«La ejecución de la Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional cayó un 29,2% en términos reales en el primer semestre del año. Se trata de la retracción más abrupta desde 1972». Así lo denunció el ex ministro Daniel Filmus, reproduciendo los datos que publicó en las últimas horas el grupo Economía Política Ciencia (epc).
El estudio realiza un análisis macroeconómico del país donde se destaca la caída económica del 1,7% en abril contra igual mes de 2023, y la proyección de una contracción del PBI entre -4,4% y -5,1%, empeorando las proyecciones previas.
«Contra un descenso sustancial de la nominalidad de la economía y el aplanamiento del tipo de cambio (tendencias vinculadas a factores no sostenibles en el tiempo) se verifica un desplome generalizado en casi todos los sectores de actividad (excepto el agro), destacando las retracciones de doble dígito en el comercio, la construcción y la industria«, remarcan.
Y apuntan: «en este contexto el apretón fiscal se intensifica, llevando a nuevos mínimos el presupuesto de la Administración Pública Nacional y la inversión estatal en Ciencia y Tecnología (CyT). La ejecución proyectada para el primer semestre muestra una caída del 26% real de la ejecución del Presupuesto de la APN contra igual período del año anterior«.
En el sector científico el declive es aún mayor: caída real proyectada del 29,2% para la Función CyT ejecutada y 38,7% para los organismos que conformaran el agregado de la ex Jurisdicción 71 (Ministerio de Ciencia y Tecnología), incluyendo el CONICET, la actual Secretaría de ICT, CONAE, Agencia I+D+i y BNDG.
Desplome
El informe sostiene que el desplome de la actividad económica afecta a todos los sectores, con excepción del agropecuario, «que se mide contra un período crítico de 2023». El nivel general de actividad económica exhibe una retracción del 1,7% contra abril de 2023 y consolida un escenario en el que ningún factor impulsa el crecimiento.
La variación interanual en abril muestra que el sector servicios sigue con una ligera caída, enmarcada por las retracciones de doble dígito del comercio (-13,1%), la industria (-15,7%) y la construcción (24,8%). Todas estas caídas interanuales son más leves que las del mes anterior, pero continúan siendo extremadamente graves. Sin la incidencia del agro el promedio general de actividad en vez de caer un 1,7% habría descendido un 6,2%.
Un indicador clave de la evolución del nivel de actividad es la utilización de la capacidad instalada industrial la cual, según el INDEC, se estabilizó en un nivel semejante al de diciembre de 2019, tras la debacle del bienio 2018-2019, y al de julio de 2020, en la salida del parate suscitado por el Covid-19. Respecto de noviembre de 2023 el uso de capacidad instalada cayó 14,8%, sin ninguna perspectiva de recuperación.
Desde epc afirman que el PBI target proyectado expresado en billones de pesos continúa descendiendo, debido a la caída de las previsiones inflacionarias y a la proyección de una importante retracción del nivel de actividad: «el PBI nominal pasará de 189,8 billones de pesos en 2023 a un rango que oscilará entre los 598,7 billones en el escenario optimista y los 608,9 billones de pesos en el pesimista. Es sobre esos denominadores que se calculan las readecuaciones presupuestarias, en particular enfocándonos en el SNCTI, y considerando la realidad ya imperante de un ajuste fiscal inusitado (en torno a 4 o 5 puntos del PBI) y una caída real de doble dígito de la inversión pública en CyT (entre 28 y 32% de caída real respecto de 2023)«.
Un ajuste histórico en Ciencia
La gravedad del ajuste se expresa de manera aguda en el sistema nacional científico, «demostrando el carácter pro-cíclico histórico de la inversión en el sector CyT, donde ésta cae en términos reales más de lo que cae el Presupuesto total de la APN, cayendo ambos más a su vez de lo que lo hace el PBI». Respecto de proyecciones anteriores se consolidan escenarios donde la caída de la inversión CyT es aún más marcada: empeora entre 2 y 5 puntos en las diversas proyecciones consideradas.
La Función CyT del Presupuesto de la Administración Pública Nacional, empeora sus proyecciones unos 3 puntos respecto de informes anteriores, «convalidando declinaciones reales sin precedentes en la historia, descendiendo entre un 28% y un 32,9% en términos reales respecto del año anterior«.
El área científica perforará el mínimo reciente del año 2020: descenderá entre 24 y 28 puntos base en un solo año. El CONICET, por ejemplo, perderá entre un cuarto y un quinto del poder adquisitivo real de su presupuesto por efecto del ajuste dispuesto por el gobierno.
«En ambos casos en apenas unos pocos meses se habrán destruido los avances de los últimos 3 años en cuanto a inversión pública en CyT«, advierte el estudio.
Se suma otro factor: la incidencia cada vez menor de ciencia en el presupuesto total del país, a pesar de que el Congreso votó en la gestión anterior un aumento para el área que iba a aumentar año a año. La Función CyT se proyecta en el orden del 0,215% del PBI en 2024, tras haber alcanzado el 0,304% en 2023.
Como porcentaje del PBI, y tras cuatro años de alza, la Función CyT volverá a valores de 2005 y 2019. «Lo notable de esta evolución es la rapidez con la que procede –subraya el estudio–, marcando la retracción más abrupta de la historia de la Función desde que se mide como tal (1972), y contraviniendo notablemente la orientación política asentada de manera unánime en 2021 respecto del Financiamiento del SNCTI a través de la Ley 27.614″.
Hay dos puntos en los que se destaca la falta de inversión: salarios que quedaron muy por debajo de la inflación, y escasos gastos en nuevo material, equipamiento e infraestructura. Para graficarlo: mientras en 2023 el 54,82% de la FCyT consistió en sueldos y remuneraciones del personal científico, en los primeros 6 meses de 2024 (y pese a la caída real de los salarios) lo salarial pasó a representar el 70,22% del total de la inversión CyT y ya ha ejecutado el 92% de su Crédito. «Eso es indicativo de que el resto de los objetos de gasto caen aún más rápido que los salarios, representando una porción cada vez más pequeña de una torta que se achica«, mencionan.
El achicamiento es notable en transferencias (subsidios para gastos de equipamiento, capital y gastos corrientes de universidades, sector privado y municipios), que pasa del 19,38% al 6,23% del total, y bienes de uso (9,55% a 7,38%) en tanto es notable la caída real del gasto en bienes de consumo (insumos críticos para el sector).
«En los objetos de gasto no salariales cobra relevancia el nivel de deuda flotante (gasto devengado no pagado), dando cuenta de otra estrategia de achicamiento y desarticulación sectorial: la programación de actividades científicas y tecnológicas se vuelve imposible si el cronograma de desembolsos no otorga certidumbre alguna. Más de un cuarto de los gastos en bienes de consumo y casi la mitad de las erogaciones en gastos de capital se encuentran impagas», comentan.
Política científica en declive
El informe destaca que la ejecución por organismo y programa muestra un cuadro general de saturación creciente, encontrando un extremo en el CONICET, que en tan solo 6 meses ya devengó el 96% de su Crédito Vigente (CV): «trece de los diecinueve organismos y programas que componen el SNCTI en la FCyT superan el umbral del 80% de ejecución de su crédito, para una media del sistema que alcanza el 77,3%, cuando según la distribución teórica no deberían haber consumido más del 43,5% del mismo al 30/06″.
Dentro de la Secretaría (ex Ministerio hoy dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros) sobresale la total paralización del Programa 48 de Federalización, el cual estaba alojado en el ex MINCyT, y que era fundamental tanto para la inversión en equipamiento e infraestructura como para la diversificación y descentralización territorial del sistema.
Gustavo Sarmiento