“La ciencia siempre da soluciones. Lo pudimos ver, por ejemplo, antes, durante y después de la pandemia. Y esas soluciones significan, en términos concretos, mejor calidad de vida para la población. Y más desarrollo porque es lo que brinda valor agregado a los recursos con los que cuenta un país”, dice Luis Cappozzo, un reconocido biólogo e investigador del Conicet que además actualmente dirige el Museo Argentino de Ciencias Naturales. Este fue uno de los puntos de discusión del plenario que se realizó este martes por la tarde en edificio Cero+Infinito, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y que congregó en forma presencial y virtual a alrededor de tres centenas de directivos de instituciones científicas de todo el país para posicionarse en relación al DNU y la Ley Ómnibus. En ese marco, el sector de ciencia y tecnología elevará un documento para reclamar por el desguasamiento de una estructura que genera conocimiento. Y en consecuencia, insumos productivos que son parte del capital del país.
«El sistema nacional de ciencia y tecnología tenía hasta diciembre del año pasado sus referentes y sus lineamientos. Ahora, todo esto está cortado y degradado. En el medio se está echando personal, se está diciendo que el sector va a manejar con el mismo presupuesto que 2023. O sea que sea está incumpliendo la Ley de Financiamiento de la Ciencia y la Tecnología votada en 2021 por unanimidad para garantizar que hasta 2032 se vaya incrementando el aporte del Tesoro nacional dedicado a ciencia e investigación. El objetivo de esta ley es alcanzar en 2032 el 1 por ciento del PBI. Y esto es apenas la base para tener un país con ciencia y tecnología robustos», puntualiza Capozzo en relación a las características que tendrá el documento.
El Conicet, baluarte del Estado
Por la mañana, en el edificio del Polo Tecnológico, se realizó una jornada de protesta convocada por ATE. Uno de los oradores fue el prestigioso investigador del Conicet Alberto Kornblihtt quien se refirió a los sustratos del documento que son, en defintiva, los problemas presupuestarios y su impacto material y político: «Acá hay un gobierno que ha tomado como objeto de destrucción al Estado y a todo lo que el Estado representa. Han logrado convencer a una parte de la población de que la culpa de la crisis y la pobreza no la tienen los sectores de poder concentrado sino que la tenemos los trabajadores estatales«. Y agregó: «El sector de ciencia y tecnología representa el Estado virtuoso. Nosotros sabemos, por ejemplo, cuánto hemos aportado a la pandemia. Quiero decir que en este marco de destrucción del Estado, el Conicet es uno de los baluartes. Pero ellos van contra todo y contra todo de una manera inédita en la historia de nuestro país».
En la misma sintonía, la vicedecana de Ciencias Exactas, Valeria Levi, dice: «En cualquier país desarrollado o que apuesta al desarrollo, la ciencia es financiada por el Estado. Y es que se trata de investigar y eso no siempre se puede resolver con criterios empresariales, a corto plazo. La invención de los láseres, por ejemplo, empezó siendo materia de estudio de físicos teóricos y ahora un láser se usa hasta para operaciones de ojos. Cuando el Estado deja de financiar la ciencia se pierde la capacidad de crear conocimiento. Pero no un conocimiento abstracto sino un conocimiento que hace una contribución directa a mejorar la vida de las personas. Entonces no es un tema de becas sí o de becas no. Se trata de decidir de qué modo se va a impulsar el desarrollo de un país. Y si se decide no hacerlo, hay consecuencias pero también hay responsables«.
Atentado contra el futuro
Ezequiel Petrillo, investigador adjunto del Conicet («a la espera del resultado de la Promoción que también está en veremos», aclara) y director de grupo en el Instituto de Fisiología y Biología Molecular (Ifibyne), explica: «Están pasando muchas cosas graves al mismo tiempo. Hay despidos en el sector administrativo (gente ya muy precarizada), sí. Pero también hay incertidumbre sobre las becas y altas de investigadores, que afectan a la ‘mano de obra’ principal del sistema. O sea, las personas más jóvenes que representan el futuro del mismo. A esto se suma la falta de autoridades en la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que hace que hoy no haya fondos para trabajar ya que no hay nadie para firmar las partidas de dinero. Me refiero a subsidios otorgados en 2019-2021″, enumera. Y sintetiza: «Hemos estado mal, ha habido momentos muy complicados en el pasado, pero la actualidad y lo que parece venir son lisa y llanamente el asesinato del sistema científico y académico del país».