El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, y el CEO de Eni, Claudio Descalzi, firmaron este viernes en la ciudad de Roma un acuerdo para el desarrollo conjunto de una de las fases de “Argentina LNG”, proyecto diseñado para explotar los recursos de Vaca Muerta y abastecer los mercados internacionales. El acto contó con la presencia del presidente Javier Milei, junto a su par de Italia Giorgia Meloni.
YPF y ENI ya habían firmado un Memorando de Entendimiento el 14 de abril y en esta ocasión, según dejaron trascender las partes, se definieron «los pasos requeridos para alcanzar la decisión final de inversión de esta fase del proyecto, que incluye la producción, tratamiento, transporte y la licuefacción de gas mediante unidades flotantes con una capacidad total de 12 millones de toneladas de GNL por año».
«Estamos avanzando muy rápido con Eni. Confiamos que antes de fin de año podremos alcanzar la decisión final de inversión y hacer realidad esta fase del proyecto, que es clave para el futuro energético de nuestro país”, destacó Marín tras el acto.
La iniciativa implica la instalación de dos unidades flotantes con capacidad de 6 Millones de toneladas por año (MTPA) cada una. Se prevé que el primer barco comenzará a estar operativo en el año 2029 y en los próximos meses se conocerán nuevas compañías internacionales que manifestaron su interés en sumarse al proyecto.

El proyecto “Argentina LNG”, liderado por YPF, incluye en sus tres etapas a empresas nacionales e internacionales como Shell, ENI, PAE, Pampa Energía, entre otras y tiene como objetivo exportar gas por 15 mil millones de dólares anuales durante 20 años de manera constante desde el 2031.
Proyecto estratégico
Este proyecto es considerado por el Gobierno argentino como estratégico para el país dado que, en el contexto mundial actual, el GNL se posiciona como una fuente clave de suministro energético confiable. En ese sentido, se estima que la demanda de gas natural licuado representa más de un tercio del comercio mundial y se prevé que se duplique para 2050.
Luego de la rúbrica del acuerdo, los mandatarios compartieron una cena privada donde pudieron conocer mas del proyecto a nivel global y los próximos pasos que darán ambas compañías hasta llegar a la Decisión final de Inversión (FID) que se espera alcanzar en diciembre próximo.
Ignacio Ortiz
Desde la empresa argentina se amplió la información: “La asociación estratégica implica extraer el gas desde el subsuelo de Vaca Muerta, transportarlo a través de gasoductos hasta la costa atlántica de Río Negro a barcos licuefactores que transforman el gas de gaseoso a líquido bajándolo a menos de 170 grados y después llevarlo al mundo como commoditie”, explicó Fabián Fernández, gerente ejecutivo de prensa y medio de YPF, que también viajó a Roma.
Fernández detalló que todo esto se concretará en puertos de calado profundo de la provincia de Río Negro, en el Golfo San Matías, a la altura de Sierra Grande. Y destacó que, así como ENI ya tiene experiencia y know-how de este tipo de barcos para la licuefacción del gas en países de la costa de África, la Argentina aportará su experiencia y know-how en todo lo relativo a la extracción del gas.
Fernández también subrayó que esta es una fase intermedia de la asociación estratégica, consecuencia de una primera firma de entendimiento que hubo en abril y que tendrá su tercera y última fase en diciembre próximo con más detalles y números.
Se trata de una asociación estratégica de largo plazo que es parte del Proyecto Argentina LNG (siglas en inglés del GNL), que incluye también a Shell y a un consorcio de varias empresas argentinas, en una inversión de 30.000 millones de dólares.
“Se calcula que la asociación estratégica con ENI a 20 años podría significar para la Argentina un ingreso de 100.000 millones de dólares”, pronosticó Fernández, que estimó que YPF y ENI podrán estar exportando gas natural licuado en un primer barco en 2028 y en un segundo barco, en 2029.
Todo esto se da en el contexto global de mayor demanda de energía después de la guerra en Ucrania -invadida por Rusia hace más de tres años-, que trastocó todos los equilibrios y que llevó a muchos países, como Italia, a buscar alternativas para no ser dependientes solo de Rusia.