de una elite terrateniente. Una pequeña parte de la sociedad era rica.

Desde los años 40’ comienza la legislación social. Ninguna ley social importante se había dictado hasta la llegada del peronismo (creación de los tribunales laborales, aguinaldo, vacaciones pagas, indemnización por despido, etcétera)Ese es el gasto público que el neoliberalismo criollo ha de rechazar hasta nuestros días.

EN ARGENTINA NO HABIA INFLACION PORQUE REGIA LA CONVERTIBILIDAD

El patrón oro comienza en 1819, cuando el Parliament (Parlamento) sanciona la Resumption Act. (acta de reanudación). Este fue el primer movimiento hacia el patrón-oro. Con el sistema de patrón-oro, los países fijaban el valor de sus monedas en términos de oro, así que, cualquier déficit de la balanza de pagos debía ser compensado transfiriendo oro.

Aunque en los 1990, nuestra Convertibilidad ($1 = u$s 1) nosotros pedíamos prestado o vendíamos “las joyas de la abuela”, por más de u$s100.000 millones. La responsabilidad de un Banco Central era resguardar la paridad entre su moneda y el oro. Para cumplir con el objetivo, los Bancos Centrales debían conservar el stock de reservas en oro. El equilibrio externo no era el objetivo de la cuenta corriente, sino que la idea era que el Banco Central no ganara ni perdiera oro, para evitar las fluctuaciones en la balanza de pagos.

En solo 20 años llegaron a la Argentina 3 millones de inmigrantes europeos, sin contar 1 millón de otras procedencias. Total, 4.123.800 habitantes en 1895, contra 8.162.000 habitantes en 1915. (Fuente: “El crecimiento de la población argentina”, Ramiro A. Flores Cruz). Otra falacia es que, cuando se habla de 1890-1930 como base y; se compara el PBI per cápita con referencia a Europa continentalse omite que el periodo incluye una guerra mundial (1914-1919) que, obviamente afectó severamente el desempeño de países europeos, en comparación con otros países en paz.

En síntesis: En la Argentina, la tasa de inflación era baja desde 1890 hasta los 1940 porque funcionaba el patrón oro mundial-y, hasta 1919 el consumo no presionaba la demanda, porque estaba restringido a una selecta minoría. Primaban los bajos sueldos, de empleados u operarios sin derechos laborales, la producción industrial era baja y, las divisas provenían de las exportaciones primarias.

La apertura de la economía era incondicional, por eso luce como la etapa de oro. Pero las relaciones técnicas macroeconómicas que suelen mencionar los macroeconomistas neocuantitativistas, carecen de todo contexto internacional y local.

PERÍODO 1900 – 1916

El Consumo representaba 60% del PBI, del cual aproximadamente “88% estaba dado por el Consumo de pocos”. El 13.5% del PBI estaba conformado por el Gasto público de unos pocos-una supremacía supernumeraria con sueldos altísimos-. No había subsidios, planes sociales, universidades, escuelas, hospitales, médicos, maestros, enfermeras, policía; en proporción a la poblaciónEl 24.52% del PBI se encontraba explicado por la Inversión, ya que el PBI era bajo, al no contener consumo internoLas Exportaciones representaban 21% del PBI, lucían altas porque la actividad interna era precaria. Las Importaciones representaban 19% del PBI, buena proporción suntuaria ya que casi no había industriaLas exportaciones superaban a las importaciones en un 11% aproximadamente. En el mundo, se estaba atravesado la mitad de lo que fue la Primer Guerra mundial 1914 – 1919.

Si no se expresa el contexto, es lo mismo que cuando se menciona la mala performance de EE.UUU en 2020, sin mencionar el COVID-19. En 1916, la UCR logra ser gobierno por primera vez, venciendo a los conservadores. La UCR nace como oposición de los Conservadores, no como alianza (Juntos por el Cambio). Desde este momento la UCR lograría tres presidencias consecutivas.

UCR: 1919 – 1929

El presidente Hipólito Yrigoyen emitiría deuda externa a tasas altas y consumaría el cobro de derechos por exportación. 1914-1919. Periodizando, 1919-1929 el PBI creció a un promedio de 6%, con el Gobierno popular. No había ninguna razón económica para explicar un golpe de Estado.

Sin embargo, la apertura de la economía -expuesta a shocks exógenos- sufrió desde la crisis de 1929. Se desacelera el comercio exterior (proteccionismo restringe exportaciones argentinas. Además “sudden stop” (Calvo), el flujo de capitales mermó considerablemente). Argentina es neutral durante la guerra, y eso contribuyó a que las exportaciones a países en conflicto fueran demandadas. Argentina exportaba productos agrícolas, carne, lana, cuero, cereales, lino, etc.

La vuelta de Yrigoyen en 1928, no fue bien vista por las elites tradicionalesque comenzaron a preparar un golpe de Estado en el que participaron civiles y militares. Siempre fue igual. Este se produjo en septiembre de 1930 marcando el retorno al poder de la vieja supremacía conservadora.

1930 – GOLPE DE ESTADO

Los conservadores violentos toman el poder por medio de un golpe de Estado cívico – militar, derrocando al presidente Hipólito Yrigoyen y comienza lo que se conoce como “la década infame”, por parte de quienes ostentaban el poder a través de elecciones fraudulentas. “Para no dar más de un ejemplo, en la Argentina de 1930 el 1% de los propietarios monopolizaba el 70% de la superficie. Comparado con esa pequeña supremacía agraria que controlaba el núcleo de esos países…” en referencia a América Latina (“El siglo del populismo: historia, teoría, critica”, Pierre Rosanvallon, 1ª. ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Manantial 2021)

La excesiva dependencia de productos industriales y bienes de capital extranjero importados (60%), dado el bajo desarrollo industrial, invitaba sin alternativas a la próxima etapa que llegaría la “Sustitución de Importaciones”.

El modelo agroexportador se agotó y entró en crisis, la devaluación del peso, modificó todos los indicadores en pesos, pero además Argentina a punto estuvo de caer en default, como cada vez que se agota el mismo modelo anacrónico que hoy nos proponen las dos opciones de la oposición.

Pablo Tigani

VIAAmbito