Contra el dengue: mosquitos macho estériles

Las temperaturas suben en el país y con ellas se sabe que vienen los mosquitos. Con un brote de dengue que no llegó a interrumpirse completamente durante el invierno, desde el Gobierno nacional son pocas las medidas que se tomaron y se delegó la responsabilidad en las administraciones provinciales y municipales, con lo que las estrategias, como la de vacunación, son disímiles. En este contexto, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está aplicando la técnica de insectos estériles modificados por radiación para producir mosquitos machos estériles que fecunden hembras silvestres del Aedes aegypti con el objetivo de que no puedan generar descendencia y así bajar la población de mosquitos.

En la CNEA exponen a mosquitos a los rayos gamma generados por cobalto 60. En la medida justa, esta radiación produce daños en el ADN que hacen que el mosquito resulte esterilizado. Estos daños siempre generan efectos negativos para los mosquitos y no es posible que se generen mejoras en la especie o resistencias nuevas con este método, que se usa hace unos 50 años.

Este proyecto viene trabajando en el control del Aedes aegypti desde 2016 y la semana pasada liberó un lote de mosquitos en el Barrio 1 de Ezeiza. Como parte del estudio, hay trampas de mosquitos para estimar la población de mosquitos salvajes en el área, en qué medida se dispersan y otras variables de control. La próxima semana se harán nuevos  estudios de campo para analizar las diferencias se encontraron luego de la liberación de mosquitos estériles y así medir la efectividad de la técnica. Se eligió este barrio de clase media porque está cerca del Centro Atómico Ezeiza, lo que permite estar en continua relación con el barrio para concurrir con asiduidad.

Además, se trata de un barrio que tiene algunas delimitaciones y eso es útil para la investigación, ya que se sabe que los mosquitos Aedes no suelen volar más de 50 metros y por lo tanto es muy difícil que puedan cruzar autopistas o una infraestructura similar. El Barrio 1 se encuentra delimitado por dos autopistas y el Aeropuerto de Ezeiza, por lo que tiene un aislamiento particular que permite usarlo como base para estos ensayos.

Marianela García Alba, responsable técnica del proyecto y parte del Grupo de Control Ecológico de Mosquitos de la CNEA, le dijo a TSS: “La técnica se basa en la liberación inundativa de machos estériles en un área para que compitan con los machos de campo por la cópula de las hembras. Cuando la hembra es copulada por un macho estéril la descendencia no da origen a nuevas larvas. Así, con liberaciones sucesivas y continuas vamos a reducir la población”. Esta técnica también se centra en tratar a los machos porque no pican a las personas, por lo que no tienen un contacto directo con humanos sino solo con otros mosquitos.

Las campañas de concientización sobre descacharreo son relevantes en el caso del Aedes ya que esta especie de mosquito se reproduce en recipientes con pocos centímetros de agua, por lo que es muy importante evitar estas acumulaciones. Una vez desatado el brote de contagio se suelen hacer campañas de fumigación pero pueden ser contraproducentes ya que no son específicas y eliminan también a otras especies de insectos que son depredadores del Aedes aegypti.

“Siempre vamos a tener una parte de mutaciones no deseadas, que lo que van a hacer es reducir la competitividad o bien aumentar la mortalidad en nuestros adultos. Por eso primero tuvimos que analizar la curva de dosis expuestas porque a mayor dosis los machos pierden competitividad. A muy altas dosis el mosquito muere, no puede volar o no es atractivo para la hembra. Con la dosis que aplicamos obtenemos un 99% de esterilidad sin afectar la competitividad”, explicó García Alba.

La CNEA está aplicando la técnica de insectos estériles modificados por radiación para producir mosquitos machos estériles que fecunden hembras silvestres del Aedes aegypti con el objetivo de que no puedan generar descendencia y así bajar la población de mosquitos.

En liberaciones de mosquitos similares en Brasil y Estados Unidos se ha logrado una baja de la población de entre un 30% a un 40% en cinco meses. Es difícil saber si en este barrio en particular va a tener menos dengue porque la gente se mueve y se puede contagiar en otros lugares, pero se espera que al reducir la población de vectores se reduce la posibilidad de infecciones. “Venimos de monitoreos hace dos años para saber cómo se mueve el vector y cómo cambia su población, y también vamos a tener un sitio de control en el que se siguen todas las estrategias de control normales del municipio pero sin estos mosquitos estériles. El objetivo es empezar temprano para que en el verano se reduzca la población de mosquitos. La técnica es lenta, por lo que no es efectiva durante un brote, sino que sirve más como prevención”, dijo García Alba.

La técnica también permite reducir el uso de productos químicos a largo plazo y es apunta solo al Aedes aegypti y no a otros insectos competidores. “Es un desarrollo con muchas vertientes: si bien empezamos en 2016, para un desarrollo científico es poco tiempo, y necesitamos tener mucho más conocimiento del mosquito y sus hábitos para poder controlarlo”, contó García Alba. Tienen un plan de becas para profesionales “Aprender Haciendo” y tiene una vacante en este laboratorio.

Los mosquitos son marcados con un polvo fluorescente que solo se puede ver con luz ultravioleta para que puedan ser identificados por los investigadores en los trabajos de campo, pero el objetivo es que sean parecidos a los mosquitos salvajes ya que cualquier cambio visible afectaría su competitividad para aparearse con las hembras.

Matías Alonso

VIATSS UNSAM - Matías Alonso