Reproducimos esta nota publicada en el portal Defensa y Seguridad. Creemos que es volver al proyecto Fénix original, patrulla radarizada armada, una especie de mini AWACS de cabotaje. Eso es lo que venimos apoyando desde siempre.
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En atención que existe una posibilidad que el IA 58 Pucará continúe volando en el marco del programa de modernización, conocido como Pucará Fénix, consideramos pertinente volver a publicar esta nota de nuestra autoría subidas en su momento al sitio AviaciónArgentina.net . Cabe destacar que la nota data de 2017.
La baja del avión FMA IA-58 Pucará por parte de la Fuerza Aérea Uruguaya a principios del año 2017, se debió a una serie de factores, destacándose la ausencia de apoyo logístico de FAdeA SA, heredera de la Fábrica Militar de Aviones SE, quien construyó dichos aviones. A ello se unió la confirmación por parte del secretario de logística del Ministerio de Defensa que la modernización anunciada por la gestión del área de defensa en 2015, no será llevada a cabo por cuestiones económico técnicas (detalles que no trascendieron) y solo se mantendrá en línea de vuelo un reducido grupo, gracias al compromiso de Turbomeca, fabricante de los motores de proveer repuestos por unos años más, sentenciando el destino de esta noble aeronave, no exento de polémicas, especialmente en algunos medios especializados, especialmente por el pedido de cotización de la FAA, vía FMS para la venta de 24 aviones de entrenamiento Raytheon T-6 Texan II por un costo de US$ 300 millones, de los cuales solo lleguen entre 4/6 por los constantes recortes de presupuesto de defensa.
La historia del avión es por todos conocidos, tiene su origen a fines de los 60 y en 1982 fue desplegado en las Islas Malvinas, donde fue sometido a un ámbito geográfico muy exigente con sus consecuencias, pero demostró tener un gran potencial en materia de lucha contra helicópteros y por su solidez. La Real Fuerza Aérea mostró vivo interés después del conflicto de Malvinas por el IA-58 Pucará. Esto quedó evidenciado en el ciclo de pruebas que pilotos del Centro de Ensayos de Vuelo de Boscombe Down, realizaron sobre un Pucará, que los ingleses después de aproximadamente 50 horas de vuelo, describió al IA-58 como un excelente avión en muchos aspectos, muy maniobrero y muy buen diseñado para su rol específico (Aviation Week & Space Technology, 31 de octubre de 1983, citado por Tácticas y Armas para la Defensa Vol I, nro. 6 Agosto 1990, pág. 288).
Avión Pucará capturado y puesto en servicio en el Reiino Unido. Recibió elogios por sus prestaciones.
El avión suscitó interés en diversos países, que por el manejo irresponsable que ha tenido el país en materia de exportación de material militar, impidió que Argentina se beneficiara generando lazos políticos y estratégicos, además de inyectar capitales para financiar la industria de defensa argentina, que llegó a tener un elevado nivel en su momento. Solo se concretaron las exportaciones a Sri Lanka, Uruguay y la donación de un lote de aeronaves a Colombia. En todos los casos, la cadena logística falló con sus consecuencias operativas, que impidió que esta noble aeronave volara en dichos países por más tiempo. En nuestro país, el Pucará, la falta de visión de largo plazo en el Ministerio de Defensa y tal vez, ciertos intereses creados, impidieron que se concretaran programas de desarrollo, destacándose el IA-58 B que generó el interés de Venezuela, iba ir dotados con motores Garrett y hélices de cuatro palas. El Pucará C o Charlie, se destacó por ser monoplaza, mejoras diversas en los sistemas de comunicaciones, alerta radar, incluso tenía previsto contar con capacidad aire-aire y también aire superficie con misiles Magic II y el célebre Martin Pescador. Quedó todo en fase de prototipo.
La modernización del IA-58 nuevamente fue anunciada en el 2000, esta vez con un programa bastante ambicioso liderado entonces por Lockheed Martin Argentina que gestionaba la ex FMA, que incluía la remotorización con plantas Pratt & Whitney, designador láser, aviónica moderna e incluso cierta capacidad aire-aire (ver revista Tecnología Militar 2/2002). Finalmente, por cuestiones de presupuesto, el proyecto fue reemplazado por una serie de mejoras mucho más modestas, que afectaron a unos 20 aviones principalmente en sus comunicaciones y aviónica (Pucará Delta). Las serias limitaciones impuestas por los constantes recortes de presupuesto –a pesar que durante mucho tiempo el país creció a tasas “chinas”– afectó la operatividad de los nobles Pucarás.
La constante violación del espacio aéreo por parte de aeronaves generalmente vinculadas al tráfico de drogas y contrabando, llevaron a las autoridades a realizar distintas acciones para fortalecer la presencia del estado en las vulnerables fronteras NE y NO. Así nació el Operativo Escudo Norte, donde el avión Pucará fue considerado apto para interceptar aeronaves. Nuevamente fue considerada la modernización, pero esta vez el proyecto se realizaría sin apoyo expreso de la FAA, a tal punto cuando fue presentado el IA-58H, el entonces jefe de la institución en 2016, brigadier general Callejo no estuvo presente en el roll out de la versión remotorizada del Pucará. La aeronave modificada solo voló unos minutos sin novedades o problemas, pero sin los cambios previstos en materia de sistemas de armas, y otras innovaciones tecnológicas. Cabe destacar que los cambios de los motores, implicó modificaciones estructurales en las alas del Pucará, que fueron llevadas a cabo por la célebre Israel Aircraft Industries Ltd (IAI). Dichas modificaciones implican que el viejo Pucará dio paso a una aeronave nueva, por las modificaciones y por ende es preciso la homologación y certificación para su previa aceptación o incorporación a la FAA. Estos pasos no se llevaron a cabo.
El cambio de gobierno, significó la revisión de todo lo actuado por la gestión anterior, y ello incluyó al Pucará. Lo que ha generado una serie de interrogantes, especialmente si ha sido una decisión acertada, dado la necesidad de contar con un avión de ataque ligero y actuar en la frontera NE. Sino más bien se llevaron a cabo algunos estudios que estas labores fueran realizadas por aeronaves con prestaciones similares, como el T-6 Texan II y el Super Tucano.
El caso OV-10 Bronco
El Rockwell OV-10 Bronco, es un avión táctico de ataque liviano, nacido en los 60, prestando servicios en las USAAF, Marina y US Marine Corps en la guerra de Vietnam. Valorado por su maniobrabilidad, capacidad en materia de armamento, autonomía y bajo costo operativo, además de sus características STOL. A lo largo de su historia operativa estos aviones ejecutaron operaciones de observación, control aéreo avanzado, escolta de helicópteros, reconocimiento armado, enlace, ataque al suelo. Además, realizaron tareas de reconocimiento radiológico, observación aérea táctica, apoyo a la artillería naval y control aéreo de operaciones de apoyo tácticas y fotografía aérea.
Los US Marines modificaron aeronaves para operaciones nocturnas, además de realizar control aéreo avanzado hasta mediados de los 90, cuando fueron retirados del servicio. En la Marina, los OV-10 realizaron operaciones de ataque, interdicción, apoyo aéreo cercano a unidades de marines, fuerzas especiales y las fuerzas fluviales que operaban en el delta del Mekong.
Los operadores extranjeros utilizaron extensamente dicho avión en operaciones COIN. Tailandia lo utilizó en operaciones de patrulla fronteriza, además de cooperar en acciones contrainsurgencia. Filipinas lo empleó profusamente en acciones contra organizaciones terroristas en la isla Mindanao y contra otros grupos insurgentes. Asimismo, las aeronaves realizaron operaciones SAR, control aéreo avanzado.
En la región lo operaron Colombia y Venezuela (que los adquirieron luego de la venta frustrada de los IA-58). En el caso del primero fueron empleados extensamente en operaciones contrainsurgencia y fueron objeto de un proceso de modernización, a cargo de la empresa Marsh Aviation, llevándolos al estándar D, que incluyó capacidad para lanzar armamento guiado gracias al FLIR y otros sistemas, motores más potentes, hélices de cuatro palas, modificaciones estructurales y capacidad para operaciones nocturnas.
Las mejoras permitieron que las flotas de Bronco siguieran volando en Venezuela (que tuvo restricciones por la llegada de Hugo Chávez), Colombia y Filipinas, que los operaron hasta 2015. No obstante ello, la carrera operativa de los Bronco continúan en agencias civiles en los Estados Unidos, donde son operados por la NASA para tareas de investigación; por el Departamento de Estado que por medio de una empresa emplea los Bronco en programas de lucha contra el narcotráfico, el Bureau de Manejo de Tierras Públicas (Bureau of Land Management) los emplea en operaciones de lucha contra incendios forestales, como lo hace también el California Department of Forestry and Fire Protection. En el plano militar, en 2012, por 20 millones de US$ volvieron a la vida operativa dos OV-10, que fueron adquiridos a la NASA y el Departamento del Estado, empleándose en acciones antiterroristas exitosamente en Irak. Incluso Boeing habló del OV-10X como propuesta de cara al programa Light Armed Reconnaissance Aircraft.
Estados Unidos es un país con recursos mucho más importantes que nuestro país y eso no ha impedido que se estudie volver a la vida el veterano Bronco, dado las demandas de teatros de operaciones como Afganistán u otros lugares donde es preciso contar con herramientas adecuadas para conflictos asimétricos. Esto ha generado una fuerte puja por parte de potenciales proveedores, incluyendo al A-29 de Embraer.
Una segunda oportunidad para el Pucará
Existe un discurso contradictorio, dado que hablan que el Pucará es un avión anticuado y hasta antieconómico por el costo de la modernización. Lo que genera interrogantes sobre el argumento de la “antigüedad” del avión, como excusa para no invertir en él ¿El A4AR cuando fue adquirido no tenía 40 años? ¿Los F 1 franceses no son aviones también cargados de años? Mientras tanto se piensa gastar US$ 300 millones (a través de endeudamiento externo) por material que tiene prestaciones similares y sin transferencia de tecnología. Existen sectores que hablan de las variantes más modernas del célebre Tucano, pero tampoco pareciera que se hubiera dialogado sobre producirlo bajo licencia en el país.
El Pucará es una excelente plataforma, probada en combate, con una elevada tasa de supervivencia, dado que su diseño le permite seguir volando, a pesar de los daños que pueda sufrir. Puede operar en áreas de escasa infraestructura –algo muy común en nuestro país- que facilita su despliegue y operación. Expertos extranjeros que lo han volado han resaltado las posibilidades del avión, como lo probaron los británicos y el interés de muchos países en obtenerlo. El testimonio de un veterano piloto de aviones OV-10 y F-4 demuestran la valía del avión, luego de haber sido sometido a una serie de pruebas de vuelo: Sin exageración, esto superó al OV-10 por su gran trecho –el Pucará se hacía sentir como un caza– los rizos venían igualmente sin esfuerzo y los ocho cubanos eran aún mejores (…) Fue una impresionante exhibición de principio a fin. Me bajé feliz. (“IA 58 Probado en combate” en Tácticas y Armas para la Defensa, Vol 1 Nro. 6 de agosto 1990, pág. 290).
El ejemplo del Bronco, es una prueba elocuente que el Pucará puede seguir el mismo camino, extendiendo su vida útil, permitiendo que el país cuente con una plataforma apta no solo para misiones de ataque ligero, sino también para interceptar aviones que violen el espacio aéreo, reconocimiento, vigilancia y patrulla en apoyo a la seguridad de las fronteras.
La propuesta de modernización, que a nuestro juicio sería a un costo moderado (diversas fuentes hablan de US$ 4.5 millones por unidad), destacándose:
- Convocatoria a una licitación internacional para modernizar el IA-58, para ser llevado al estándar H. FAdeA actuará como subcontratista, en atención a los problemas que ha tenido en el gerenciamiento de proyectos, manteniendo los lazos con IAI Ltd.;
- Homologación y certificación del prototipo existente;
- Invitar a la Fuerza Aérea Uruguaya a integrarse en el proyecto, que deberá contemplar la implementación de un sistema logístico para brindar un apoyo eficaz a las aeronaves de la FAU, garantizando su operatividad;
- Las mejoras abarcarán aviónica moderna, incorporar FLIR, RWR, nuevos motores Pratt & Withney Canada PT-6A-62, capacidad aire aire, etc.
La modernización permitiría generar trabajo no solo a FAdeA, sino también para contratistas locales. El Centro de Investigaciones y Desarrollo de Tecnologías de la FAA, fue responsable de nuevos sistemas de aviónica, computadora de misión, además de otras innovaciones en materia de armamento lanzable, que pueden ser aprovechados en la modernización del Pucará.
A un costo moderado, el país podría poner en servicio un grupo de aeronaves de bajo costo de operación, útiles para diversas misiones, tanto para la defensa nacional como en apoyo a la seguridad interior. Las inversiones realizadas generarían trabajo, promovería la tecnología nacional y contribuiría a estrechar lazos en materia industrial con proveedores nacionales e internacionales.
Reflexión Final
En medios especializados hemos sido testigos de un intenso debate, por decirlo de alguna manera sobre posibles incorporaciones para la FAA, incluso un reconocido medio periodístico, criticando la gestión actual del Ministerio de Defensa, hizo una curiosa defensa de la compra de material francés. Sea como fuere, estamos hablando de cientos de millones de dólares, en un país que tiene muchos problemas urgentes, agregándose en la mayoría de las propuestas, con excepciones, no está incluida la participación de la industria nacional. Dado el elevado déficit fiscal, las compras se harían por medio de endeudamiento, canalizando el ahorro nacional en productos, que no tienen un mínimo de participación de la industria local. No tenemos que ir muy lejos, en la región, Perú acordó con Korean Aerospace la compra de aviones de entrenamiento intermedio, un programa de cooperación industrial, que permite a la industria local participar en el montaje de dichos aviones y servir de plataforma de proyección regional de la aeronave. La India es otro país que siempre exige la participación de su sector industrial en los contratos.
La propuesta tiene como objetivo reflexionar sobre una serie de aspectos: sobre el uso transparentes de los recursos nacionales y el considerar siempre la preservación de los intereses propios en áreas sensibles, como es la tecnología de defensa, además de promover ideas para preservar las capacidades en materia de industria aeronáutica existente, y el uso racional de los recursos, apelando a la experiencia internacional en la materia y que pueda ser trasladado a la realidad propia.
Jorge Alejandro Suárez Saponaro