Investigadores cientificos con cargos ganados que no dejan entrar al CONICET

Son 94 personas que concursaron para ingresar a la Carrera de Personal de Apoyo (CPA) de ese organismo científico. Todas y todos terminaron primeros en órden de mérito, por concurso. La mayoría llegó a hacer doctorados o maestrías en el extranjero. Las situaciones incluyen la falta de publicación de resultados y el congelamiento de trámites y de la entrega de becas. Rostros y voces de científicos que corren el riesgo de ser expulsados del sistema.

Julia tiene dos licenciaturas: una en Geoquímica y otra en Geología, ambas de la Universidad Nacional de La Plata. En septiembre de 2022 tenía un cargo de planta permanente en la provincia de Buenos Aires pero decidió seguir su sueño de trabajar en un laboratorio y se presentó a un concurso para integrar la Carrera de Personal de Apoyo (CPA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Resultó primera en el orden de mérito y a fines del año pasado recibió una propuesta de beca “de estadía corta”. El paso previo al alta. Le llegó el alta definitiva y empezó a trabajar en un centro de investigaciones de La Plata el 1 de enero pero poco después retrotrajeron su situación y finalmente le dieron otra beca, a la espera de la resolución de su situación. Hoy su continuidad corre peligro por las nuevas políticas de recortes que llevaron a la crisis que atraviesa el organismo. La incertidumbre de su situación laboral y su inestabilidad económica afecta también a sus 2 hijos, que necesitan de su ingreso.

La falta de presupuesto y los congelamientos vienen impidiendo la efectivización de Julia y de otras 93 personas que están en distintas situaciones, que incluyen falta de publicación de resultados, y hasta el freno en el otorgamiento de becas “de estadía corta” y en los procesos de alta ya iniciados.

La carrera de Personal de Apoyo incluye los profesionales y técnicos que realizan apoyatura calificada a grupos de investigación o que acompañan la ejecución de los programas de investigación y desarrollo bajo la supervisión o dirección de investigadores del CONICET. 

A ese casi centenar de investigadoras e investigadores calificados (todos especializados, la mayoría con doctorados o posdoctorados en el exterior) que ya tenían ganado su concurso para entrar, se le suma otros ajustes y recortes en ciencia, desde el congelamiento presupuestario hasta los despidos, que ya son más de 250 solo en Ciencia, y que según auguran pueden superar los 1200. El viernes pasado desmantelaron todo el área de divulgación del ex Ministerio, incluyendo Tecnópolis y el Centro Cultural de la Ciencia.

Ante este vaciamiento, la población científica decidió un paro para este miércoles. El viernes movilizarán a las 11 horas a la Jefatura de Gabinete. Su titular, Nicolás Posse, es quien lidera las acciones de desmantelamiento del área.

La asfixia presupuestaria llegó a ser criticada por 68 Premios Nobel de todo el mundo, que días atrás le reclamaron al gobierno: «Sin una infraestructura para la ciencia, un país cae en el desamparo y la vulnerabilidad, sin desarrollar su propia tecnología para avanzar, ni capacitar a las personas ni desarrollar la infraestructura necesaria para aplicar el conocimiento científico y tecnológico de otros a los problemas regionales, nacionales y locales. ¿Dónde dejaría a la Argentina una situación así?».

Las consecuencias del ajuste

El grupo de investigadores de CPA en su conjunto presentó una carta ante el directorio del organismo el 26 de febrero, en la que solicitó la activación de los nombramientos, en medio de un proceso de profunda incertidumbre. Los gremios y autoridades de distintos institutos han manifestado ya su apoyo al reclamo, atravesado por la crisis que vive el organismo público a partir de la nueva gestión.

Las 94 personas que piden la efectivización de sus cargos, ganados en procesos arduos de concursos transparentes, son profesionales y técnicos que rindieron entre 2022 y 2023, en institutos y CCT de todo el país.

La demora en la designación ha generado consecuencias para los ingresantes. Algunos, como Julia, ya están trabajando en el organismo desde enero de 2024 sin percibir salario. Otros tuvieron que renunciar a sus trabajos, mudarse dentro del país o desde otras partes del mundo, o esperan aún la publicación de los resultados, sin tener certezas sobre la continuidad del proceso.

Es el caso de Magdalena, por ejemplo, que es traductora pública de inglés, egresada de la Universidad Nacional de La Plata. También está en proceso de finalizar un Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Hizo prácticas en las bibliotecas del Ministerio de Economía y del Banco Mundial. Se formó en gestión documental y su desempeño la llevó a ganar becas para capacitarse en Suecia y en otros organismos públicos nacionales de renombre, como el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) o el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD).

Trabaja en CONICET desde 2013 y desde 2018 se desempeña en áreas de comunicación y divulgación científica. Se capacitó en la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Leloir, y universidades del país y el extranjero. En 2022 se presentó a un concurso para la carrera de Personal de Apoyo y, después de un arduo proceso de evaluación, fue preseleccionada para pasar a una entrevista en abril de 2023. Desde ese momento, espera la publicación del orden de mérito. Su situación es preocupante: el 31 de marzo es posible que su contrato no sea renovado. Tiene dos hijos a cargo.

Magdalena.

«Renuncié a mi trabajo esperando el ingreso»

Ingresar a la Carrera de Personal de Apoyo no es solo un logro individual. Implica el armado del tejido científico del cual se va a nutrir el desarrollo del país año a año. Las bases. Ninguno de los países avanzados del mundo desistió de la ciencia. Los admirados por el presidente Javier Milei (EE UU o Israel) tienen al sector científico tecnológico como un área esencial. En la Argentina libertaria no solo se la recorta, sino que hasta hay cierta ufanación de funcionarios de hacerlo.

En el camino hay historias, angustias, padecimientos. Oscar es de Santa Fe. En julio de 2023, se postuló para un concurso en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica del CONICET. El 21 de septiembre tuvo la entrevista y unos días después le comunicaron que quedó primero en el orden de mérito. Presentó toda la documentación a la espera del alta en el cargo. Su situación es crítica: “Renuncié a mi trabajo el año pasado esperando el ingreso al instituto, por lo que actualmente estoy desempleado y preocupado”, expresa.

Oscar.

Analía B. está en una situación análoga a las anteriores. Es Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Cuyo y estudió una especialización en Gestión de Proyectos y Comunicación Multimedia en Francia, donde reside actualmente.

Trabajó en divulgación científica de universidades argentinas y francesas. Rindió una entrevista para ingresar en el CCT Mendoza en abril de 2023, salió primera en el orden de mérito del concurso, y con toda la documentación presentada, aguarda la activación del alta, mientras sueña con volver a Argentina.

Rodrigo.

Rodrigo es Licenciado en Física de la Universidad Nacional de Río Cuarto y Doctor en Física de la Universidad de Buenos Aires. Desarrolló su doctorado mediante una beca doctoral CONICET de 2014 a 2019, y tras obtener una beca postdoctoral CONICET siguió en funciones de 2019 a 2022. Su trabajo doctoral y postdoctoral fue realizado en la Universidad Nacional de Río Cuarto.

Para continuarlo, se presentó a un concurso de un cargo de CPA convocado por el Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA) de la misma universidad. Resultó primero en el orden de mérito, situación que fue informada el 6 de septiembre de 2023, y le solicitaron el documental de alta que entregó en tiempo y forma a los 20 días.

Desde entonces no tuvo más respuestas desde el organismo ni le ofrecieron ningún tipo de solución para asegurar la continuidad en su puesto de trabajo. Su efectivización corre peligro por las políticas de recortes del gobierno actual.

Galo Soler Illia, Doctor en Química, especializado en nanotecnología, investigador del Conicet y director del Instituto de Nanosistemas (INS) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), aseguró a Tiempo días atrás: «El gobierno hoy tiene armado un sistema que apuesta a la innovación antes que a la Ciencia y la Tecnología, lo cual es poner un carro delante del caballo. Todavía no tiene cargos importantes cubiertos como, por ejemplo, la Agencia de Ciencia y Tecnología. Es decir, todo el capital y los recursos que teníamos para poder investigar, que no eran muchos, no se pueden ejecutar».

Y acotó: «Perdimos tres meses de nuestras vidas que en un ambiente competitivo como la ciencia es un montón. Así que por más que digan que apoyan a la ciencia, no lo hacen. Sólo se ve una enorme hostilidad hacia el sistema científico tecnológico culpándolo de ideologización. Está tomando la parte por el todo, cosa que es muy mala, y se está viendo una enorme improvisación, contratando gente para cargos directivos que no tienen experiencia, no tienen capacidad y que, en el fondo, va a ser una pasantía cara que vamos a pagar todos».

Sostener hijos, una vida, un proyecto de país

Florencia es Licenciada en Química y Doctora en Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde hace varios años se desempeña en el área de la Neurociencia, habiendo trabajado en el laboratorio en la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad de Chile. Actualmente vive en La Plata.

El año pasado se postuló a un cargo CPA de CONICET. Fue seleccionada para cubrir la plaza de encargada de Laboratorio de Cultivo Celular, pero aunque tiene Resolución oficial, nunca activaron su trámite de alta. Con su trabajo sostiene a dos hijas.

Noelia es Licenciada en Biotecnología, doctorada en ciencia y tecnología por la Universidad Nacional de Quilmes. Se dedica a la biología molecular de plantas. Ha ganado becas internacionales para estancias cortas en el extranjero y actualmente se desempeña con una beca postdoctoral del CONICET. En 2023, Noelia se ubicó en primer lugar en el orden de mérito en un concurso para un puesto de CPA y espera su alta con la documentación ya presentada. En julio del 2024 finaliza su beca de postdoctorado, principal fuente de ingreso para su familia, que incluye a su bebé de 11 meses.

Sensores para la detección temprana de dengue

Dimas es uno de los pocos científicos de nuestro país que tiene experiencia en el desarrollo de sistemas microfluídicos por medio de litografía y quiere seguir aportando a la producción científica argentina. Estudió Farmacia en la UBA y allí se despertó su interés por la ciencia. Después hizo un doctorado en materiales que lo llevó a explorar cómo podemos contribuir a un mundo más limpio y sostenible.

Tiene un postdoctorado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, donde participó en una investigación para desarrollar procesos para fabricar microelectrodos como sensores para detección temprana de dengue. Es docente en el Instituto de Química Física de Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE), mientras espera la publicación de los resultados del concurso que rindió en julio de 2023.

Pablo se graduó en Biología y obtuvo el Doctorado en Ciencias Biológicas, becado por el CONICET, en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC (Córdoba). Obtuvo la Maestría de Biología Vegetal en la Universidade Federal de Pernambuco, en Brasil. Concursó para CPA en 2022 y resultó primero en el órden de mérito. Fue notificado en agosto de 2023 luego de un largo proceso que duró 10 meses. Hoy con 45 años espera la designación efectiva en un contexto general de incertidumbre institucional, mientras su beca de postdoctorado finaliza el 31 de marzo de este año. Tiene dos hijos, que necesitan de su ingreso.

“Yo había aceptado un cargo CPA en el que salí segundo en el orden en noviembre de 2022 y para el cual me designaron la toma de cargo en octubre 2023, justo un mes después de que yo ya había enviado mi carta de renuncia enviada en agosto 2023 (casi un año de espera), porque decidí aceptar otro cargo CPA que concursé y en el que salí primero, según me fue comunicado en agosto de 2023. Esto generó un atascamiento de los papeles en CONICET que hasta hoy no se resuelve ni tengo una comunicación oficial de lo que vaya a pasar con alguna de las dos situaciones”, relata para dar cuenta de la complejidad en el proceso de selección.

Pablo.

Analía G. es Licenciada y Doctora en Ciencias Biológicas, egresada de la Universidad de Buenos Aires en ambos casos. Concursó un cargo CPA en septiembre de 2022, para entrar a trabajar en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Obtuvo el dictamen de orden de mérito en abril de 2023. Fue notificada de su designación al cargo en diciembre de 2023 y hasta el momento no le han habilitado los trámites de alta del cargo. 

Todos estos casos fueron planteados en la carta presentada ante las autoridades del CONICET, en la cual solicitaron una pronta respuesta y solución a la efectivización de sus cargos, las inmediatas tomas de posesión con fecha de inicio en enero, febrero y marzo de 2024, la celeridad en el avance de las altas de CPA pendientes y becas de estadía corta para quienes lo requieran, la publicación a través del sistema oficial del orden de mérito para aquellos casos pendientes de publicación, y el tratamiento de este petitorio en próximas reuniones del Directorio.

«Esta situación se produce en un contexto de desfinanciamiento o vaciamiento de CONICET. El reclamo se incorpora al presentado ante el despido de 50 administrativos en enero y el recorte de 700 becas en febrero –manifestaron–. Los casos de los ingresantes CPA son similares a la de aspirantes a la carrera de investigador científico (CIC), quienes también reclaman las altas de los concursos realizados en 2020, 2021 y 2022″. Parece mentira, pero en cuestión de meses la ciencia argentina ingresó en un derrotero que puede poner en jaque el desarrollo y la soberanía del país para las próximas décadas.

VIATiempo AR